Fuente: La Derecha Diario
Como todos los veranos hace casi una década, centenares de barcos pesqueros provenientes de China se ubican en la milla 201 del Mar Argentino, donde técnicamente están en aguas internacionales pero incursionan unos metros para depredar los recursos nacionales y luego salen para no ser atrapados.
El Comando Conjunto Marítimo, creado por el Ministerio de Defensa para reforzar el control y la vigilancia de los intereses argentinos en los espacios marítimos y fluviales, ya realiza un patrullaje permanente durante las 24 horas del día, pero no logra poner fin a esta práctica criminal.
Ante la falta de una política integral del Gobierno nacional para enfrentar la estrategia de los pesqueros chinos de quedarse en la milla 201, los buques argentinos se quedan con las manos vacías y no pueden hacer nada para evitar que la pesca ilegal continúe.
Así, el edificio de la Armada confirmó este 28 de enero que registró una concentración de 431 buques extranjeros en la milla 201, a la altura de Comodoro Rivadavia, un paso más allá de la Zona Económica Exclusiva, en la que la Argentina ejerce derechos soberanos.
Se calculó que 417 de ellos son pesqueros y que el resto son buques de apoyo logístico, que les proveen combustible y les reciben las cargas para transportarlas en condiciones refrigeradas a sus puertos de destino.
El 80% de los pesqueros detectados son chinos, el 8% corresponde a banderas españolas, y otro 8% a Corea del Sur. Completan la escena barcos de otras banderas, como Portugal.
El problema radica en que se cree que estos pesqueros tienen el apoyo del régimen comunista chino para depredar mares extranjeros, y hacen lo mismo en el Pacífico con Chile y con Ecuador. La pesca ilegal es una política de estado del Partido Comunista Chino, y de esta manera evita pagar exorbitantes aranceles por ejercer la pesca en el Atlántico Sur.
Ni el gobierno de Cristina Kirchner, ni el de Macri ni el de ahora de Alberto Fernández se animó a enfrentar a China por la pesca ilegal. La Armada Argentina tiene órdenes estrictas de no atacar estos pesqueros fuera de la Zona Económica Exclusiva, por lo que es prácticamente imposible detenerlos.
Hará falta un gobierno con coraje, que se anime a confrontar con China en el plano internacional, para lograr evitar que los pesqueros ilegales sigan depredando las especies marítimas y los recursos naturales argentinos.