Fuente: Minghui.org

Con los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 que tendrán lugar en China del 4 al 20 de febrero, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha iniciado otra ronda de campañas para “mantener la estabilidad social”. Para ello, el PCCh ha intensificado la persecución a los practicantes de Falun Dafa, especialmente en las tres zonas de los Juegos, Beijing, Yanqing (un distrito rural de Beijing) y Zhangjiakou, en la provincia de Hebei.

Se utilizaron tácticas similares cuando se celebraron los Juegos Olímpicos en Beijing en 2008. El PCCh ha intensificado a menudo la persecución en torno a las llamadas “fechas sensibles”, como los días festivos o los acontecimientos especiales como las Olimpiadas, en nombre de “mantener la estabilidad social.”

Practicantes acosados

Dos agentes del Departamento de Policía del Distrito de Haidian, en Beijing, apellidados Guo y E, respectivamente, se presentaron en la puerta del practicante Qin Wei el 21 de diciembre de 2021. Iban acompañados de varias personas de identidad desconocida. Cuando la familia del Sr. Qin los detuvo, dijeron que venían a “mantener la estabilidad” en preparación de los Juegos Olímpicos de Invierno.

La Sra. Han Fei, del distrito de Chaoyang, en Beijing, también tuvo experiencias similares. Los agentes de la Comisaría de Pingfang y del Comité de Barrio de Yachengli la estuvieron siguiendo y vigilando. El 30 de noviembre, su marido dijo que la comisaría había llamado para advertir a la señora Han que no saliera debido a los Juegos Olímpicos de Invierno. Le dijeron que habían detenido a bastantes practicantes.

También se produjeron acosos y detenciones en otras zonas de Beijing. A las 11 de la noche del 15 de diciembre, agentes de la Comisaría de Dayushu, en el Distrito de Yanqing, detuvieron al Sr. Yu Hongbing y a su esposa. El 24 de diciembre, dos agentes de la Comisaría de Kangzhuang, en el Distrito de Yanqing, acosaron al Sr. Hao Xiufeng en su domicilio de la ciudad de Xibozi.

Al igual que en Beijing, los funcionarios de la vecina provincia de Hebei también hicieron lo mismo. En el condado de Wei de la ciudad de Zhangjiakou, por ejemplo, se envió un gran número de policías de civil para patrullar las calles. Además, el Departamento de Policía del Condado de Wei realizó numerosas actividades en la sede del condado y en varios pueblos desde el 1 de diciembre. En estos eventos, la policía difamó abiertamente a Falun Dafa y distribuyó un gran número de folletos que calumnian la práctica. Ofrecieron recompensas económicas a los ciudadanos de a pie por denunciar a los practicantes a la policía.

Como resultado, algunos practicantes fueron arrestados. La practicante Zhou Guihong y su marido Niu Jiancheng (no practicante) fueron detenidos el 10 de diciembre mientras transportaban materiales destinados a producir calendarios de Año Nuevo con frases de Falun Dafa. Según fuentes internas, la policía planeaba aumentar la sanción penal contra el Sr. Niu. Además, la Oficina de Seguridad Interna del Condado de Wei ha detenido a los practicantes en varias ocasiones.

Persecución en nombre de la “estabilidad social”

Citar los Juegos Olímpicos de Invierno como excusa para perseguir a los ciudadanos chinos comenzó hace varios años. Un documento titulado “Presupuesto del Departamento de Policía de Zhangjiakou para 2020” mostraba un gasto estimado de 481 millones de yuanes en 2020 (o 76 millones de dólares), aproximadamente un 5,1% más que el año anterior. El documento revelaba que la principal razón del aumento propuesto era la preparación de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. Entre los fondos dedicados a la Oficina de Seguridad Nacional, Falun Dafa figuraba como el principal grupo al que se dirigía.

