Fuente: Minghui.org

Nombre chino: 曲彩玲
Género: femenino
Edad: 70 años
Ciudad: Fushun
Provincia: Liaoning
Ocupación: empleada de la oficina de planificación familiar
Fecha de la muerte: 22 de enero de 2022
Fecha de la última detención: 9 de octubre de 2002
Último lugar de detención: Centro de Detención N.º 2 de la ciudad de Fushun

La Sra. Qu Cailing, de la ciudad de Fushun, provincia de Liaoning, sufrió graves torturas mientras cumplía una condena de un año y medio en un campo de trabajo y otra de nueve años en prisión, por defender su fe en Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

Incapaz de soportar la presión de la persecución, su marido se divorció y obtuvo la custodia exclusiva de su hija adolescente. Su lugar de trabajo le suspendió la pensión en el año 2000, después de que fuera detenida por primera vez por su fe. Tras sufrir años de angustia mental y dificultades económicas, falleció el 22 de enero de 2022. Tenía 70 años.

La Sra. Qu trabajaba en la oficina de planificación familiar de Fushun. Sufrió de múltiples enfermedades, teniendo que ser hospitalizada varias veces al año. En febrero de 1997, decidió jubilarse anticipadamente, a la edad de 45 años. Dos meses más tarde, conoció Falun Dafa y su salud se recuperó poco tiempo después.

Después de que el régimen comunista chino ordenara la persecución en 1999, la Oficina 610 local, el personal de su lugar de trabajo y los trabajadores de la comunidad siguieron acosándola e intentando obligarla a renunciar a Falun Dafa. Fue detenida en la comisaría local tres veces y su familia extorsionada con 1.000 yuanes. Yu Manchang, director de la Oficina 610 del Distrito de Shuncheng, presionó a su marido y le ordenó que vigilara a la Sra. Qu. Yu amenazó con suspender su trabajo como profesor de escuela si no accedía.

Condena a un campo de trabajos forzados

La Sra. Qu fue a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Dafa en julio de 2000. Fue detenida y llevada de vuelta a Fushun. Estuvo recluida en varios centros de detención. Hizo una huelga de hambre para protestar por la persecución y fue liberada siete días después. Desde entonces, la Oficina 610 del Distrito de Shuncheng ordenó a su centro de trabajo que le suspendiera la pensión.

Fue detenida una vez más el 25 de agosto de 2000 y le impusieron un año y medio de trabajos forzados. Sufrió pancreatitis y experimentó enormes dolores. A pesar de su estado, Huang Wei, jefe del Campo de Trabajos Forzados de Wujiabao, la aceptó: “Si se hubiera tratado de cualquier otra persona en esas condiciones, no la aceptaríamos. Pero en el caso Falun Dafa, tenemos que aceptarlos”, dijo Huang.

Los guardias la obligaban a realizar trabajos no remunerados todos los días, desde primera hora de la mañana hasta las 9 de la noche. Cuando no tenían trabajo para ella. Era obligada a permanecer de pie bajo el sol abrasador y la golpeaban con un palo de madera.Muchos otros practicantes de Falun Dafa detenidos fueron sometidos a los mismos abusos, y tenían hinchazones en la cabeza y la cara y moretones en todo el cuerpo.

Recreación de la tortura: sentado en un pequeño taburete.

Diecisiete practicantes que se negaron a renunciar a Falun Dafa, incluida la Sra. Qu, fueron trasladados al tristemente célebre Campo de Trabajos Forzados de Masanjia el 22 de septiembre de 2000. Los guardias asignaron a dos reclusas para que la vigilaran las veinticuatro horas del día y la obligaron a sentarse en un pequeño taburete para que viera materiales de propaganda contra Falun Dafa todos los días. La golpearon constantemente y la maltrataron verbalmente, una vez se desmayó a causa de la tortura.

Un día, intentó hacer la meditación de Falun Dafa. En cuanto se sentó, más de diez reclusas se abalanzaron sobre ella, la abofetearon, le tiraron del pelo y la arrastraron al baño. Le taparon la boca con un trapo y la obligaron a ponerse en cuclillas. El guardia Wang Naimin la llevó después a su despacho y otro guardia, Qiu Ping, le aplicó descargas eléctricas en el cuello, el brazo y las manos. Qiu también la obligó a ingerir drogas desconocidas.

Después, las reclusas la llevaban al baño todos los días pasadas las 8 de la tarde y la obligaban a ponerse en cuclillas hasta la medianoche, antes de permitirle volver a su celda para dormir. Al cabo de un mes de esta tortura, desarrolló hipertensión arterial, una afección cardíaca y diabetes. Su peso corporal bajó de casi 82 kilos a 50 kilos. Sufrió una insuficiencia hepática y renal y también un derrame cerebral.

Los guardias la llevaron a un hospital psiquiátrico y ordenaron a los internos que la alimentaran a la fuerza dos veces al día con medicamentos desconocidos. Estuvo postrada en cama durante un mes y medio. Solo después de que los guardias dejaron de administrarle los fármacos, pudo ponerse de pie y volver a caminar.

