Vanesa Catanzaro – BLes
Corea del Norte confirmó el sábado que probó misiles balísticos lanzados desde un tren, en lo que fue su tercer lanzamiento de armas este mes, en una aparente represalia por las nuevas sanciones impuestas por la administración Biden por sus lanzamientos de prueba continuos.
Según informó The Guardian citando a la agencia oficial de noticias de Corea del Norte, KCNA, el simulacro fue para “verificar y juzgar la competencia en los procedimientos de acción del regimiento ferroviario”.
El informe de los medios estatales de Corea del Norte se produjo un día después de que el ejército de Corea del Sur dijera el viernes que detectó el lanzamiento de dos misiles al mar por parte de su país vecino.
Corea del Norte emitió un comunicado horas antes de los lanzamientos, criticando a la administración Biden por imponer nuevas sanciones por sus pruebas de misiles, y advirtió que sus acciones se volverán más duras y explícitas si EE. UU. persiste en su postura de confrontación.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur dijo que los misiles fueron disparados con 11 minutos de diferencia desde un área de la provincia de Pyongan del Norte, donde los norcoreanos operan bases de misiles clave, acorde a Associated Press.
El ejército de Corea del Sur dijo además que los últimos proyectiles volaron alrededor de 430 km, a una altitud de 36 km y una velocidad máxima de 7.350 kilómetros por hora, seis veces la velocidad del sonido.
El miércoles, la administración Biden impuso sanciones a cinco norcoreanos por su papel en la obtención de equipos y tecnología para los programas de misiles de su país, una respuesta a las pruebas anteriores de Corea del Norte este mes.
El Departamento del Tesoro hizo el anuncio pocas horas después de que Corea del Norte dijera que Kim supervisó una prueba exitosa de un misil hipersónico el martes que, según él, aumentaría en gran medida la “disuasión de guerra” nuclear del país.
Una campaña diplomática para convencer a Corea del Norte de que abandonara su programa de armas nucleares fracasó después de la segunda cumbre de Kim con Trump en 2019, ya que EE. UU. rechazó las demandas de Pyongyang de un importante alivio de las sanciones a cambio de una entrega parcial de sus capacidades nucleares.
El régimen de Pyongyang ha rechazado hasta ahora el llamado de la administración Biden para reanudar el diálogo, diciendo que Estados Unidos primero debe abandonar su “política hostil”, y por el contrario, se ha comprometido a expandir aún más un arsenal nuclear, al que ve como su mayor garantía de supervivencia.
El secretario de Estado de EE. UU. Antony Blinken, dijo que estaban comprometidos con la ONU y con socios clave, incluidos los aliados Corea del Sur y Japón, en dar respuesta a las amenazas “profundamente desestabilizadoras” de Corea del Norte.
“Creo que parte de esto es, Corea del Norte tratando de llamar la atención. Ha hecho eso en el pasado. Probablemente seguirá haciéndolo”, dijo Blinken. “Pero estamos muy enfocados con los aliados y socios para asegurarnos de que ellos y nosotros estemos adecuadamente defendidos y que haya repercusiones, consecuencias por estas acciones de Corea del Norte”.