Por Mamela Fiallo Flor – PanAm Post
La victoria de Gustavo Petro en Colombia muestra un mapa de la región virado a la izquierda. El exguerrillero del M-19 es el primer presidente electo seguidor de esta corriente en la historia del país cafetalero. A él se suma Gabriel Boric al frente de Chile y Pedro Castillo en Perú, quienes también han llegado al poder recientemente usando artimañas propias del populismo. Sin embargo, Suramérica enfrenta otro reto más complejo aún: mantener a Brasil por la línea de la derecha. Es por ello, que el presidente de la nación, Jair Bolsonaro, debe ganar las próximas elecciones, no solo por su país, sino para crear un contrapeso en el territorio.
Estas últimas afirmaciones provienen del hijo del mandatario, Eduardo Bolsonaro, quien es conocido por ser el diputado más votado de la historia de Brasil. Por medio de un mapa de Sudamérica que retrata cómo el socialismo ha ido enquistándose en la región, graficó la importancia de la elección presidencial, en octubre, en la que competirán posiblemente Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Su énfasis en estos comicios también viene porque este país tiene frontera con casi todas las demás naciones del subcontinente, excepto Chile y Ecuador.
«La responsabilidad del votante brasileño no hace más que aumentar. Ya no es solo’ para Brasil, es para toda la región», dijo el diputado.
Faltan menos de cuatro meses para las elecciones presidenciales de octubre. De manera que el diputado convoca el voto a favor de Bolsonaro no solo por el país, sino por el bien de toda la región, pues Pues Brasil sería uno de los pocos faros de libertad en medio de un mar de naciones cuyos gobiernos se han destacado por administrar medidas autoritarias.
Las pésimas señales en el mapa político de Suramérica
La elección como presidente de Colombia de Gustavo Petro dejó un amargo sabor en quienes apuestan por la prosperidad en Latinoamérica basada en el libre mercado. La llegada de este particular promotor de la izquierda al poder en la región fue tomada como una bandera por regímenes autoritarios para defender lo que en sus países llaman «revolución».
Entre los primeros en felicitar a Petro se destacaron Nicolás Maduro desde Venezuela y Miguel Díaz-Canel desde Cuba. Exaltaron a su nuevo aliado regional. También el antiguo líder de la narcoguerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño alias ‘Timochenko’, celebró el triunfo de Petro, entre otros.
Sin embargo, no hay que olvidar que los exiliados venezolanos superan los seis millones, los cubanos superan los dos millones, los desplazados por la guerrilla en Colombia son incontables. El sistema político-económico, a la par de su nexo con el narcotráfico, se ha convertido en una industria exportadora de seres humanos que escapan en búsqueda de mejores condiciones.
En esa misma tónica que invita al amiguismo, Alberto Fernández desde Argentina —país cuya inflación interanual supera holgadamente el 60 %, debido a las políticas socioeconómicas restrictivas y paternalistas ejecutadas por el gobierno—, también saludó el triunfo de Petro.
Está tónica la repitió Pedro Castillo —quien actualmente tiene una investigación activa por corrupción— al decirle: “Cuente siempre con el apoyo del Perú”. Gabriel Boric también hizo lo propio. Al saberse los resultados de los comicios colombianos, el mandatario del país austral manifestó que estos traían “alegría para América Latina”.
Lo números que favorecen al presidente de Brasil
Con Bolsonaro en el poder, Brasil volvió a ser una de las 10 mayores economías del mundo y dejó de empobrecer a sus ciudadanos a expensas de enriquecer a los jerarcas de Cuba y Venezuela.
Mientras el Partido de los Trabajadores estuvo en el poder, con Lula Da Silva a la cabeza, el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES), Brasil financió las tiranías de Venezuela y Cuba. A cambio de su prisión domiciliaria, Marcelo Odebrecht, Cuba recibió 957 millones de dólares para la construcción del puerto de Mariel (a cargo de Odebrecht), indicó El Mundo.
Durante la campaña electoral, Bolsonaro dijo: “Venezolanos mueren de hambre por la tiranía de un Gobierno que anda de la mano con la dictadura cubana. Vía BNDES y otras fuentes de financiamiento, Brasil es un gran patrocinador del socialismo que masacra millones en el mundo. ¡Eso cambiará! ¡Con nosotros, el foco es Brasil!”. Una promesa que cumplió.
Brasil dejó de ser financista y también garante. Pues ante la incapacidad de Venezuela y Cuba de pagar deudas, la nación más grande de Sudamérica fue su garante y luego quien se encargaba de pagar sus deudas. Los brasileños dejaron de ser empobrecidos a cambio de enriquecer a los socialistas regionales.
El propio mandatario exhibe estos logros en sus redes. Recuerda que el BNDES en el gobierno del PT estuvo involucrado en negocios relacionados con el Metro en Venezuela; una planta hidroeléctrica en Mozambique; un proyecto de agua en Uruguay y un puerto en Cuba con cigarro como garantía.
Mientras tanto, en su gobierno, después de 2019, BNDES se convirtió en el estructurador de proyectos de infraestructura más grande del mundo, según sus análisis. También está ejecutándose la mayor privatización del siglo XXI, de la mano de Eletrobras, así como se desbloquearon concesiones de saneamiento que alcanzará a 34 millones de brasileños.
En gran medida, todos estos avances sucedieron debido a que Bolsonaro apostó por la libertad. Mientras sus vecinos optaron por confinar a la población y cerrar sus mercados, Brasil fue el primer país que volvió a niveles prepandémicos. De manera que ante el excesivo control del Estado que ha permitido la situación de la pandemia, Brasil representa una alternativa política y económica que garantiza la libertad.
Por eso y más, dada su posición geográfica y estratégica, el diputado Eduardo Bolsonaro insiste en la importancia de votar en octubre, pues, a su juicio, para que haya prosperidad Jair Bolsonaro debe ganar.