En abril de 2001, el Campo de Trabajos Forzados de Masanjia envió a diez inquebrantables practicantes de Falun Dafa a otros campos de trabajo en Liaoning. La Sra. Qu fue llevada al Campo de Trabajos Forzados de Zhangshi. Para entonces, su presión arterial era peligrosamente alta y había desarrollado una visión muy borrosa. Al ver que estaba al borde de la muerte, los guardias finalmente la liberaron.

Varias personas contratadas por la Oficina 610 siguieron acudiendo para acosar a la Sra. Qu, a veces dando patadas a su puerta en plena noche. Estas personas se quedaban fuera de su casa para vigilarla. En una ocasión la detuvieron mientras caminaba por la calle y la llevaron a la estación de policía.

Durante el tiempo en que permaneció encarcelada en los campos de trabajo, su marido sufrió dos infartos y estuvo a punto de morir. Mientras él recibía tratamiento en el hospital, su hija de diez años aprendió a cuidarse. También visitaba a su padre todos los días después de salir de la escuela.

Cuando fue dado de alta, el marido de la Sra. Qu siguió viviendo con miedo. Luchaba contra una afección cardíaca y también desarrolló otras enfermedades. Incapaz de soportar la presión de la persecución, se divorció de la Sra. Qu.

Mientras tanto, la madre de la Sra. Qu estaba tan preocupada por ella que la salud de la anciana se deterioró rápidamente y falleció el 30 de noviembre de 2000.

Condenada a nueve años

La Sra. Qu fue detenida de nuevo la tarde del 9 de octubre de 2002 por presentar una denuncia penal contra Jiang Zemin, el exlíder del régimen comunista que ordenó la persecución contra Falun Dafa. Fue llevada a la Comisaría de Huashan donde la esposaron y encadenaron. El jefe de policía la golpeó en la cara con un libro grueso, le quitó la chaqueta y abrió la ventana para dejar que el gélido viento soplara sobre ella. También vertió agua fría sobre su cabeza.

Alrededor de las 9 de la mañana del día siguiente, la policía la desnudó, dejándola solo en ropa interior, y la ató a un poste de metal en el patio. Luego le echaron cubos de agua fría en la cabeza. Ella gritó “Falun Dafa es bueno” en señal de protesta. Los policías le taparon la boca con trapos. No dejaron de echarle agua hasta las 3:30 de la tarde.

Al tercer día, fue llevada al Centro de Detención N.º 2 de la Ciudad de Fushun. La policía volvió a interrogarla un mes después, tras atarla a una silla metálica.

Posteriormente, fue condenada a nueve años por “socavar el cumplimiento de la ley”, un pretexto habitual utilizado para criminalizar a los practicantes de Falun Dafa en China. Hizo una huelga de hambre en el centro de detención y fue alimentada a la fuerza. Los guardias le dejaron la sonda de alimentación en el estómago y también añadieron medicamentos desconocidos a su comida.

Para obligarla a renunciar a Falun Dafa, los guardias ordenaron a las reclusas que la torturaran durante cinco horas un día de junio de 2003. Perdió dos dientes a causa de los golpes. Los guardias también la confinaron en una jaula de metal en la que no podía ponerse de pie ni en cuclillas.

Los guardias intentaron llevarla a la Prisión de Mujeres de la Provincia de Liaoning en julio de 2003. La prisión se negó a aceptarla debido a su mal estado de salud. El tribunal evaluó su caso y le permitió cumplir su condena en casa. Pero la policía volvió a detenerla el 19 de julio y la llevó de nuevo al centro de detención.

En septiembre de 2003, el guardia Zhang Jinghui ordenó a varias reclusas que llevaran a la Sra. Qu al pasillo, ya que se tambaleaba debido a una presión arterial extremadamente alta. Zhang la pateó y la esposó y encadenó. También la mantuvo en régimen de aislamiento y atada a un banco del tigre. Presentó una denuncia contra Zhang, solo para sufrir una tortura más severa.

En otra sesión de tortura, Zhang le quitó la chaqueta, la encadenó a una silla de metal y abrió todas las ventanas de la sala de interrogatorios. Zhang pateó las piernas de la Sra. Qu y la maltrató verbalmente. La tortura duró dos días.

La presión arterial de la Sra. Qu se volvió peligrosamente alta. Estuvo varias veces en estado crítico. El centro de detención la liberó finalmente en octubre de 2004.

Sin trabajo ni pensión, no tenía ninguna fuente de ingresos, ya que estaba divorciada y era demasiado débil para trabajar. Acudió varias veces al Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos y a la Oficina 610 para exigir que se le restituyera la pensión, pero fue en vano.

Después de luchar contra su mala salud y la indigencia, la salud de la Sra. Qu se deterioró aún más y fue reanimada en tres ocasiones a finales de 2020. Falleció el 22 de enero de 2022, dejando a su hija una deuda médica de 150.000 yuanes.

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