Fuente: La Razón

El presidente de EE UU, Joe Biden, se encuentra en la capital comunitaria para asistir a un maratón de cumbres, la primera de ellas con los socios de la OTAN. El mensaje es claro: mostrar una unidad sin fisuras de Occidente ante la guerra en Ucrania y simbolizar el aislamiento de Rusia de la escena internacional.

Ésta es la segunda visita del inquilino de la Casa Blanca a Bruselas. La primera se produjo poco después de ser elegido. Entonces, en la capital comunitaria nadie prestaba demasiada atención a Vladimir Putin y Biden centró sus esfuerzos en reclutar a los aliados europeos para librar una guerra conjunta contra China y hacer olvidar los malos momentos la era Trump.

Muchas cosas han cambiado desde entonces. La guerra de Ucrania ha sacudido fuertemente el orden internacional y ha cambiado las prioridades, pero algunas amenazas continúan. Aunque quizás con un nuevo rostro.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, estará al frente de la Alianza durante un año más para así supervisar la respuesta a la guerra de Rusia contra Ucrania. Así lo confirmó el propio Stoltenberg al terminar la cumbre extraordinaria de los líderes de la OTAN.

El mandato de Stoltenberg terminará por tanto el 30 de septiembre de 2023.

“Mientras nos enfrentamos a la mayor crisis de seguridad en una generación, nos mantenemos unidos para mantener nuestra alianza fuerte y nuestra gente segura”, aseveró Stoltenberg al referirse a la guerra de Rusia contra Ucrania, que limita con los miembros orientales de la OTAN, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Hungría.

El secretario general de la OTAN ofreció una rueda de prensa en la que incidió en que se dará mayor respaldo a Ucrania en su lucha para defenderse de las tropas invasoras rusas.

La OTAN se mostró preocupada porque todo apunta a que Rusia intenta crear un pretexto para acusar a Ucrania y a sus aliados de prepararse para usar armas químicas, reconoció Stoltenberg.

La Alianza ha decidido activar “los elementos de defensa química, biológica, radiológica y nuclear” de la organización transatlántica, explicó el secretario general.

“Nuestro principal comandante militar, el general (Tod D.) Wolters ha activado los elementos de defensa química, biológica, radiológica y nuclear de la OTAN”, declaró el político noruego al terminar la cumbre.

Cualquier uso por parte de Rusia de un arma química o biológica sería inaceptable y tendría graves consecuencias. A pesar de que el propio Stoltenberg ha reconocido que la utilización de este tipo de armamento podría afectar también a los países limítrofes que pertenecen a la OTAN, no ha querido aclarar cuál sería exactamente la respuesta de los miembros de la organización militar y si esto podría desencadenar la activación de la cláusula de defensa colectiva de la Alianza de uno para todos y todos para una.

También anunció que se reforzará la defensa de países que no son miembros como Georgia o Bosnia-Herzegovina.

Al término de la reunión de la Alianza, Stoltenberg ha advertido a Pekín contra cualquier veleidad de ayuda a Rusia. Aunque China ha apostado por ponerse de perfil y se ha limitado a abstenerse en la resolución de condena a Moscú realizada por la ONU, la inteligencia estadounidense sospecha que puede estar armando a Rusia. Además, la Alianza ve con preocupación el pronunciamiento del Gobierno chino en contra de que Ucrania se una a la Alianza y cree que Pekín esté sirviendo de amplificador de las narrativas de desinformación ideadas por el Kremlin.

“Hoy, los aliados de la OTAN han pedido a China que se abstenga de ayudar a Rusia en la guerra”, ha asegurado Stoltenberg en rueda de prensa, si bien parte de la diplomacia europea confía en que Pekín puede desempeñar un papel de mediación- aunque sea como mal menor-, ya que es la única potencia que puede influir sobre el Kremlin.

El comunicado aprobado por los treinta miembros de la Alianza también pide a Pekín el respeto al “orden internacional incluyendo los principios de soberanía e integridad territorial” y evitar “cualquier tipo de acción que ayude a Rusia a eludir las sanciones”.

En su cumbre extraordinaria en Bruselas sobre la guerra en Ucrania, los líderes aliados también acordaron establecer cuatro nuevos batallones internacionales en Hungría, Bulgaria, Eslovaquia y Rumanía, de acuerdo a la declaración conjunta que acordaron.

Los líderes de la OTAN se han comprometido a elevar su incremento en el gasto en Defensa, manifestó el secretario general de la Alianza.

A pesar de que hoy el primer ministro ucraniano, Volodimir Zelenski, ha intervenido de manera telemática en esta cumbre y ha ha vuelto a pedir una zona de exclusión aérea para luchar contra la artillería rusa, los aliados de la OTAN se sigue oponiendo ya que temen que esta participación directa desencadene una Tercera Guerra Mundial.

“Estoy seguro de que entienden que Rusia no tiene intención de detenerse en Ucrania”, indicó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un discurso en vídeo que fue publicado por la presidencia ucraniana.

“Quiere ir más allá. Contra los miembros orientales de la OTAN. Los Estados bálticos. Polonia, sin duda”, aseveró el mandatario ante los líderes de la Alianza por videoconferencia.

Aunque se espera que la OTAN aumente su apoyo a Ucrania, Jens Stoltenberg ha manifestado que la alianza no enviará tropas ni aviones a Ucrania.

Zelenski se mostró agradecido por el apoyo que Ucrania ha recibido de algunos Estados miembros de la OTAN.

“Pero la OTAN todavía tiene que mostrar lo que la Alianza puede hacer para salvar a la gente”, explicó. “Da la sensación de que estamos en la zona gris entre Occidente y Rusia, pero estamos protegiendo todos nuestros valores compartidos y los vuestros”.

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