Por Emmanuel Alejandro Rondón – elamerican.com

Introvertido, brillante, aislado y un poco nerd. Así fue Elon Musk, el hombre más rico del mundo, durante su niñez.

El joven Elon, nacido en Sudáfrica en 1971, hijo del matrimonio entre la modelo y dietista Maye Musk y Errol Musk, un ingeniero electromecánico descrito por el propio Elon como «un terrible ser humano», pasaba sus días leyendo montones y montones de libros. Tanto así que, rápidamente, empezó a interesarse en las obras de ciencia ficción de Isacc Asimov, especialmente en su trilogía Foundation, que fue una completa inspiración para el futuro creador y fundador de Tesla y SpaceX.

Además de leer muchos libros sobre ciencia, futurismo y, cómo no, ficción, el joven Elon también tenía un espíritu de científico que lo llevó a realizar diversos proyectos en el patio de su casa sin ningún tipo de supervisión de sus padres o de su niñera.

De hecho, en una afamada entrevista para la revista Rolling Stone, Musk reveló que sus padres estuvieron mayormente ausentes durante su niñez y su niñera apenas lo vigilaba.

«En realidad, no tenía una niñera principal ni nada parecido […] Solo tenía un ama de llaves que estaba allí para asegurarse de que no rompiera nada. Ella no estaba, como, vigilándome. Estaba fuera fabricando explosivos y leyendo libros y construyendo cohetes y haciendo cosas que podrían haberme matado. Me sorprende que tenga todos mis dedos», explicó Musk a la revista. «Me criaron los libros. Los libros, y luego mis padres».

Su hermano, Kimbal, también explicaba a Rolling Stone que Elon era un apasionado del ajedrez, un deporte donde la clave está en lograr anticiparse a los movimientos del adversario. Gracias a ello, dijo su hermano, Elon adquirió la virtud de ver con anticipación lo que iba o podría suceder con cualquier circunstancia de vida.

«Hay una cosa en el ajedrez en la que puedes ver 12 movimientos por delante si eres un gran maestro. Y en cualquier situación particular, Elon puede ver las cosas con 12 movimientos de antelación».

Lo más importante de la vida de Elon Musk se desarrolló entre Canadá y sobre todo en Estados Unidos. Países donde migró, trabajó, estudió, se graduó y luego desarrollaría su vida empresarial.

Musk, quién para 1997 obtuvo un par de licenciaturas en física y economía tras pasar por la Universidad de Queen, en Kingston (Ontario), y la Universidad de Pensilvania, a donde fue trasladado, se costeó sus propios estudios gracias a préstamos, becas y empleos de medio tiempo. Vivió una vida de universitario muy poco privilegiada.

Luego, cuando parecía que el siguiente paso en su vida sería buscar un doctorado en Stanford, decidió abandonar el programa para dedicarse definivamente a sus motivaciones empresariales, que habían iniciado un par de años atrás.

El éxito «empresarial» de Elon Musk

A diferencia de otros multimillonarios, Elon Musk no solo es un empresario histórico que prácticamente convirtió todo lo que tocó en oro, él es, en efecto, un inventor y un ingeniero que intenta dar soluciones para lo que piensa pueden ser los grandes déficits de la humanidad en el futuro: los problemas climáticos, depender de la Tierra como único planeta donde la raza humana puede habitar y la misma obsolescencia de la especie frente al desarrollo de las máquinas. Allí es donde radica el éxito de sus dos principales compañías: SpaceX y Tesla.

No obstante, el éxito de Elon Musk inició mucho antes, en 1995, con una startup que fundó junto con su hermano, Kimbal, y otro amigo, Gregory Kouri: Zip2.

Zip2, para aquel entonces, era una empresa vanguardista en medio del auge de la Internet, que servía como un directorio de empresas con sistema de búsqueda o navegación. Es decir, como una suerte de página amarilla que no solo tenía celulares o direcciones, sino también mapas.

Sin embargo, así como ocurrió con otros proyectos de vanguardia, como la afamada Terravision que precedió a Google Earth, a Zip2 le costó despegar en sus inicios y a Musk y a sus socios les tocó dormir en sus oficinas o ducharse y usar los baños de la Young Men’s Christian Association (YMCA) local.

