Alvaro Colombres Garmendia – BLes.com
Considerada la segunda economía más grande del mundo, bajo sus propias estadísticas, China pasó de un crecimiento anual de más del 10 por ciento durante décadas hasta los últimos cuatro años en que comenzó a declinar seriamente hasta un poco más del 2 por ciento anual. Aunque hubo algunos factores externos que contribuyeron con la caída económica, fueron las políticas del propio PCCh los principales causantes de su declive.
El bloqueo de la información, la premisa
Realizar un análisis certero sobre la economía china, resulta una ordalía. No solo es el régimen comunista chino la única fuente de las estadísticas y cifras que maneja el resto del mundo sobre China, sino que el PCCh tiene un largo historial de manipular la opinión pública usando información falsa de negar sin dar explicaciones.
Sumado a ello, todos los medios principales chinos están intervenidos por el estado y no existen medios críticos del PCCh dentro del continente y la censura en Internet es tan alta que es muy difícil enviar información crítica fuera del país, lo que da como resultado que para llegar a un aproximado de lo que realmente ocurre dentro de China, muchos expertos y medios especializados, utilizan la información de ‘periodistas ciudadanos’, informantes dentro del sistema o chinos exiliados que conocen la situación interna del país.
Aun así, se considera que todas las cifras y estadísticas sobre China son aproximadas y se calcula que siempre son peores de lo que se publican.
Un caso concreto: muchos expertos y medios especializados en China aseguran que existen cientos de millones de chinos en las zonas rurales y urbanas que viven con niveles muy altos de pobreza, sin acceso al agua potable, electricidad, hospitales, viviendo de lo que siembran.
Sin embargo, basados en las estadísticas propias del régimen chino, el mundo entero festejó en 2020 cuando China anunció que eliminó completamente la pobreza extrema, aunque ninguna entidad organización independiente o gobierno del mundo, pudo comprobar que esto fuera verdad.
El ‘milagro chino’
Bajo el liderazgo del Partido Comunista Chino, mientras la mayoría de los países en Asia estaban prosperando, China estaba empobrecida. Debido a los constantes movimientos políticos del PCCh como el Gran Salto Adelante, que causó la Gran Hambruna donde murieron más de 10 millones de chinos por la idea de Mao Zedong de ‘industrializar’ China, las políticas del PCCh llevaron a China a la pobreza y desesperación.
En sus últimos intentos por mantenerse en el poder, Deng Xiaoping decidió abrir la economía y en pocos años, la abundante mano de obra barata, una tentación para las compañías que buscan reducir costos de producción, convirtió gradualmente a China en el centro de manufactura del mundo.
A pesar de que Deng Xiaoping junto con Jiang Zemin, en respuesta los pedidos de democracia de los estudiantes decidieron responder usando el ejército y pasando por encima de miles de chinos inocentes con tanques de guerra en lo que fue la Masacre de Tiananmen de 1989, Estados Unidos ayudó al PCCh a ingresar a la Organización Mundial del Comercio en 2001, el cual fue un punto de inflexión en su crecimiento económico.
Analizaremos los factores externos que impactaron en el crecimiento económico de China y por separado los factores internos o políticas domésticas que empeoraron la delicada situación.
Factores externos
La guerra comercial con Estados Unidos
Sin duda la guerra comercial iniciada por Donald Trump en 2018 tuvo un gran impacto en la economía china, aunque los funcionarios del PCCh hayan intentado restarle importancia.
Según datos oficiales, fue a partir de 2018 que el PBI de China comenzó a declinar. Junto con la pandemia en 2019, la economía china pasó de un poco más del 6 por ciento de crecimiento anual al 2.3 por ciento en 2020; no hay datos disponibles aún del 2021.
Trump inició su guerra comercial con el PCCh en un intento de equilibrar la balanza comercial, donde China siempre vende mucho más de lo que compra. Si bien el PCCh respondió agresivamente imponiendo tarifas a los bienes estadounidenses, el efecto mediático de la campaña de Trump arrastró a algunos de los aliados de Estados Unidos a disminuir su dependencia de China.
