Traducido de Nordkurier por Tierrapura.org

Andreas Schöfbeck, presidente de la junta directiva de la aseguradora de salud alemana BKK Pro Vita, se sintió tan perturbado por los resultados del análisis de los datos sobre enfermedades de diez millones de asegurados que escribió inmediatamente al Instituto Paul Ehrlich (Agencia federal alemana y organismo de regulación médica e institución de investigación de vacunas y biomedicamentos). La carta también se envió a la “Comisión Permanente de Vacunación” (StIKo) y a la Asociación Médica Alemana.

“Infradeclaración de casos muy considerable”

En él, Andreas Schöfbeck calcula que los efectos secundarios de la vacuna son al menos diez veces más frecuentes según los datos de los pacientes que los comunicados por el Instituto Paul Ehrlich. Los críticos llevaban tiempo dudando de que las cifras de esta agencia federal fueran realistas y advertían de una infradeclaración de casos. Ahora existe el primer estudio a gran escala que lo confirma.

Para el año 2021, el Instituto Paul Ehrlich había informado de 244.576 casos sospechosos de efectos secundarios de la vacuna después de la vacunación covid. Schöfbeck escribe: “Los datos de que dispone nuestro instituto nos hacen pensar que existe una infradeclaración muy importante de casos sospechosos de efectos secundarios de la vacunación tras la aplicación de la vacuna covid. Nuestra muestra procede del conjunto de datos anónimos de las cajas de enfermedad de las empresas. La muestra incluye 10.937.716 asegurados. Esta evaluación ha demostrado, aunque todavía no tenemos los datos completos para 2021, que ya estamos asumiendo 216.695 casos tratados de efectos secundarios de la vacunación de esta muestra sobre la base de las cifras disponibles. Si estas cifras se extrapolan a todo el año y a la población de Alemania, probablemente entre 2,5 y 3 millones de personas en Alemania han recibido tratamiento médico por efectos secundarios de la vacunación tras la aplicación de la vacuna covid.”

Entre el cuatro y el cinco por ciento acude al médico por efectos secundarios

Schöfbeck clasifica estas cifras de forma inequívoca: “Consideramos que se trata de una señal de alarma considerable que debe tenerse en cuenta absolutamente en el uso posterior de las vacunas”. Parece estar muy seguro de la solidez de su análisis, ya que para los posibles críticos añade: “A nuestros ojos, las cifras pueden validarse con relativa facilidad y también a corto plazo solicitando a los demás tipos de cajas de enfermedad (AOKs, cajas de enfermedad sustitutas, etc.) una evaluación correspondiente de los datos de que disponen.”

Extrapolado al número de personas vacunadas en Alemania, si se confirman las suposiciones de los datos de la BKK, habría sido necesaria una visita al médico para el cuatro o el cinco por ciento de los vacunados. El Instituto Paul Ehrlich, por su parte, sólo informa del 0,3%.

“No se excluye el peligro de muerte”

Pero, ¿cómo pueden estar tan alejadas las cifras de una autoridad federal y de una aseguradora? Schöfbeck ofrece una posible explicación: el esfuerzo de informar es demasiado alto y no se recompensa. Los médicos han informado de que se tarda media hora por caso. Y luego Schöfbeck calcula lo que significaría en la práctica con tres millones de casos sospechosos: 1,5 millones de horas de trabajo de los médicos. Mil médicos no tendrían otra cosa que hacer durante un año que informar continuamente de los casos sospechosos.

Al final de su carta, vuelve a señalar con urgencia el carácter explosivo de los nuevos hallazgos: No se puede descartar el peligro para la vida humana, por lo que pidió una “respuesta” inmediata de los responsables.

La tecnología de la vacunación “al descubierto”

En este contexto, una recomendación de vacunación actualizada del Instituto Robert Koch puede cobrar mayor importancia: a partir de ahora, los médicos vacunadores deben tener cuidado de no inyectar el suero en un vaso sanguíneo. En la práctica, esto significa que el médico aprieta ligeramente el émbolo de la jeringa después de la inyección y así puede determinar si la sangre entra en la jeringa. Si este es el caso, busca otro lugar.

En el pasado, este procedimiento era una práctica común, pero debido a que puede causar dolor adicional, ya no se recomienda para las vacunas covid y tampoco para la mayoría de las otras vacunas. Los profesionales de la medicina con experiencia no lo entendían, pero cuando se les criticaba se les ridiculizaba o incluso se les despreciaba por no estar al día. Ahora el Instituto Robert Koch ha adoptado discretamente su posición. Se ha visto en modelos animales que la inflamación del músculo cardíaco puede producirse con mayor frecuencia si la vacuna entra en el torrente sanguíneo.

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