Por Andrés Vacca – BLes.com

Las denuncias de censura bajo el régimen comunista chino tienen larga data. Las críticas aseguran que desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) irrumpió en el poder en 1949 ha buscado eliminar toda voz que contradiga o se oponga al discurso instaurado por los líderes del movimiento. 

Más de 70 años después las críticas siguen vigentes, y a diario se suman nuevas pruebas que dan fe de que el régimen continúa persiguiendo a comunicadores, profesionales y ciudadanos comunes que se atreven a denunciar distintos tipos de abusos cometidos por los gobernantes.

En enero de 2022, Beijing inauguró una nueva versión de los Juegos Olímpicos de invierno. Miles de periodistas de todo el mundo llegaron a China para transmitir el evento bajo advertencias de mantener suma precaución en sus discursos y evitar las críticas hacia el régimen comunista. 

Ni hablar de los periodistas chinos que bajo ningún punto de vista tienen permitido expresarse contra las políticas del régimen y las autoridades del PCCh, de hecho no existen medios de comunicación independientes radicados en China y todos los comunicadores que allí trabajan pertenecen a medios estatales o privados que responden directamente al gobierno.

Mientras tanto en este contexto, el régimen chino aprovecha esta nueva oportunidad en que tiene los ojos del mundo encima para mostrar una imágen idílica de su país, su cultura y sobre todo intentar vender al mundo la idea que bajo el comunismo, China ha prosperado en todos los aspectos imaginables. 

El régimen chino censura y reprime a las voces disidentes

Existe un factor común innegable en todos los regímenes de izquierda de la historia moderna; la falta de libertad de expresión. Cuando el comunismo se instala en el poder no da espacio a la disidencia, se impone un discurso único que debe ser respetado, y el que se oponga lo deberá mantener en reserva, pero bajo ningún punto podrá hacer de manera pública y mucho menos si representa a algún medio de comunicación. 

Con el desarrollo de internet en las últimas dos décadas, muchos periodistas y ciudadanos comunes dentro de China han logrado tomar contacto con asociaciones de derechos humanos en el exterior, logrando transmitir información y dar a conocer muchas de las atrocidades que comete el régimen comunista. 

Esto despertó el interés de periodistas de todo el mundo que intentaron ingresar a China para investigar sobre estas cuestiones y en muchos casos padecieron en carne propia la censura y la persecución.

Basta leer el informe sobre derechos humanos en China publicado por el Departamento de Estado de Estados Unidos unos meses después de la celebración de los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, para comprender la penosa realidad que viven millones de ciudadanos y que las acusaciones tienen larga data.

También resulta incomprensible que habiendo pasado 14 años, los reclamos que allí se expresan continúan vigentes e incluso se han incrementado. A pesar de esto Beijing nuevamente fue elegida como sede de los Juegos Olímpicos.

Según detalla el informe, durante el año de los JJ.OO. de verano de 2008: “El gobierno incrementó su severa represión cultural y religiosa de las minorías étnicas en las áreas tibetanas y la Región Autónoma Uigur de Xinjiang (XUAR), aumentó las detenciones y el hostigamiento de disidentes y peticionarios, y mantuvo controles estrictos sobre la libertad de expresión e Internet…Los abusos alcanzaron su punto máximo en torno a eventos de alto perfil, como los Juegos Olímpicos”.

El Departamento de Estado además asegura que el régimen comunista durante el tiempo que duró el evento deportivo, que lo mantuvo expuesto frente a la mirada del mundo, continuó monitoreando, hostigando, deteniendo, arrestando y encarcelando a periodistas, escritores y activistas junto a sus familias y abogados defensores.

Una prueba de que esta situación continúa igual o incluso empeoró con los años, es que en el 2021 el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), etiquetó nuevamente al régimen comunista chino como el mayor encarcelador de periodistas del mundo por tercer año consecutivo.