Según un reporte de Forbes, la guerra comercial no solo disminuyó el comercio entre China y Estados Unidos que sigue siendo el principal socio comercial de China, sino que se calcula que las exportaciones chinas a nivel mundial han caído en 25.000 millones de dólares desde que se aplicaron los aranceles o tarifas.
Y a pesar de que en los nueve primeros meses de 2021, los bienes importados de China a Estados Unidos se dispararon un 19 por ciento y el déficit comercial aumentó un 15 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2020, la disputa entre ambos países continúa, especialmente en el área de los semiconductores.
De las 500 grandes empresas estadounidenses que tienen sus fábricas en China, 50 trasladaron su producción total o parcialmente fuera de China a otros países del Sudeste Asiático, según un reporte de South China Morning Post, entre ellas Apple, Dell, Hewlett Packard, Nintendo, aunque sus motivos fueron más bien evitar el fuego cruzado de las tarifas que estaba impactando el costo final de sus productos.
La pandemia
Aunque no se puede considerar completamente un factor externo, la pandemia que se originó en la ciudad de Wuhan acentúo la caída del crecimiento económico chino principalmente debido a que la interrupción de la cadena de suministros de elementos considerados esenciales durante una emergencia sanitaria cuya mayoría se fabrica en China, obligó a muchos gobiernos a replantear el escenario en el dependen de otro país para mitigar una crisis de tal magnitud.
Según un reporte de Gatner, el 33 por ciento de los líderes de la cadena de suministros mudó total o parcialmente su manufactura fuera de China o tiene planeado hacerlo antes del 2023.
El informe está basado en una encuesta a 260 líderes de la cadena de suministro mundial quienes indicaron que entre las razones de mayor peso está el incremento de las tarifas entre Estados Unidos y China lo que generó que los costos producir en China y en otros países asiáticos o inclusive localmente, se achicaran enormemente.
“Hemos comprobado que los aranceles impuestos por los gobiernos de Estados Unidos y China durante los últimos años han aumentado los costos de la cadena de suministro hasta un 10% para más del 40% de las organizaciones. Para algo más de una cuarta parte de los encuestados, el impacto ha sido incluso mayor”, dijo Kamala Raman, analista director senior de la Práctica de la Cadena de Suministro de Gartner.
“Las ubicaciones alternativas más populares son Vietnam, India y México. La segunda razón principal para trasladar los negocios fuera de China es que los responsables de la cadena de suministro quieren que sus redes sean más resistentes”, agregó.
En julio de 2020 el gobierno japonés anunció un subsidio de más de dos mil millones de dólares para que las empresas japonesas salieran de China con el argumento de disminuir la sobre dependencia de China.
El programa fue llamado ‘China exit’ y según el Japan Forward, unas 87 empresas aceptaron el subsidio del gobierno para trasladar su producción de vuelta a Japón y otros países asiáticos.
En 2010, Foxconn, el principal proveedor de Apple anunció que trasladará el 30 por ciento de su producción a Vietnam e invirtió mil millones de dólares en una planta en India para no depender completamente de China.
Factores internos
Las políticas económicas del PCCh
A diferencia de otros países desarrollados en vías de desarrollarse, el Partido Comunista Chino regula y controla todos los aspectos de la economía tanto a nivel macro como micro, por lo que no solo no puede considerarse un país con libre mercado, sino que su crecimiento o estancamiento económico son el resultado de las políticas del régimen.
En otros países no comunistas si bien el estado regula hasta cierto grado el sector privado, las empresas e individuos en general tiene la libertad de tomar decisiones y el mercado fluctúa naturalmente.
Para analizar la economía china es clave tener en cuenta que nada pasa por alto el escrutinio o control del régimen chino, y como veremos más adelante, muchas veces las decisiones políticas son para favorecer al Partido y no tanto a la economía del país.
Aumento de los costos de producción y la mano de obra
Uno de los pilares del crecimiento económico chino fue la abundante mano de obra barata y altamente especializada. En 2017 se registró hasta un 20 por ciento de aumento en los ingresos de los chinos según Fox News.
Mas recientemente, el año pasado, bajo la política de ‘prosperidad compartida’ de Xi Jinping, los sueldos en China volvieron a aumentar. Según Nikkei, pasaron de 254 dólares mensuales a 370 dólares.
