Fuente: Panampost.com
El régimen de Nicaragua anunció este viernes su primer «gran programa de viviendas» con el apoyo de China, el gigante asiático con el que restableció lazos diplomáticos en diciembre pasado, tras romper con Taiwán después de 31 años y al que Pekín considera como una «provincia rebelde».
La vicepresidente nicaragüense y esposa del dictador Daniel Ortega, Rosario Murillo, afirmó a través de medios oficiales que China aprobó para Nicaragua «un gran programa de viviendas para las familias en todo el país».
«Esperamos iniciar construyendo este año 2022, y el plan es para tres años», dijo Murillo, quien agregó que la cooperación de China, cuyo monto no precisó, permitirá construir viviendas «a decenas de miles de familias nicaragüenses en 84 (de los 153) municipios del país».
El programa es similar al que ya se conocía en Nicaragua como «Casas Solidarias», que el régimen sandinista desarrollaba con la cooperación de Taiwán, y que en dos etapas sumó al menos 1826 viviendas de interés social, en 49 municipios del país centroamericano.
La reanudación de relaciones
La dictadura nicaragüense hizo el anuncio dos semanas después de haber firmado con China un memorándum de entendimiento para establecer un «mecanismo de consultas políticas», un «acuerdo macro» de apoyo mutuo, otro sobre cooperación comercial, y uno más para exonerar de visas a los portantes de pasaportes diplomáticos de ambos países.
Nicaragua ya había tenido relaciones diplomáticas con Pekín entre 1985 y 1990, también bajo la presidencia de Ortega.
Al ser derrotado Ortega en las elecciones de 1990, el país centroamericano decidió retomar las relaciones con Taiwán, que a partir de 2018 se convirtió en el principal aliado asiático y uno de los más importantes a nivel global de Nicaragua, hasta que el dictador sandinista decidió restablecer relaciones con China.
En diciembre pasado, Pekín confirmó la reanudación de las relaciones diplomáticas con Nicaragua después de que el país centroamericano anunciara la ruptura de sus lazos con Taiwán, activos desde 1990, y reconociera el principio territorial de «una sola China» propugnado por Pekín.
El déficit habitacional en Nicaragua, uno de los tres países más pobres de América, junto con Haití y Venezuela, es de unas 957.000 viviendas, según datos oficiales.