Oriana Rivas – PanAm Post

Claudia Patricia Díaz Guillén compareció este viernes ante la Corte Federal de Palm Beach, en el sur de Florida, Estados Unidos, a las pocas horas de haber sido extraditada desde España. Allí el pronunciamiento de la justicia fue claro: la exenfermera de Hugo Chávez no recibirá el beneficio de libertad bajo fianza por «riesgo de fuga».

La decisión se tomó a partir de un pedido de la Fiscalía, mientras la acusada por lavado de dinero se presentaba vestida de azul y atada de manos y pies. Para responder a las preguntas y la decisión sobre su fianza, la exenfermera de Chávez contó con un intérprete y escuchó los cargos que le atribuyen, de acuerdo con la reseña de la agencia EFE. Uno por «conspiración para cometer blanqueo de capitales» y otros dos por «blanqueo de capitales».

Su extradición estaba aprobada por la Audiencia Nacional de España desde noviembre y, a pesar de haber apelado a la nacionalidad española que obtuvo, no pudo evitar su destino en las celdas de EE. UU. Por lo tanto, los próximos días podrían trascender detalles del negocio ilícito que llevó adelante junto a su esposo Adrián Velásquez, quien fue guardaespaldas de Chávez, en complicidad con el empresario Raúl Gorrín entre 2008 y 2017.

Bajo custodia

La exenfermera, quien luego se convirtió en tesorera de la dictadura chavista, aterrizó finalmente este jueves en EE. UU. Una foto de su llegada fue publicada por HSI Miami, la rama investigativa principal del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés). Allí, acompañada de dos oficiales, buscaba ocultar su rostro.

«La extesorera nacional de Venezuela, Claudia Díaz, llegó anoche al sur de Florida y está bajo custodia. El arresto de Díaz es conforme a una investigación dirigida por @HSI_Miami sobre lavado de dinero y violación de la ley de corrupción extranjera, que resultó en su acusación formal el 16 de diciembre de 2020», se lee en un tuit de HSI Miami.

La acusación refleja detalles que cómo funcionó un millonario e ilegal negocio salido del erario venezolano, donde Gorrín «transfirió dinero electrónicamente para beneficio de (Alejandro) Andrade y Díaz, incluidos recursos para jets privados, yates, casas, caballos campeones, relojes de alta gama y una línea de moda».

Pero tanto lujo quedó en el pasado. Es hora de que Díaz Guillén dé explicaciones así como ahora las está dando Álex Saab, señalado por EE. UU. de ser el testaferro de Nicolás Maduro.

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