Comparado con otros países del sudeste asiático que también son destino de las grandes compañías, el costo de la mano de obra china dejó de ser competitiva y fue motivo para que muchas empresas busquen alternativas fuera del país.
Para tener una idea aproximada, empresas japonesas del sector de la manufactura pagaron un salario base medio de 531 dólares al mes en 2020, comparado con los 447 dólares de Tailandia y los 250 dólares de Vietnam.
La intervención estatal del sector educativo y tecnológico
Sector tecnológico
Entre septiembre y noviembre del año pasado, el PCCh decidió aplicar nuevas regulaciones al sector de la tecnología incluyendo la Ley de Seguridad de Datos y la Ley de Protección de Información Personal y otras medidas antimonopolio las que tuvieron enormes impactos en la economía.
Bajo las nuevas regulaciones las empresas que tienen más de un millón de usuarios no pueden compartir sus datos con entidades extranjeras, y a la vez las compañías extranjeras que operan en China deben alojar los datos de sus clientes en servidores locales.
Para las compañías locales esto significa que es el régimen comunista chino quien decidirá si pueden operar en las bolsas de comercio extranjeras.
El caso más notable fue el de la compañía Didi, que ofrece servicios de transporte urbano, una especie de Uber chino.
Luego de que Didi realizara su primera oferta pública en Wall Street sin la ‘aprobación’ del régimen chino, este lanzó una investigación sobre la compañía y la acusó de violar la ley de protección de datos. Removió todas las aplicaciones de Didi en las tiendas virtuales en China y Didi se vio forzada a retirarse de Wall Street, perdieron millones de dólares.
Luego de que Jack Ma, el fundador de Alibaba, el gigante de ventas online, criticara al PCCh por el control estricto del sector privado, el régimen forzó la salida de Ant Group de Wall Street y obligó a la corporación a registrarse como una empresa financiera, además de aplicarle una histórica multa de 2.8 mil millones de dólares por sus prácticas monopólicas.
Tencent, desarrollador de Tik Tok, también tuvo que cancelar una fusión con un servicio de música bajo la ley antimonopolio.
Según South China Morning Post, el sector tecnológico chino que es el absorbe la gran mayoría de los graduados universitarios, perdió en conjunto un billón de dólares, una gran fuente de impuestos para China.
Como daño colateral, compañías como Yahoo y Linkedin de Microsoft anunciaron su salida de China continental debido al “entorno empresarial y jurídico cada vez más difícil”.
La ofensiva del régimen comunista chino sobre el sector tecnológico, que según el Centro de Estudios Estratégico e Internacionales aporta casi el 40 por ciento del PBI de China es un misterio para muchos observadores que pronostican con esto una severa caída del crecimiento económico chino, que fue siempre uno de pilares del PCCh para legitimar su régimen.
El mundo de los videojuegos y el entretenimiento también sufrieron la ofensiva del régimen que estableció que no se pueden desarrollar juegos con tópicos como la reencarnación, demonios y cosas sobrenaturales o las novelas de la TV no pueden tener personajes y dramas demasiado extremos y deben simplemente describir las cosas buenas y simples de la vida común.
Sector educativo
En julio del año pasado, el Consejo de Estado, publicó nuevas normas que prohíben a las empresas con fines de lucro impartir clases particulares en las asignaturas del plan de estudios básico, así como la inversión extranjera en dichas empresas. No se concederán nuevas licencias y todas las empresas existentes deberán registrarse como no lucrativas.
En otras palabras, de un día para otro, todas las compañías dedicadas a la educación privada no podían cobrar por sus clases.
Se estima que el sector tenía unos 10 millones de empleados. Un caso notable fue el de la compañía New Oriental que anunció el despido de más de 50 mil empleados debido a las nuevas regulaciones.
New Oriental estaba dedicado inicialmente a preparar a los chinos para el examen de inmigraciones de los Estados Unidos, aunque más tarde cerró su programa.
Expertos ven esta decisión como una clara indicación de que el régimen comunista chino busca cortar con la influencia de Occidente en la sociedad china, puesto que en el sector de educación privada los alumnos están expuestos a las metodologías y contenidos de otros países.
