Fuente: La Derecha Diario
El gobierno norteamericano de Joe Biden ha impuesto nuevas sanciones y un estricto embargo de armas a Camboya tras acusarlos de ser cómplice de los “abusos de derechos humanos, la corrupción y la creciente influencia de las Fuerzas Armadas de la República Popular China en el país”.
Según el comunicado emitido por Washington, el país asiático permite que China construya amplias instalaciones militares en su territorio bajo uso exclusivo del ejército chino y permitiéndoles tener mayor acceso al Golfo de Tailandia, y con esto, al “Mar del Sur de China”, como reclama el dictador y líder del Partido Comunista Chino Xi Jinping.
Una de estas bases militares que acrecentaron las preocupaciones en Occidente es la Base Naval de Ream, aunque desde Nom Pen, capital camboyana, se asegura que no se van a transferir los derechos de uso al Ejército Popular de Liberación, el ejército de tierra chino.
Desconfiando de estas declaraciones es que Estados Unidos sancionó en noviembre de este mismo año a dos funcionarios camboyanos, vinculados a la influencia china sobre la base.
El Wall Street Journal reveló en 2019 un supuesto acuerdo secreto entre China y Camboya para transferirle a China el poder sobre la base de Ream por 30 años.
Esta noticia se confirmó luego de que saliera a la luz la demolición de dos edificios financiados por Estados Unidos en la propia base naval, sin justificación alguna hasta el momento, según afirmó la Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos Wendy Sherman, en su visita a Camboya.
Recientemente, Hun Sen, primer ministro de Camboya y presidente del Partido del Pueblo de Camboya, la agrupación comunista del país, ordenó al ejército nacional almacenar todo el armamento estadounidense que se encuentra desplegado, en una acción ciertamente hostil hacia los intereses norteamericanos en tierras locales.
Con esta medida, busca privar a Estados Unidos de un punto estratégico en su cada vez más tímido control del continente asiático.
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