Traducido de LifeSitenews.com por TierraPura.org

Queremos estar al lado de la gente, como amigos y ayudantes”.

600 policías austriacos han pedido al ministro del Interior de Austria que retire los planes de vacunación obligatoria y han pedido que se ponga fin a la discriminación de las personas no vacunadas.

La carta, dirigida al ministro del Interior austriaco, Gerhard Karner, y fechada el 10 de enero, fue firmada por tres policías que dicen representar a un grupo de más de 600 de sus colegas.

“No queremos enfrentarnos a la población de forma amenazante durante lo que son manifestaciones predominantemente pacíficas que se organizaron debido al creciente descontento de la gente con los políticos”, escribieron los autores de la carta.

El pasado fin de semana volvieron a celebrarse varias manifestaciones en toda Austria, incluida la de Viena, la capital del país, donde se calcula que 20.000 personas salieron a la calle el sábado para oponerse a los planes de hacer obligatoria la vacunación para todos los ciudadanos mayores de 18 años.

El Ministerio del Interior austriaco reaccionó a la carta diciendo que “a las personas que la firmaron se les puede asignar una clara orientación política”.

“El 85% de los 32.000 policías austriacos ya han sido vacunados, eso es una declaración clara”, añadió el ministerio.

Sin embargo, los autores de la carta negaron precisamente esto, argumentando, en cambio, que no representan a ningún grupo político en particular.

“No somos extremistas de extrema derecha ni de extrema izquierda, no somos antivacunas… somos un grupo de varios cientos de policías de toda Austria… unidos por nuestra preocupación por el Estado de Derecho, la libertad de pensamiento, nuestros derechos fundamentales, así como nuestra salud”, escribieron.

A continuación, los autores hicieron una serie de peticiones al ministro del Interior Karner, pidiéndole en primer lugar que “garantice que no se introduzca en Austria ningún mandato de vacunación, ni profesional ni general, ni ninguna otra forma de vacunación forzosa indirecta”.

A continuación, pidieron la suspensión de la llamada regla 3G en los centros de trabajo, que consiste en permitir el acceso solo a las personas que se han vacunado contra el COVID-19, que han dado negativo en las pruebas o que se han recuperado de la enfermedad. Los autores pedían, en cambio, la supresión total de la norma, o su conversión en una norma 1G con el único requisito de dar negativo en la prueba para todos, como una forma de garantizar que “se ponga fin a la discriminación de los compañeros no vacunados”.

Por último, los autores pidieron que se les considere ayudantes y no enemigos del pueblo.

“Queremos estar ahí para el pueblo, como amigo y ayudante”, escribieron.

Desde que se anunciaron los planes de vacunación obligatoria, todos los sábados han tenido lugar en Austria protestas contra la vacunación, que han sido en gran medida pacíficas, con solo unos pocos informes de escaramuzas entre la policía y los manifestantes.

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