El documento explicaba además que el aumento del presupuesto debía cubrir el costo de la infraestructura de big data, la financiación de la videovigilancia de la seguridad pública y los gastos de la policía auxiliar. En particular, se destinaron 16 millones de yuanes a la infraestructura de big data, mientras que 18 millones de yuanes se destinaron a la plataforma de información de vídeo con nuevas cámaras de vigilancia que se instalarán en 3.680 lugares.

Una máquina represiva

Caylan Ford, director de documentales en Canadá, y David Matas, abogado de derechos humanos en Canadá, escribieron recientemente un artículo titulado “Keeping Our Eyes Open to China’s Machinery of Repression (Mantener los ojos abiertos a la maquinaria de represión de China)”.

Este artículo fue publicado en el sitio web del Instituto Macdonald-Laurier (WLI), un think tank con base en Ottawa. “Los Juegos Olímpicos de verano de 2008 en Beijing también se celebraron con un telón de fondo de atrocidades masivas. El éxito de esos juegos, y la respuesta silenciosa de la comunidad internacional a los abusos contra los derechos humanos que los rodearon, fue entendido por Beijing como una validación de su enfoque, y como una licencia para repetirlo”, escribieron los autores.

Los Juegos Olímpicos de 2008 se celebraron en el décimo año desde que el PCCh comenzó a reprimir a Falun Dafa, dice el artículo. Más de 8.000 practicantes de Falun Dafa fueron detenidos antes de las Olimpiadas de ese año, y al menos 100 perdieron la vida debido a los abusos sufridos durante la detención.

“Esto ocurrió a veces a poca distancia de las sedes olímpicas y de los principales lugares de interés. Entre ellos estaba Yu Zhou, de 42 años, un popular músico folclórico que murió bajo custodia 11 días después de haber sido detenido por poseer literatura religiosa prohibida (su viuda, una artista llamada Xu Na, fue detenida antes de los Juegos Olímpicos de 2022, y actualmente está a la espera de juicio)”, escribieron los autores.

Yu Zhou y su esposa Xu Na.

Cuando la Sra. Xu Na estaba pintando una obra de arte en su casa el 19 de julio de 2020, los agentes de la Comisaría local de Konggang, en el Distrito de Shunyi (Beijing), la detuvieron. Volvieron al día siguiente y confiscaron sus objetos personales, entre ellos una computadora, un celular y una cámara de vídeo. También la retuvieron en el Centro de Detención del Distrito de Dongcheng, donde la Sra. Xu inició una huelga de hambre para protestar.

Cuando la Sra. Xu y otros 10 practicantes de Beijing fueron juzgados en el Tribunal de Dongcheng, el 15 de octubre de 2021, cinco abogados, entre ellos Liang Xiaojun, defendieron su inocencia. Sin embargo, la autoridad revocó la licencia del Sr. Liang, el 16 de diciembre.

El marido de la Sra. Xu, el Sr. Yu Zhou, se graduó en la Universidad de Beijing y era músico. También fue perseguido por practicar Falun Dafa y murió el 6 de febrero de 2008. La Sra. Xu fue encarcelada dos veces antes de su última detención.

Las atrocidades son ignoradas

El artículo de Ford y Matas también afirma: “La mayoría de los canadienses saben poco o nada sobre la represión a Falun Dafa en China. Los líderes políticos de Canadá rara vez la reconocen. Pocos acontecimientos en la historia reciente de China han tenido un impacto tan profundo en el panorama político, de seguridad y psíquico del país, y pocos acontecimientos son tan poco estudiados o tan mal comprendidos”.

De hecho, Falun Dafa es un grupo de meditación pacífica basado en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, pero el PCCh lo trata como un enemigo.

“…aunque no es el único objetivo de la represión religiosa, la campaña contra Falun Dafa ha sido única por su alcance, duración e intensidad”, escribieron los autores.

Cuando la represión comenzó en julio de 1999, el PCCh anunció un plan para erradicar completamente a Falun Dafa a través de una agencia extrajudicial del Partido conocida como la Oficina 610. “Los medios de comunicación, el poder judicial, las fuerzas de seguridad y todas las instituciones del partido y del Estado se movilizaron para luchar contra la fe. Durante los primeros años de la campaña, la prensa estatal china estuvo saturada de ataques contra Falun Dafa, que presentaban a los seguidores del grupo como un cáncer o como alimañas que necesitaban ser exterminadas”, decía el artículo.

