Por Andrés Vacca – BLes.com
Preocupa la enorme cantidad de adeptos que durante los últimos tiempos han conseguido los llamados ‘santos paganos’ o ‘ santos diabólicos’ como la Santa Muerte, Jesús Malverde y Maximón en EE. UU. y latinoamérica. Gran cantidad de crímenes graves como asesinatos y narcotráfico se realizan a diario en nombre de estas diabólicas entidades.
Lo que alguna vez fue una especie de juego pasajero de grupos reducidos, ahora se está transformando en un verdadero culto masivo hacia personajes satánicos creados generalmente por grupos de narcotraficantes, a quienes se los adora y ofrecen rituales que muchas veces implican sacrificios humanos y pactos suicidas.
La Santa Muerte es uno de estos ‘Santos’ que ha adquirido enorme protagonismo en determinados sectores de la población, mayoritariamente de origen latino.
El personaje resulta del cruce entre la parca y la Virgen de Guadalupe, patrona de México, viste una túnica blanca y a menudo se la puede ver empuñando una guadaña y un globo terráqueo.
Este supuesto ‘santo’ es el preferido entre muchos grupos de narcotraficantes de origen mexicano y centroamericano quienes han logrado crear un movimiento religioso importante, rezándole muchas veces a diario y pidiendo protección, riquezas y el ‘silencio’ para poder encubrir sus delitos.
Ellos aseguran que a la Santa Muerte, como a otros ‘santos’ del mismo estilo, le gusta el tequila, los cigarrillos, los dulces y la sangre humana, y bajo este argumento suelen realizar todo tipo de rituales y ofrendas a la hora de hacer sus peticiones.
“Los narcos y las pandillas creen en el poder de la oración”, dijo Robert Almonte, un consultor de seguridad con sede en Texas y ex subjefe del Departamento de Policía de El Paso que se especializa en narcóticos. “Creen que los santos los protegerán sin importar lo que hagan, y eso es peligroso porque envalentona a los traficantes que realmente creen que pueden salirse con la suya y aun así ir al cielo”.
Según informan las autoridades, desde que se desató la profunda crisis migratoria en Estados Unidos, a través de la cual se ha permitido el ingreso casi irrestricto de miles de delincuentes y narcotraficantes, es cada vez más común visualizar altares donde se rinde culto a este tipo de pseudo Santos.
El movimiento está creciendo, con estimaciones de hasta 12 millones de devotos en México y ahora también en Estados Unidos, según reportó el Catholic Herald.
Los altares a la Santa Muerte se levantan en miles de casas privadas, y también en estatuas más grandes erigidas en plazas públicas en partes por lo general empobrecidas de México. También hay un santuario de la Santa Muerte, con varias esculturas de tamaño natural del santo, en una zona industrial de Las Vegas.
Siempre que se ve un altar a este tipo de ‘Santos’ se podrán observar las tantas ofrendas que dejan sus fieles. Estas van desde alimentos, bebidas alcohólicas, cigarros o incluso dinero en efectivo consideradas ‘sacro santos’, todos sus seguidores saben que no tienen permitido tocar ese dinero, de lo contrario deberán enfrentar la ira del ‘Santo’.
Las ofrendas muchas veces trascienden estas cuestiones, pasando a un escenario peligroso y delictivo en extremo. En ocasiones, horribles asesinatos, incluidas las decapitaciones y los sacrificios humanos cometidos por las bandas de narcotraficantes mexicanos se realizan en nombre de la Santa Muerte, dijo Almonte.
En una entrevista de 2016, un sicario del Cartel de Juárez llamado Edgar describió su adoración y les dijo a los cineastas de documentales durante una entrevista en prisión que, antes de cada trabajo, rezaría al santo para asegurarse de que todo saliera según lo planeado.
“De hecho, sacrifico gente por mi Santa Muerte”, dijo Edgar, entonces de 26 años. “La cosa es que mato por ordenar, pero hablo con ella y le digo: ‘Oye, voy a un trabajo. Solo hazme pegar, te voy a dar esa vida, es para ti’”. Edgar afirmó que había matado a 60 personas por orden del Cartel de Juárez.
Esta situación se ha vuelto sumamente peligrosa, porque muchas personas, sobre todo jóvenes y adolescentes, encuentran un ‘justificativo divino’ para cometer los más atroces delitos, perdiendo todo tipo de culpa o remordimiento por sus acciones.
Solo para poner un ejemplo, de tantos que suceden a diario, dos jóvenes extranjeros miembros de la pandilla MS-13, también conocida como Mara Salvatrucha, han sido sentenciados a 40 años de prisión este año tras ser acusados de asesinar a una niña de 15 años en el condado de Harris, Texas, en un ritual satánico.
Ambos se declararon culpables de asesinar a la niña Génesis Cornejo en 2017 durante un ritual donde, según admitieron, le ofrecieron su alma a San la Muerte, según reportó Breitbart.
Esta situación ha despertado la alarma de funcionarios dedicados a la seguridad nacional, pero sin embargo es poco lo que se ha hecho, teniendo en cuenta que estos grupos haciendo un mal uso del derecho a la libertad de creencia, encuentran argumentos legales para continuar profesando su peligrosa fe.