La política de ‘cero COVID’
Con el brote de coronavirus en todo el mundo, el PCCh recurrió a medidas extremas para controlar los contagios, encerrando a la gente en sus casas, colocando vallas de seguridad con policías que aseguraban que nadie salía ni entraba.
Este fue el factor que causó la interrupción en la cadena de suministro puesto que no se podía ir al puerto a enviar los productos y tampoco a buscarlos.
La demora en el despacho causó un aumento en el costo de los envíos debido a la alta demanda generada por el retraso.
La compañía T2M de California que fabrica joystick para iPhone produce sus componentes en diversos países asiáticos y los arma en China para enviarlos luego a los Estados Unidos.
Según una entrevista de su CEO, Fraser Townley, con Vision Times, la compañía pasó de pagar 3500 dólares por cada contenedor a 18 mil en 2021 cuando las restricciones por la pandemia se levantaron.
Como resultado, T2M está considerando dejar de ensamblar sus productos en China para hacerlo en California pues los beneficios de ensamblar en China se consumen con el costo del envío.
Un reporte del 2020 del sitio de noticias alemán DW asegura que después de la pandemia, los funcionarios del PCCh y los medios estatales se muestran más agresivos con los directivos de las empresas extranjeras.
Muchos ejecutivos aseguran que no los dejaron volver a sus empresas, tampoco sus empleados podían entrar y notaron que las noticias en los medios estatales se ven más agresivas hacia las empresas europeas.
Boicot a empresas coreanas
En 2017, luego de que Corea del Sur firmara un acuerdo para otorgar tierras a los Estados Unidos para instalar un sistema de misiles como parte de los convenios usuales en materia de seguridad entre ambas naciones, los medios estatales chinos comenzaron a pedir un boicot a las marcas coreanas.
Lotte Mart una cadena de centros comerciales coreana con gran presencia en China, responsable de haber otorgado las tierras a los Estados Unidos, sufrió fuertes represalias del régimen chino que cerró al menos 10 centros comerciales por ‘defectos’ de seguridad.
Según South China Morning Post (SCMP), decenas de chinos también organizaron protestas frente a los centros comerciales de Lotte en su momento, aunque es muy posible que las protestas hayan sido organizadas por los líderes locales del Partido con incentivos monetarios.
No obstante, Lotte Mart tiene al menos 20 mil empleados chinos en sus centros comerciales en toda China.
Samsung cerró todas sus fábricas en China y en 2019 dejó completamente de producir allí. Algunos medios aseguran que había pueblos enteros que dependían de Samsung y que ahora son pueblos fantasmas.
Kia, la marca de autos, también cerró una importante fábrica en 2019 debido a la caída en las ventas.
La gigantesca Hyundai cerró su fábrica de Beijing en 2019 luego de reportar una pérdida de mil millones de dólares en ventas. No obstante, la compañía paralelamente reportó enormes beneficios en el resto de sus ventas globales.
Si bien el cometido del boicot pudo haber logrado su objetivo, el daño colateral a la economía china, fue devastador.
La cuestión de los derechos humanos en Xinjiang
Grandes empresas como Adidas, Nike y Apple se vieron envueltas en el escándalo de la persecución a los uigures en la provincia de Xinjiang debido al uso del algodón y la mano de obra esclava en la cadena de producción.
Un reporte publicado por el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI) asegura que estas grandes marcas se han beneficiado del trabajo esclavo de los uigures en campos de concentración en Xinjiang y en toda China debido a la campaña sistemática de persecución del régimen chino.
Luego del escándalo, Adidas trasladó la mayoría de su producción a Vietnam, Apple también invirtió en India y Vietnam, aunque todavía enfrenta desafíos para irse de China porque Vietnam no tiene la infraestructura que tiene China.
Dell y Sony son otras dos grandes empresas que abandonaron China en parte debido al entorno hostil y a los malos resultados de las ventas, respectivamente.