“Se celebraron concentraciones masivas y quemas de libros en ciudades de toda China, y se creó un estricto régimen de censura en Internet para impedir la difusión de opiniones discrepantes”. Continúa el artículo: “En las escuelas y lugares de trabajo, se ordenó a los ciudadanos que “lucharan” contra la práctica y la denunciaran. Los que se negaban se enfrentaban a la pérdida de sus empleos y de sus estudios, y muchos eran encarcelados”.

En los últimos 20 años, los creyentes de Falun Dafa fueron el mayor grupo de presos de conciencia en China, con cientos de miles, y probablemente millones de víctimas. “En las cárceles, los campos de trabajo forzado y los centros de reeducación, se les somete a tácticas de alta presión para “transformar” por la fuerza sus mentes, incluyendo palizas, privación del sueño, humillaciones sexuales y violaciones, sujetarlos en dolorosas posiciones de tensión extrema, descargas con picanas eléctricas e inyecciones con drogas psicotrópicas desconocidas”, añadía el artículo. “Fuentes de Falun Dafa tienen constancia de que más de 4.700 personas han muerto como resultado de la tortura y los abusos bajo custodia, aunque la cifra real puede ser mucho mayor”.

Crímenes de lesa humanidad

“Que se han perpetrado crímenes de lesa humanidad contra Falun Dafa está más allá de cualquier duda razonable”. Explica el artículo: “Las pruebas son abrumadoramente detalladas, corroboradas y voluminosas. Hay que preguntarse por qué tanta gente no sabe que está ocurriendo”.

Por ejemplo, aunque los funcionarios no prestan atención al bienestar físico o mental de los prisioneros de Falun Dafa, “los funcionarios de los campos de trabajo los someten, sin embargo, a exámenes médicos selectivos, en los que los médicos les extraen grandes volúmenes de sangre, les examinan los órganos o les hacen radiografías de tórax, pero se niegan a tratar las lesiones reales que sufren durante la custodia”. Además, algunos practicantes desaparecen después de estos exámenes.

En 2006, algunos testigos declararon que la rápida expansión de la industria china de trasplantes de órganos con fines de lucro se alimentaba de los órganos extraídos a los prisioneros de conciencia de Falun Dafa. El artículo dice: “Numerosas investigaciones posteriores -incluidas las realizadas por David Matas- parecen confirmar las acusaciones”.

En 2019, el Tribunal de China en Londres investigó las evidencias de la sustracción forzada de órganos y concluyó que los adherentes a Falun Dafa habían sido la principal fuente de órganos en la lucrativa industria de trasplantes de China. “Desde el año 2000, los hospitales civiles y militares chinos han llevado a cabo cientos de miles de trasplantes de órganos, a menudo a demanda, sin ningún sistema eficaz de donación voluntaria y sin ninguna explicación plausible sobre la procedencia de los órganos”, dice el artículo. “En junio de 2021, los principales expertos en derechos humanos de la ONU volvieron a dar la alarma sobre la continua sustracción forzada de órganos perpetrada contra las minorías religiosas”.

La maquinaria de opresión que se construyó para aplastar a Falun Dafa ha hecho metástasis. Es decir, se ha convertido en una característica permanente del aparato de gobierno del Partido Comunista Chino. “La persecución a los musulmanes uigures y, en menor medida, a los cristianos fieles, es llevada a cabo por muchas de las mismas personas, con las mismas tácticas, que los practicantes de Falun Dafa estan soportando desde hace décadas: encarcelamiento masivo, tortura, trabajos forzados, transformación religiosa y, tal vez, sustracción de órganos”, concluye el artículo. “Aquellos que ignoraron la brutal represión a Falun Dafa durante décadas no pueden pretender ahora estar sorprendidos”.

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