Fuente: childrenshealthdefense.org

Un estudio revisado por expertos y publicado el mes pasado descubrió que el uso profiláctico de la ivermectina en una ciudad del sur de Brasil redujo la mortalidad por COVID en un 90% entre más de 223.000 participantes en el estudio.

El estudio, publicado en la revista “Cureus Journal of Medical Science”, también descubrió una reducción del 44% de los casos de COVID entre los que tomaron el medicamento al que se le ha dado un nuevo uso.

Entre el 7 de julio y el 2 de diciembre de 2020, se ofreció ivermectina a todos los residentes de Itajaí. Aproximadamente el 3,7% de los usuarios de ivermectina contrajeron COVID durante el periodo de prueba, en comparación con el 6,6% de los residentes que no tomaron el fármaco.

Basándose en los resultados, el Dr. Flavio Cadegiani, uno de los autores principales del estudio, dijo: “La ivermectina debe considerarse como una opción, especialmente durante los brotes”.

El Dr. Pierre Kory declaró a “The Epoch Times” que los resultados del estudio “deberían convencer a cualquier detractor. Lo que encontraron fue asombroso”.

Dijo Kory:

“Se podría pensar que esto daría lugar a grandes titulares en todas partes. Y sin embargo, nada. Y esto no es nuevo, esta censura de esta ciencia altamente efectiva y la evidencia alrededor de los medicamentos a los que se da nuevo uso. La censura de ellos no es nueva, sólo se está volviendo más y más absurda. Y tiene que acabar”.

Kory dijo que ni siquiera se trata de la ivermectina, “se trata de la captura de nuestras agencias por parte de la industria farmacéutica y de cómo nuestras normativas están todas dirigidas a suprimir y evitar el uso de medicamentos antiguos a los que se da nuevo uso” en favor de los medicamentos de alto beneficio.

Como suele ocurrir con los estudios que demuestran que la ivermectina es un tratamiento eficaz para el COVID, varios “verificadores de datos” se apresuraron a descartar el estudio.

Varias fuentes, entre ellas Politifact, citaron un largo hilo de Twitter de un estudiante australiano de posgrado en epidemiología, Gideon Meyerowitz-Katz, como prueba de que el estudio era “defectuoso”.

Un tuit calificó el estudio como “un ejemplo bastante sencillo de investigación observacional que se haría con datos médicos rutinarios”, pero alegó que los controles de los factores de confusión, como la ocupación y los factores de riesgo, eran “bastante inadecuados dado el propósito”.

Cadegiani calificó las críticas de infundadas, afirmando que los investigadores controlaron “todos los factores relevantes”, incluidas las comorbilidades, la edad, el sexo y la raza.

Dijo que la incapacidad de los críticos “para centrarse en los datos proporcionados por el propio estudio es … prueba de la extrema calidad del estudio”.

“Para nosotros, este es el mejor estudio observacional sobre COVID-19 hasta la fecha”, concluyó Cadegiani, “con una potencia casi equivalente a la de un enorme ensayo clínico aleatorio”.

Cadeigiani y sus colegas también tienen previsto publicar otros resultados sobre las tasas de hospitalización basados en el estudio.

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