El informe relata en términos generales la desaparición de periodistas chinos que intentaron documentar el mal manejo del gobierno durante la pandemia de coronavirus chino y aquellos que intentaron informar sobre el genocidio en curso del pueblo uigur en Turkestán Oriental. También detalla algunos hechos puntuales como el encarcelamiento de Jimmy Lai, fundador del medio Apple Daily de Hong Kong.

La gran mayoría de los encarcelamientos de periodistas en China Continental enfrentan una serie de cuestionables cargos orwellianos. Tal es el caso de la periodista independiente Zhang Zhan, arrestada en mayo de 2020 por su cobertura crítica de la respuesta del régimen chino a la pandemia del virus del PCCh. Actualmente está cumpliendo una condena de cuatro años de prisión por “provocar peleas y provocar problemas”, una acusación ambigua utilizada con frecuencia para atacar a los críticos pacíficos del gobierno chino.

Otra prueba actual sobre el ocultamiento de la realidad por parte del régimen y la falta de libertad de expresión en China, es el caso de las inundaciones ocurridas durante el 2021 en Zhengzhou, capital de la provincia de Henan. Las intensas lluvias torrenciales inundaron carreteras y subterráneos, atrapando a automovilistas y viajeros, causando un número desconocido de víctimas hasta el día de hoy.

En un primer momento, mientras por el mundo ya circulaban fotos y videos en los que se podía observar a cadáveres flotando en el agua, los medios estatales chinos se obstinaban en afirmar que no había víctimas fatales. Luego, con más de 1 millón de evacuados les resultó imposible no reconocer que había varios muertos aunque siempre minimizando la situación y elogiando el accionar de las autoridades.

Otro punto crítico sobre la libertad de expresión en China es la censura por parte del sistema de inteligencia estatal sobre lo que está permitido ver y/o transmitir en internet. Las redes sociales occidentales, por lo general están bloqueadas así como los principales medios de comunicación. 

Las redes sociales locales, tales como las populares Weibo o WeChat, están completamente controladas y cualquier comentario contra el régimen es censurado automáticamente. 

Como se mencionó anteriormente la censura no es solo contra los chinos. Los periodistas y estudiantes extranjeros también son sometidos a estrictos controles y seguimientos. En la provincia de Henan, los funcionarios adquirieron un sistema de vigilancia que los rastrea como “personas sospechosas” utilizando los datos biométricos.

Acorde a lo reportado por Reuters, el sistema integra al menos 3 mil cámaras de reconocimiento facial integradas a varias bases de datos nacionales y regionales a través de las cuales se monitorean sus movimientos y acciones.

La estrategia incluye la participación de 2.000 operadores, entre funcionarios y policías, quienes intervienen de acuerdo con tres categorías de “peligrosidad” de las personas detectadas. 

Hong Kong: Censura extrema

El ex territorio autónomo de Hong Kong resulta uno de los casos paradigmáticos en los que el régimen chino violó todo tipo de compromiso internacional para resguardar el derecho a la libertad de expresión.

A partir de la imposición de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong en junio de 2020, el régimen comunista implementó un sistema legal que le permitió destruir por completo toda forma de disidencia política. Y en poco tiempo logró erradicar a los principales medios de comunicación anticomunistas.

El reconocido Apple Daily se vio obligado a cerrar después de que la policía congelara 2,3 millones de dólares de sus activos y allanara sus oficinas. Varios de sus ejecutivos, incluido el fundador Jimmy Lai, fueron arrestados y acusados ​​en virtud de la Ley de Seguridad Nacional.

Luego, en diciembre de 2021, otro de los pocos medios pro democráticos que quedaban en funcionamiento, el Stand News, tuvo que cerrar sus puertas y cancelar sus publicaciones luego de que más de 200 policías allanaron sus oficinas, además de congelar sus activos y encarcelar a sus directivos por presuntos delitos de “publicación sediciosa”, reportó Reuters.

