Por Mamella Fiallo Flor – Panampost
Este año Brasil elige a su próximo presidente y el sesgo de los medios progresistas a favor del candidato izquierdista ya es más que evidente. Basta con observar como la revista Time se desborda en elogios en la más reciente portada con el exmandatario y candidato Luiz Inácio Lula da Silva, mientras le negó este espacio al presidente Jair Bolsonaro, pese a haber ganado el voto popular para ser el personaje del año en 2021.
Bolsonaro ganó por amplio margen la consulta del medio estadounidense. De las 9 millones de personas que votaron, el líder de la derecha brasileña consiguió 24 % de los votos. En segundo lugar quedó el expresidente de EE. UU., Donald Trump, con 9 %. En tercer lugar estuvo el personal de primera línea que enfrentó la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la decisión de los editores fue otra. Ninguna de las tres opciones más votadas fue escogida finalmente para aparecer en la portada.
Ahora, el mismo equipo editorial que se negó a darle a Bolsonaro el puesto que ganó por aclamación popular, decidió poner en la portada a su principal rival político para las elecciones presidenciales de octubre en plena campaña electoral, a propósito de una entrevista con el líder izquierdista que tiene en su currículo dos condenas por corrupción, las cuales fueron anuladas por la mayoría de jueces progresistas del Supremo Tribunal Federal (STF) para restituirle sus derechos políticos y habilitarlo para que entrara nuevamente en la carrera por la Presidencia.
«El segundo acto de Lula». De esta manera titula la revista Time su portada con Lula da Silva, prácticamente dando por sentada su victoria.
Lo que no dice este medio alineado con la izquierda internacional es que en Brasil existe una «dictadura de la toga», según palabras de Bolsonaro. Las decisiones parcializadas así lo corroboran, pues estos mismo jueces que anularon las sentencias de Lula y lo habilitaron para poder participar en las elecciones han encarcelado sin disimulo a reconocidos activistas de derecha que apoyan al presidente brasileño.
Brasil rompió récords históricos de bienestar económico
De acuerdo con la revista Time, el regreso de Lula al poder «significaría revivir una economía enferma, salvar una democracia amenazada y sanar una nación marcada por el segundo mayor número de muertes por COVID-19 en el mundo y dos años de mala gestión caótica de la pandemia».
En su cuenta de Twitter, la revista promociona la portada con Lula calificándolo como «el presidente más popular de Brasil», quien –según los editores de Time– «regresa del exilio político con la promesa de salvar a la nación».
Es decir, se pasa por alto el hecho de que Brasil, gracias a la libertad económica garantizada por Jair Bolsonaro e impulsada por su ministro de Economía Paulo Guedes, fue el primer país de la región que recuperó el crecimiento económico e incluso superó el PIB registrado previo a la pandemia.
Además, rompió récords históricos en su balanza comercial. En junio de 2021 el superávit llegó a su punto más alto, donde las exportaciones superaron a las importaciones, tanto así que desplazó a Argentina como principal exportador de carne. Para marzo de este año, Brasil alcanzó 7,4 mil millones de dólares de superávit, el más alto para un mes de marzo desde 1989. Esta noticia coincidió con la divulgación de la más reciente encuesta en la que Bolsonaro crece cinco puntos, acercándose a su rival, Lula da Silva, quien se mantiene como favorito en los sondeos pero sin una tendencia que le permita poder ganar el primera vuelta.
El desempeño positivo de la economía durante la gestión de Bolsonaro ha sido evidente y está sustentado por cifras oficiales. Este es justo el principal motor del apoyo popular a su figura. Mientras la región estaba confinada y entrando en recesión económica, millones de brasileños tomaron las calles en respaldo a su presidente y en rechazo al STF, exigiendo poder tener la libertad de trabajar. Los resultados demuestran que la oposición del mandatario a las políticas de encierro que promovían los gobernadores fue la correcta.
Será el próximo 2 de octubre cuando los brasileños elijan democráticamente en las urnas al próximo presidente. Sin embargo, la revista Time, ha decido tomar partido y asegurar que la democracia está amenazada con Bolsonaro, pero no así con Lula, pese a que el dirigente izquierdista dijo a finales del año pasado, cuando aún no había decidido si era candidato, que entre sus planes para un eventual nuevo gobierno estaban «regular» los medios de comunicación, según reseñó en ese momento CNN Brasil. Pero no quedó ahí. En al menos nueve oportunidades ha hablado de su intención de «regular» a la prensa.
