Por Oriana Rivas – Panampost.com
Claudia Patricia Díaz Guillén, exenfermera de Hugo Chávez fue extraditada a Estados Unidos desde España para finalmente rendir cuentas por los delitos de blanqueo de capitales y organización criminal. La entrega a las autoridades del país norteamericano se estaría haciendo efectiva, según el diario ABC.
De esta manera, la también extesorera del régimen chavista se enfrenta al mismo destino que le fue ordenado al exjefe de inteligencia Hugo “El Pollo” Carvajal, aunque el hombre de confianza de Hugo Chávez se enfrenta a delitos levemente diferentes: narcotráfico, colaboración con las FARC y blanqueo de capitales. Si bien el caso de Carvajal parece desviarse en el entramado judicial español, la acusación de EE. UU. sigue en pie.
La extradición de Díaz Guillén quedó confirmada a finales del año pasado por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Y según supo ABC, «estaría siendo trasladada en un vuelo hasta Miami».
El canje ilegal de divisas en complicidad con el «boliburgués» venezolano Raúl Gorrín entre 2008 y 2017 no solo le ha salido caro a la exenfermera del fallecido dictador venezolano. Su esposo Adrián Velásquez, otrora guardaespaldas de Hugo Chávez también quedó enlodado y está a la espera de extradición. Serían entonces cuatro figuras del chavismo las que quedarían en manos de la justicia estadounidense si le sumamos al colombiano Álex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro.
Pleno acceso a las arcas venezolanas
Son solo cuatro fichas las que hasta ahora han cobrado notoriedad luego de años de corrupción chavista. Pero probablemente al seguir las indagaciones, se incluyan otros nombres. Ahí parece residir el temor de la dictadura venezolana que al menos en el caso de Álex Saab ha intentado todo tipo de artimañas para salvarlo de alguna condena. No obstante, las revelaciones que han salido durante las audiencias en EE. UU. sugieren que el barranquillero estaba colaborando con la DEA desde hace años para evitar la cárcel o rebajar una futura condena.
En el caso de la exenfermera de Hugo Chávez, ni siquiera tener nacionalidad española la libró de la rendición de cuentas. La demanda de extradición señala que Díaz Guillén usó cuentas de banco sacadas a partir de empresas ficticias cuentas y «disfrazó numerosos pagos de sobornos», para beneficiarse en complicidad con su pareja.
También administró un fondo multimillonario de las arcas venezolanas por su cargo como tesorera entre 2011 y 2013 que tampoco fue auditada por la entonces Asamblea Nacional controlada por el chavismo. Esta se convirtió en la trinchera ideal para cambiar transacciones con cambios a moneda extranjera.