Días después de este cierre, Citizen News, uno de los pocos medios de comunicación independientes que quedan en Hong Kong, también cesó sus operaciones, citando el cierre de Stand News como la razón principal.

La histórica “Carta Olímpica” despierta polémica por los JJ.OO. de Beijing

En este contexto en el que abundan las pruebas de que la dictadura comunista continúa siendo un sistema opresor de libertades básicas, el Comité Olímpico Internacional (COI) otorgó nuevamente el mérito de organizar una nueva versión de los Juegos Olímpicos a la República Popular China.

Las críticas se pronunciaron desde todos los rincones del mundo, pues claro, es difícil defender que un país anfitrión de los Juegos Olímpicos incumpla con tanta evidencia los preceptos básicos establecidos en la propia Carta Olímpica.

Entre otras cuestiones, la Carta Olímpica exige la preservación de la dignidad humana y repudia la discriminación de cualquier tipo en los países organizadores del evento. Y justamente las denuncias sobre la represión de la democracia, la ausencia de libertades y los abusos sistemáticos de los derechos humanos en China están muy por debajo de las exigencias de la Carta Olímpica.

“El disfrute de los derechos y libertades establecidos en esta Carta Olímpica debe garantizarse sin ningún tipo de discriminación, ya sea por raza, color, sexo, orientación sexual, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, riqueza, nacimiento u otra condición”, indica uno de los puntos básicos de la Carta Olímpica.

Por otro lado, el gobierno del país candidato a organizar el evento ha de remitir al COI un documento legalmente vinculante en virtud del cual garantiza y se compromete a que el país y sus autoridades públicas respetarán la Carta Olímpica.

Ahora bien, un gobierno acusado de genocidio en su persecución a la minoría musulmana uigur, un gobierno ausado encarcelar e incluso hacer desaparecer a las voces disidentes, un gobierno acusado de desarrollar un negocio multimillonario a partir de la extracción forzada de órganos a practicantes vivos de prisioneros de conciencia, como los praticantes de la disciplina Falun Gong, ¿puede realmente tener el honor de llevar a cabo la organización de los Juegos Olímpicos en dos oportunidades en menos de dos décadas?

Principales potencia anuncian un boicot diplomático contra los JJ.OO. de Beijing 2022

Evidentemente no hay consenso definido para responder a la pregunta que cierra el apartado anterior, pero si bien existen grupos de poder interesados en que el régimen chino sea anfitrión de eventos de jerarquía mundial como los Juegos Olímpicos, hay muchos políticos e instituciones del mundo que se opusieron fervientemente a que esto suceda.

Tras recibir el llamado de numerosas instituciones y agrupaciones de derechos humanos un grupo de legisladores bipartidista del Congreso de los Estados Unidos impulsó en julio del 2021 un boicot contra los Juegos Olímpicos de Beijing, utilizando como argumento principal el genocidio que está cometiendo el régimen comunista chino contra la etnia uigur y otros grupos minoritarios musulmanes turcos, según informó Fox News.

El representante Tom Malinowski de Nueva Jersey se pronunció a través de un comunicado en ese entonces diciendo: “No existen los juegos no políticos; dictaduras como China albergan los Juegos Olímpicos para validar su posición como países normales y respetados, incluso mientras continúan cometiendo crímenes contra su gente”.

Varios legisladores estadounidenses también han pedido al COI que posponga y reubique los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 por los abusos de derechos humanos en China.

Finalmente, la administración Biden anunció que llevaría a cabo un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Beijing 2022, que aunque sólo implica que ningún funcionario estadounidense acudiría al evento, el gesto del gobierno norteamericano tuvo un profundo impacto en la imagen del régimen comunista chino y alentó a otras naciones a hacer lo mismo.

“La administración Biden no enviará ninguna representación diplomática u oficial a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Pekín 2022, dado el genocidio y los crímenes contra la humanidad que está cometiendo (China) en Xinjiang y otros abusos contra los derechos humanos”, declaró en diciembre a los periodistas la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, según reportó The Hill.