Robo de datos
Durante la guerra comercial con los Estados Unidos, la administración Trump prohibió el uso de dispositivos de la marca Huawei en el país, alegando que la compañía espiaba los datos personales de sus usuarios estadounidenses enviando la información a sus servidores en China, una denuncia similar se hizo sobre Tik Tok.
La denuncia tuvo un efecto devastador en la compañía china que tenía pactado instalar la red 5G en el Reino Unido y otros países. Por la insistencia del entonces secretario de estado Mike Pompeo, Reino Unido canceló el contrato con Huawei.
La popular aplicación de videoconferencias, Zoom, fue una de las compañías estadounidenses que quedó atrapada en el fuego cruzado de Huawei.
Debido a que el PCCh obliga por ley a las empresas cuyos servidores están en China a compartir los datos con las agencias de inteligencia estatales, Zoom, cuyos servidores están en China, en agosto de 2020 anunció que dejaría de vender sus productos a clientes en China.
Desempleo
Con el impacto en la economía del éxodo de grandes empresas, la guerra comercial, la ofensiva del régimen en el sector de la tecnología y la educación privada, los negocios más pequeños que no suelen tener suficiente capital para mitigar el efecto de una crisis financiera, se llevan la peor parte.
En diciembre de 2021, se reportaron el cierre de 4.37 millones de pequeñas y medianas empresas en China, siendo la cifra de nuevos emprendimientos tres veces menor.
Las pequeñas y medianas empresas en China generan hasta un 60 por ciento de los ingresos impositivos del país.
Según un reporte del SCMP, en abril del 2020, había más de 200 millones de chinos desempleados, que perdieron su trabajo durante la pandemia o que no podían encontrar un trabajo a medida que la vida volvía a la normalidad, aunque se calcula que la cifra es mucho mayor por la falta de transparencias de las agencias estatales.
El año pasado, Amazon comenzó a ‘purgar’ de su portal de ventas a vendedores chinos acusándolos de sobornar a sus clientes para que dejen buenas críticas y así suba su reputación en el portal.
Más de 250.000 cuentas fueron cerradas en el proceso, 50 mil vendedores afectados y las ventas online chinas perdieron 15.8 mil millones según Vision Times.
En China hay más de 3 millones de empresas dedicadas a las ventas online con alrededor de 50 millones de empleados.
El costo político de las decisiones políticas del PCCh
Sin poder hacer una evaluación muy precisa por la falta de acceso a la información, se puede decir que la economía china está colapsando y que las políticas del PCCh han exacerbado la situación.
A diferencia de otros países libres, los líderes del PCCh no tienen que preocuparse por la opinión pública –que está fuertemente condicionada por los medios estatales y la policía de Internet– o dado el caso por ser reelegidos y simplemente pueden buscar un chivo expiatorio para responsabilizar a alguien más de los desastres causados por sus propios errores.
Tal fue el caso de Evergrande, la compañía constructora china más grande del mundo.
Durante años Evergrande tomó préstamos de bancos estatales chinos y junto con los fondos de inversores extranjeros, emprendió proyecto tras proyecto, construyendo masivamente, pero muchas veces sin terminar uno, iniciaba otro.
Evergrande representó casi un 25 por ciento del crecimiento económico de China durante los últimos años, pero de un día para otro colapsó, dejando una deuda de 300 mil millones de dólares, miles de personas sin casas que ya fueron pagadas y millones de proveedores, empresas y contratistas relacionados sin trabajo.
Dado el sistema de gobierno de China Evergrande nunca pudo haber llegado a convertirse en lo que fue o, a generar la burbuja inmobiliaria sin el control del PCCh y que los funcionarios del régimen chino no se enriquecieron con este.
Sin embargo, los reportes en los medios hablan de la posibilidad de que el Partido ‘rescate’ o ‘evite’ la caída completa de Evergrande, intentando presentar al PCCh como el ‘salvador’ una vez más cuando todo ocurrió bajo su supervisión.
Dado que el crecimiento económico en China siempre ha sido el pilar de la legitimidad del Partido que ha convencido a una porción de la sociedad que ‘gracias’ al PCCh China goza de prosperidad, el colapso económico de los últimos tres años, podría también significar la caída del régimen chino o al menos el costo político podría ser alto.