No obstante, así como en el ajedrez, Musk se estaba anticipando a donde iba la humanidad, y un año más tarde Zip2 empezó a encontrar clientes, patrocinadores e interesados que pagaban por ingresar a la plataforma. Luego de eso, en 1996, Mohr Davidow Ventures acordó invertir $3,000,000 en Zip2 a cambio de la mayoría de la empresa.

Para entonces, el enfoque de Zip2 había cambiado, proporcionándoles a los periódicos la posibilidad de crear directorios locales para sus suscriptores en línea. El primer cliente fue The New York Times, pero luego fueron hasta 160 periódicos de todo Estados Unidos. Para 1999, Compaq Computer Corp. compró Zip2 por $307,000,00, convirtiéndolo en la unidad del motor de búsqueda AltaVista. De esos 307 millones de dólares, a Musk le quedaron $ 22,000,000. Apenas tenía 27 años.

Casi todo ese dinero fue invertido en su siguiente compañía: X.com, una empresa de servicios financieros que cofundó junto a Harris Fricker, Ed Ho y Christopher Payne en 1999.

Esta empresa es considerada uno de los principales bancos en línea del planeta y, a un año de su fundación, se fusionó con Confinity Inc, que era una compañía de software con sede en Silicon Valley. El resto de la historia ya es más o menos conocida por todos: X.com cambió su nombre a PayPal, que fue adquirida por eBay en 2002 por la grandiosa suma de $1,500,000,000.

«Tuve que pedir prestado para el alquiler»: Elon Musk

De la venta de PayPal, a Musk le quedaron $180,000,000, una cifra con la que muchos empresarios jóvenes hubiesen decidido jubilarse o buscar alternativas de negocio no tan complejas que les permitan vivir tranquilamente. Pero Elon no. El decidió invertir casi todo su dinero en sus dos siguientes y más exitosas compañías: Tesla y SpaceX.

«Mis ingresos por la adquisición de PayPal fueron de 180 millones de dólares. Puse 100 millones en SpaceX y 70 en Tesla. Tuve que pedir dinero prestado para el alquiler», es una de las frases más citadas por Musk.

Junto a Martin Eberhard y Marc Tarpenning, Musk fundó Tesla Motors en 2003, con el objetivo de confeccionar vehículos eléctricos y energía limpia para revolucionar el mercado de autos y buscar que las personas ya no dependan de los combustibles fósiles. Un año más tarde, invirtió $6,500,000 para ser el máximo accionista y presidente de Tesla. En 2008, pasó a ser el CEO y, de ahí en adelante, el éxito de Tesla ha sido más que notorio tras empezar a producir su primer modelo de auto: el Roadster.

Así como Tesla, a principios de la década de los 2000 Musk también fundó SpaceX con el aporte del ingeniero de cohetes Tom Mueller. El crecimiento de SpaceX también fue impresionante en cuestión de años. Pasó de tener su sede en un almacén en El Segundo, California, a tener unos 160 empleados en 2005, que fueron contratadas bajo supervisión estricta del propio Musk. Luego, el desarrollo de la compañía fue exponencial. Ganó concursos con la NASA, contrató más personal y logró enormes hitos, como ser la primera empresa privada en enviar una nave espacial a órbita y devolverla sana y salva a la Tierra.

De acuerdo con un perfil de CEO Today, para septiembre de 2021 «SpaceX completó con éxito su primer lanzamiento orbital de una tripulación totalmente privada. Mientras tanto, el Modelo 3 de Tesla se convirtió en el primer coche eléctrico en vender 1 millón de unidades en todo el mundo y los beneficios trimestrales de la compañía superaron los 1,000 millones de dólares por primera vez».

Hoy por hoy, de acuerdo con Forbes, Elon Musk posee la fortuna más grande del mundo y ha puesto parte de su dinero para comprar la red social más influyente política y culturalmente de Internet: Twitter.

El multimillonario sudafricano, que prometió sacar el máximo potencial de la app, ahora es una de las celebridades más importantes del planeta, incluso en redes sociales. No solo está comprometido con su visión de darle solución a los posibles futuros problemas que puedan afectar a la humanidad, sino también en abordar una situación real y compleja que actualmente afecta a todo el planeta: la defensa de la violentada libertad de expresión.

¿Cuál será el próximo paso de Elon Musk?… Seguramente esta historia continuará. Y nosotros seremos testigos de ella.

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