Tal fue el impacto de esta noticia que días después del anuncio de la Casa Blanca, Andorra, Australia, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Reino Unido, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Puerto Rico, San Marino y Suiza anunciaron también un boicot diplomático contra la nueva edición de los Juegos Olímpicos.

Como si esto no fuera suficiente para demostrar un repudio generalizado, pocos días antes de que comenzara oficialmente el evento, el Parlamento Europeo registró 585 votos a favor, 46 en contra y 41 abstenciones, aprobando una solicitud de boicot político y diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, en rechazo a las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen comunista chino en Hong Kong.

El boicot europeo implica también la solicitud de más sanciones contra los funcionarios del PCCh y las empresas de Hong Kong y el resto del país confabuladas en los abusos, de acuerdo con lo reportado por el medio alemán RP Online del 20 de enero. 

Advierten a los participantes de los JJ.OO. a no pronunciarse contra el régimen chino

En un mensaje contundente antes de que comenzaran los Juegos, organismos de derechos humanos y políticos de jerarquía mundial, advirtieron a los atletas participantes que no esperen que el COI los proteja si intentan pronunciarse en defensa de los derechos humanos o critican a las autoridades chinas.

Si bien el COI ha dicho que los atletas tendrán libertad de expresión durante los Juegos de Invierno, también advirtieron que se siga la “ley pública aplicable”. Y si se tiene en cuenta la legislación autoritaria del régimen, pues mejor ni pensar en criticarlo porque las consecuencias podrían ser fatales.

En este sentido, durante una sesión informativa organizada por Human Rights Watch a mediados de enero, se advirtió a los participantes del evento que las leyes chinas son muy vagas en cuanto a los delitos que pueden utilizarse para enjuiciar la libertad de expresión de las personas. Además existe todo tipo de delitos que pueden llegar a ser imputados a comentarios pacíficos y críticos, y en caso de llegar a juicio, “China tiene una tasa de condena del 99% en estos casos”, advirtió Yaqiu Wang, investigador sobre China de Human Rights Watch

Los activistas citaron el caso de la tenista Peng Shuai, quien desapareció durante un tiempo tras acusar de abuso a un funcionario del régimen y luego apareció repitiendo un extraño discurso en el que parecía apoyar al gobierno comunista aunque se presume que estaba  sumamente presionada al pronunciar sus palabras.

En medio de las preocupaciones sobre la privacidad de los datos y el espionaje en China, el FBI y algunos equipos olímpicos en Europa también aconsejaron a los atletas que no lleven teléfonos personales ni computadoras portátiles a Beijing.

Por otro lado, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, instó a los atletas estadounidenses a guardar silencio sobre los abusos de los derechos humanos por parte de China argumentando que el gobierno del país es “despiadado”.

Pelosi emitió la advertencia durante su testimonio en una Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China. Reconoció que Estados Unidos tiene la obligación moral de condenar las violaciones de los derechos humanos, pero insistió en que los Juegos Olímpicos no eran el lugar adecuado para que los atletas expresaran sus preocupaciones.

Los dichos de Pelosi han provocado la reacción de algunos sectores quienes la acusaron de que su verdadero interés es que ni Estados Unidos ni sus representantes sean críticos con el régimen porque podría afectar sus intereses.

Ante esta reacción Pelosi aclaró“Cómo les deseo lo mejor a los atletas, no los animo a hablar en contra del gobierno chino allí porque temo por su seguridad si lo hacen”, y agregó que “(para) eliminar toda duda sobre por qué dije que no deberían hablar, es porque temo por su seguridad”.

Beijing 2022, abundan quejas de periodistas y deportistas

Miles de atletas, entrenadores, diplomáticos y miembros de los medios de comunicación extranjeros llegaron a Beijing en medio de las advertencias por la constate violación a los derechos humanos por parte del régimen chino, la falta de garantía de libertades básicas y la censura de voces críticas al aparato comunista.

