Traducido de Western Journal por Tierrapura.org
Esta semana, dos poderosos organismos globalistas se están reuniendo para promover ideas y propuestas que colocarían una enorme autoridad en menos manos en dos frentes clave que afectan a las personas en todo el mundo.
Una transferencia masiva del poder de la atención médica
Del 22 al 28 de mayo, la Asamblea Mundial de la Salud, con delegados de 194 naciones, se reúne en la sede de la ONU en Suiza. Se somete a votación el punto 16.2 de la agenda provisional, que fue propuesto por la Casa Blanca y cuenta con el respaldo de la UE y varias naciones.
Las modificaciones en el punto 16.2 otorgarán al director general de la Organización Mundial de la Salud la autoridad exclusiva para declarar emergencias sanitarias en cualquier país del mundo y obligarán a cumplir los mandatos de la OMS, incluso si van en contra de las objeciones de una nación.
La definición misma de lo que constituye una crisis de salud estará completamente en manos de la OMS, así como también cómo debe responder una nación. La autoridad de la OMS estará respaldada por el derecho internacional, lo que hará que todas sus decisiones sean legalmente vinculantes y procesables.
Actualmente, la regla es que el director general de la OMS primero debe consultar con las autoridades gubernamentales de una nación antes de tomar cualquier medida. Las enmiendas propuestas eliminan ese requisito.
En última instancia, las enmiendas representan una transferencia mundial del poder de la atención médica a manos de una sola organización globalista y los caprichos de su director general.
También tuvo lugar en Suiza esta misma semana, del 22 al 26 de mayo, la cumbre anual del Foro Económico Mundial . El WEF es una poderosa organización globalista que promueve un modelo global de gobierno de la gente del mundo.
El WEF ha creado un Consorcio de Gobernanza de la Moneda Digital, que aboga firmemente por una sociedad sin dinero en efectivo que dependa completamente de las monedas digitales del banco central para realizar todas las transacciones financieras, es decir, monedas digitales emitidas y controladas únicamente por los gobiernos y los bancos centrales.
En su sitio web, el WEF dice que hay más de 18,000 criptomonedas hoy. Para agilizar los servicios financieros en todo el mundo, el WEF proclama que “la regulación de las criptomonedas es imperativa” y que “es necesario un enfoque de regulación coordinado a nivel mundial”.
En un lenguaje más simple, dice que los gobiernos y los bancos centrales deben tener supervisión y autoridad sobre todas las transacciones digitales de criptomonedas.
El noventa por ciento de los bancos centrales del mundo ahora están explorando las monedas digitales emitidas por el gobierno y cómo hacerlas realidad. China ya ha implementado el yuan digital y ha prohibido el uso de todas las demás criptomonedas. La UE planea tener un euro digital para 2026, y EE. UU. está explorando la creación de un dólar digital.
La clave para que todo esto suceda es asignar monederos digitales a empresas e individuos y exigirles que los usen para todas sus transacciones.
Para que las CBDC se conviertan en el único medio para realizar todas las transacciones financieras, los gobiernos y los bancos centrales tendrían plena autoridad sobre dónde y cómo se usa el dinero. También les daría la capacidad de abrir y cerrar las billeteras digitales de las personas en función de su cumplimiento de los dictados del gobierno, lo que hace que el control financiero sea un medio poderoso para controlar a las personas.