Por Vanesa Catanzaro – BLes.com

Hace 23 años sucedió en China un sorprendente acto pacífico y de valentía de un grupo de personas que querían salvaguardar su libertad de creencia e impedir una persecución de parte del régimen chino

El 25 de abril de 1999, alrededor de 10.000 personas se manifestaron pacíficamente cerca del recinto del gobierno de Zhongnanhai en Beijing. Estas personas eran todas practicantes de la disciplina Falun Gong, a la que también se la conoce como Falun Dafa

Falun Gong es una antigua práctica espiritual de la escuela Buda, que se basa en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, la cual adquirió una rápida popularidad en China desde 1992, cuando comenzó a transmitirse.

En un contexto donde el ateísmo impuesto por el Partido Comunista chino (PCCh), vació de valores espirituales al pueblo chino, las enseñanzas de Falun Gong fueron acogidas de buena manera, llegando a tener un estimado de 100 millones de personas practicando la disciplina.

Además, consta de 4 ejercicios suaves y una meditación que mejoran el estado físico, por lo que se podía ver a la multitud en parques practicando.

Acorde a lo que señaló Minghui.org, el PCCh, a través de la Oficina de Seguridad Pública, había comenzado a acosar a los practicantes desde mucho antes. 

Luo Gan, quien entonces era el jefe del Comité de Asuntos Políticos y Legales (PLAC), estuvo buscando excusas para prohibir a Falun Gong desde 1997, pero no lo logró hasta abril de 1999, el día de la apelación.

Los practicantes se fueron convocando espontáneamente, sin pancartas, de manera silenciosa y ordenada, tanto así que esto fue destacado por los medios mundiales.

El motivo por lo que se reunieron fuera de la oficina central de apelaciones en Beijing, fue para solicitarle al gobernante partido comunista chino, 3 cosas: 

  • Que otorgue a Falun Gong el estatus legal de práctica espiritual no política.
  • Que permita la publicación de los libros del fundador de Falun Gong, el señor Li Hongzhi.
  • Que libere a 45 practicantes que habían sido arrestados el día anterior en Tianjin.

Estos arrestos se produjeron porque estas personas habían pedido la retractación de un artículo científico que difamaba a la disciplina con desinformación y desaconsejaba que los jóvenes la practiquen. 

El artículo había sido escrito por el cuñado de Luo, He Zuoxiu, un científico de la Academia China de Ciencias y un seguidor cercano del Partido Comunista chino. El mismo fue publicado en la revista de ciencias, “Youth Reader of the Tianjin College of Education” de la Facultad de Educación de Tianjin, el 11 de abril de 1999, y replicado por la cadena de televisión de la capital de China.

Cómo se desarrolló la apelación

Según la página web Minghui, ese día, las autoridades llamaron a varios representantes de Falun Gong para reunirse con el premier chino, Zhu Rongji. Al parecer las solicitudes de los practicantes habían sido escuchadas y esa noche los arrestados en Tianjin fueron liberados, así que todos regresaron a su casa.

Pero para muchos, la apelación de Beijing significó el detonante para que el partido comunista chino justifique una persecución sin precedentes, y lo que parecía haberse solucionado, en realidad se trató de una emboscada del régimen a los practicantes pacíficos. 

De acuerdo con varias fuentes dentro del régimen chino, en los meses siguientes a la manifestación del 25 de abril, tuvo lugar una feroz lucha política entre fracciones dentro de los niveles más altos del Partido comunista chino (PCCh), y la puja por poder.

Mientras que algunos miembros del régimen no veían a Falung Gong como una amenaza, e incluso muchos se habían beneficiado con la práctica de la disciplina, Jiang Zemin, que era líder del PCCh en ese entonces, no pensaba lo mismo y ordenó erradicarla.

Habiendo pasado 3 meses de la multitudinaria manifestación pacífica, en julio de 1999, Jiang ordenó formalmente la represión a Falun Gong, catalogándola de una amenaza política porque en la apelación había ‘rodeado’ la sede de gobierno.

La tergiversación de lo que sucedió verdaderamente el 25 de abril, exacerbada por la fuerte  campaña difamatoria del régimen, ocasionó que tanto dentro como fuera de China, no se vea a la persecución del PCCh como una represión violenta contra una minoría religiosa, sino como una lucha política de Falun Gong contra el PCCh. 

Desafortunadamente, los medios internacionales replicaron la versión tergiversada, el PCCh. 

Respecto a esto, el periodista y escritor sobre asuntos de China, Ethan Gutmann, dijo:

“Debido a que los medios de comunicación occidentales saben tan poco de Falun Gong, esta ficción sobrevive en los relatos sobre el 25 de abril”.

Pero luego de más de 20 años de persecución y con el esfuerzo de los practicantes a quienes el asedio del régimen chino no ha podido doblegar, cada vez más personas, tanto dentro como fuera de China, lograron comprender la verdad.

¿Por qué se habla de una persecución sangrienta sin precedentes?

Porque incluye la muerte de miles de practicantes de Falun Gong, los cuales desde que comenzó esta infame persecución, han sido encarcelados y torturados en campos de concentración, donde además se les extraen sus órganos para ser vendidos a precios exorbitantes en el comercio de trasplantes.

Los perpetradores son los funcionarios del partido comunista chino, que actúan en colaboración de cirujanos, autoridades de las prisiones y oficiales del ejército.

Un tribunal independiente, con sede en el Reino Unido, ha estimado la escalofriante cifra de 1 millón y medio asesinados por sus órganos en China, en las últimas dos décadas.

Mientras que en el año 2006, el abogado recientemente fallecido, David Kilgour, publicó el informe “Cosecha sangrienta”, donde también reunió suficiente evidencia que comprueba la sustracción forzada de órganos.

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