Tal como lo establecen las normas impuestas por los organizadores de los juegos en China, los extranjeros al llegar al país deben permanecer encerrados en sus respectivas “burbujas de aislamiento”. La estrategia de “cero COVID” implementada por el régimen chino, sirvió de argumento perfecto para limitar al máximo la circulación de los visitantes y de este modo lograr mantenerlos encerrados en un ambiente controlado dentro del cual se puede mostrar una realidad que no es la que se vive fuera de la burbuja. 

A pesar de esto, los organizadores ya acumulan varias críticas por parte de atletas y federaciones. La mayoría está orientada a las pésimas condiciones que sufren los participantes que dieron positivo por covid al bajar del avión, aunque también se criticaron aspectos relacionados a la mala calidad de los alimentos y la celebración de competencias bajo condiciones climáticas inaceptables. 

La burbuja, conocida como “circuito cerrado”, comprende centros de medios de comunicación, hoteles, villas de atletas y las sedes de los eventos mismos. Todos los que estén dentro del circuito deben permanecer allí durante la duración de los juegos.

Una de las preocupaciones manifestadas por los visitantes tiene que ver con la seguridad digital, y concretamente con la aplicación oficial de los Juegos Olímpicos, MY2022. Todos los que están dentro del circuito están obligados a tener la aplicación en sus teléfonos, supuestamente para monitorear sus datos de viaje e información de salud, incluidos los resultados diarios de las pruebas de Covid-19 y el estado de vacunación.

Pero una investigación del Citizen Lab de la Universidad de Toronto encontró que la aplicación no es transparente sobre dónde se envían los datos personales confidenciales. La aplicación tendría una falla de cifrado que incluye una lista de palabras clave confidenciales en un archivo llamado “palabras ilegales.txt”, las palabras de censura están relacionadas con una variedad de temas políticos, incluidos asuntos internos como Xinjiang y el Tíbet, así como referencias a agencias gubernamentales chinas.

Dentro de la burbuja de circuito cerrado, las autoridades chinas han desmantelado el cortafuegos que rige en el resto del país, el cual bloquea una larga lista de sitios web, incluidos Google, Wikipedia, Netflix y la mayoría de los medios y servicios de noticias extranjeros. De este modo, los visitantes tienen permitido acceder a estos y transmitir en sus redes información de lo que están viviendo allí dentro.

Por otro lado, el equipo olímpico de Suecia ha denunciado que las condiciones en las montañas son peligrosamente frías. Mientras que una patinadora polaca padeció días de mucho temor mientras estuvo encerrada en una sala de aislamiento en Beijing y “lloró hasta no tener más lágrimas”, aseguró. Y los alemanes han presentado fuertes quejas por no haber recibido comida caliente a pesar del frío.

Más de 350 participantes de los Juegos han dado positivo por Covid al llegar a la capital china desde el 23 de enero. Muchos todavía están aislados, temiendo que sus Juegos hayan terminado y muchos dudan de que realmente sea verdad que dieron positivo.

Tal es el caso del jugador finlandés de hockey sobre hielo Marko Anttila, cuyo equipo cree que lo mantienen en aislamiento por covid-19 sin ningún motivo

El entrenador en jefe de Finlandia, Jukka Jalonen, dijo que la situación estaba afectando la salud mental de Anttila. “Sabemos que está completamente sano y por eso pensamos que China, por alguna razón, no respetará sus derechos humanos”, agregó.

Aún falta una semana para que finalicen los Juegos Olímpicos y las críticas ya son muy numerosas, por lo que se espera que en unas semanas cuando todos los deportistas y profesionales que asistieron al evento esten de regreso en sus respectivos países, las denuncias aumentarán, teniendo en cuenta que gran parte de los visitantes pueden estar haciendo caso a las recomendaciones respecto a no criticar al régimen ni la organización del evento durante su estadía en China. 

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