Las cifras engañosas sobre las muertes por COVID-19 en Brasil
En cuanto a la pandemia, la revista Time ha hecho afirmaciones sesgadas e imprecisas. Si bien el gigante sudamericano en efecto ha sido el segundo país con más muertes por COVID-19, como asegura el medio estadounidense, se omitió un factor importante como la proporción de la población, pues hay 15 países con una tasa de mortalidad por cada 100.000 habitantes más alta que la de Brasil.
Con una población de más de 220 millones de habitantes, 30.502.501 se han contagiado y 29.602.372 ya se han recuperado, es decir, la abrumadora mayoría. 663.816 han fallecido, lo cual no llega al 1 % de la población. En contraste, Perú, con una población de 33 millones de habitantes, ha registrado 212.761 fallecimientos, lo que lo convierte en el país con la tasa de muertes por COVID-19 más alta del mundo con 654,4 por cada 100.000, mientras que la tasa de Brasil se ubica en 314,1 por cada 100.000. Pero no solo Perú se encuentra por enciman de Brasil, también están Bulgaria, Bosnia y Herzegovina, Hungría, Georgia, Macedonia del Norte, Montenegro, Moldavia, Croacia, República Checa, Eslovaquia, Rumania, San Marino, Lituania y Eslovenia, según cifras divulgadas en septiembre por la BBC.
Respecto al supuesto caos, la visión de Time demuestra ser funcional al control total de la población. La realidad es que Brasil invirtió en la elaboración de su propia vacuna. Pero Bolsonaro insistió en que no debía imponerse de manera obligatoria. El Supremo Tribunal Federal reconoció que era inconstitucional imponer la vacuna. No obstante, le dio a los gobernadores estatales la facultad de tomar decisiones que a la vista de muchos se consideró una violación a la Constitución.
Los cuestionables logros de Lula en materia ambiental
Por último, la revista Time destaca la labor de Lula da Silva en materia ambiental. Por meses los medios masivos intentaron retratar a Jair Bolsonaro como enemigo de la Amazonía. Esta cruzada la encabezó el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para evitar un tratado comercial entre Brasil y la Unión Europea, pues el gigante sudamericano tiene más suelo fértil que toda Europa, de manera que los agricultores europeos quedarían en desventaja para competir.
La realidad es que los números oficiales muestran un panorama distinto. Con Bolsonaro en el poder, Brasil consiguió en 2019 una disminución histórica en incendios forestales durante el mes de septiembre, uno de los más críticos, con 19.925 casos. En contraste, durante la gestión de Lula se alcanzaron picos históricos en 2004 (con 71.522 casos), 2005 (68.560) y 2007 (73.141), según cifras del Ministerio de Ambiente de Brasil, divulgadas por la Cancillería.
¿Periodismo militante?
La complaciente entrevista de la revista Time a Lula da Silva que sirvió para desbordarse en elogios cumple una función política a pocos meses de las elecciones presidenciales, pues ataca duramente a Bolsonaro con medias verdades y omite los datos que no favorecen al candidato izquierdista sin ningún disimulo.
Luego de publicada su nota, la reportera Ciara Nugent agradeció públicamente a dos referentes de la extrema izquierda brasileña: Guilherme Boulos, quien fue candidato a la Presidencia por el Partido Socialismo y Libertad, y Douglas Belchior, profesor de historia a quien se le puede ver en su cuenta de Twitter en videos compartiendo tarima con Lula da Silva.
Para Time no resulta una amenaza para la democracia que Lula da Silva sea un fiel defensor de las tiranías comunistas de Cuba y Venezuela y que además haya recibido en el pasado reciente el respaldo del partido colombiano FARC (hoy Comunes), que agrupa a guerrilleros desmovilizados del grupo terrorista que ha cometidos secuestros, asesinatos y reclutamiento de menores, según se publicó sin ningún reparo en la página web de su organización política, el Partido de los Trabajadores.