Fuente: La Derecha Diario
La escritora Nikole Hannah-Jones, ampliamente considerada como la responsable de darle una columna vertebral ideológica a la organización supremacista negra Black Lives Matter, está aprovechando su fama para conseguir contratos millonarios en todo el mundo.
El caso más reciente es el de la Universidad de Nueva York, que le pagó más de 50.000 dólares para que dé una charla de dos horas en su auditorio a los estudiantes. En sus conferencias, divulga la controvertida “teoría crítica de la raza“, que trata de volver a explicar la historia de Estados Unidos desde el punto de vista del “racismo sistémico” y las “injusticias sociales“.
Todo esto lo incluyó en su libro The 1619 Project: A New Origin Story, publicado en 2021, donde trata de darle un cuerpo ideológico a las protestas de 2020 a través de un revisionismo histórico falso donde se ubica a “los negros” como los verdaderos fundadores de Estados Unidos.
Pero esto, sorprendentemente, es lo menos controvertido que ha dicho en toda su carrera. En sus disertaciones, da a Cuba como un país modelo de “inclusión multiracial” y recomienda aplicar el sistema cubano (en todos sus sentidos) en Estados Unidos. En otras palabras, defiende el comunismo.
Hannah-Jones promocionó a Cuba como un país con una “agenda de integración viable y suficientemente ambiciosa” en “temas de raza”. “En lugares que son verdaderamente países birraciales, Cuba tiene la menor desigualdad. Y eso se debe en gran parte al socialismo, que estoy segura de que nadie quiere escuchar”, argumentó.
Anteriormente escribió un artículo en The Oregonian en 2008 donde se jactaba de que Cuba tenía una tasa de alfabetización muy alta, una tasa baja de infección por VIH, educación universal y un sistema de atención médica universal “modelo” que ayudaba a los cubanos negros.
La delirante filósofa del supremacismo negro, también tuvo una postura completamente en favor de las cuarentenas, a pesar de que éstas afectaron principalmente a las personas de raza negra en Estados Unidos.
En enero de este año, respondió al tuit del presentador del podcast Coleman Hughes cuestionando por qué quienes argumentan que las leyes que piden presentar una identificación para votar son racistas mientras no argumentan lo mismo sobre las leyes de identificación de vacunas.
Hannah-Jones respondió: “Salir a comer no es un derecho constitucional. Basta“, aunque luego borró el tweet sin explicación, y luego tuiteó “Muéstrame dónde está ‘salir a comer’ en la Constitución“, tweet que esta vez no eliminó.
Poco después de que el presidente Biden afirmara que los negros que no votaran por él no eran “verdaderamente negros”, Hannah-Jones dijo estar de acuerdo con él, afirmando que ser “políticamente negro” era diferente de ser “racialmente negro”. .”
“Hay una diferencia entre ser políticamente negro y ser racialmente negro. No estoy defendiendo a nadie, pero todos lo sabemos y deberíamos dejar de fingir que no lo hacemos“, escribió. Después puso otro tweet debajo diciendo que no estaba defendiendo a Biden, ampliamente vinculado a grupos de supremacismo blanco como el KKK, pero luego lo eliminó.
En junio de 2020, durante el apogeo de las protestas y disturbios de Black Lives Matter, tras la muerte del delincuente afroamericano George Floyd, Hannah-Jones hizo la controvertida afirmación de que la destrucción de propiedades no debe describirse como violencia.
“Y la violencia es cuando un agente del estado se arrodilla sobre el cuello de un hombre hasta que toda la vida se elimina de su cuerpo. Destruir la propiedad, que puede ser reemplazada, no es violencia. Y para poner esas cosas, para usar el mismo lenguaje para describir esas dos cosas, creo que realmente, no es moral hacer eso”, explicó en CBS News.
La afirmación fue ridiculizada en Twitter, ya que más tarde se informó que los daños causados por las protestas de Black Lives Matter costaron a las ciudades al menos mil millones de dólares, y habían afectado principalmente a comunidades afroamericanas.
Uno de sus delirios más recientes ocurrieron en marzo, cuando Hannah-Jones respondió dijo en una entrevista para MSNBC que “las propinas son un legado de la esclavitud“.
“Dejar propina es un legado de la esclavitud y, si no es opcional, entonces no debería ser una propina, sino simplemente estar incluida en la factura. ¿Alguna vez se ha detenido a pensar por qué damos propina, por ejemplo, por qué dar propina es una práctica en los EE.UU. y casi en ningún otro lugar?”, dijo.
Esto es completamente falso, y prácticamente todos los países del mundo, incluso en África, se deja propina en mayor o menor medida. Luego de esa entrevista, Hannah-Jones tuiteó lo mismo, pero más tarde eliminó el tweet, tras una catarata de críticas en la red social.