Fuente: La Gaceta.es
En opinión de la coordinadora del Área de Investigación y Estudios Islámicos del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), Hannan Serroukh, Venezuela le sirve a Irán y al islamismo para expandirse por América Latina. Estados Unidos, el enemigo común, ha servido para estructurar una alianza que a la nación islámica le permite expandirse no solamente en lo comercial, sino también en lo ideológico.
“Irán ve que, a través de Venezuela, puede llegar al resto de Latinoamérica, es un punto de llegada y de partida hacia el resto del continente. No es por casualidad que, si miramos diferentes países de Latinoamérica, vamos viendo un incremento de conversos al islam, de comercio y economía islámica que se está asentado. ¿Por qué? Porque Irán está aislado económicamente, tiene limitadas sus relaciones comerciales”, explica Serroukh.
Así, recuerda que, si bien Irán cuenta con Recep Tayyip Erdogan en Turquía y, a través de este tiene acceso a Rusia, evidentemente requiere de un mayor posicionamiento. Destaca que Irán es una república islámica que obedece a los intereses del expansionismo del islamismo como la opción a la democracia occidental.
“Y ese expansionismo, en cuanto más tenga fuerza, más dominio tiene de su sociedad. Es una dictadura islámica donde empieza a haber activistas que algunos no llegamos a conocer y pierden la vida, otros consiguen salir y dar la voz, también hay mujeres que levantan la voz con mucha dificultad, el problema es que se encuentran con una sociedad occidental o democracia occidental que les da la espalda, que nos da la espalda, me da la espalda, por no compartir ese discurso del multiculturalismo y del buenismo, y no ver la dimensión de la amenaza”, agrega.
El depredador
Hannan Serroukh asegura que Irán actúa sobre Venezuela como un seductor, uno que le atrae por las ventajas comerciales que le supone, pero que, al mismo tiempo, está siendo su depredador intelectual, ideológico y social.
Explica que, para Irán, Venezuela es solamente un instrumento que le sirve a sus intereses, que le permite ganar terreno para expandir su modelo.
“No es casualidad que Hugo Chávez pusiera el foco en Argelia y Marruecos, viendo la posibilidad de ganar el beneplácito y consolidar sus alianzas con Irán. Esto, con el elemento común que, en este caso, se constituyen los partidos procomunistas, como Podemos aquí en España, así como algunos republicanos que flirtean con estas corrientes”, explica la coordinadora.
En el caso español, Serroukh sostiene que, a través de Venezuela y su relación con el partido Podemos, Irán recibe información de España.
El hambre como instrumento
Serroukh asevera que Irán se vale de un método que no es nada nuevo, pues fue establecido por Hassan al-Banna, el fundador de Hermanos Musulmanes: “Donde no llega el estado, llega la hermandad musulmana”.
De este modo, las necesidades de un grupo y, en este caso, de un país, Venezuela, son aprovechadas para penetrar y adoctrinar.
“Tú no tienes dónde comer, los Hermanos Musulmanes te van a dar de comer; si tú no tienes para formarte, los Hermanos Musulmanes te van a formar; esa debilidad se utiliza como la llave para captar y argumentar que hay un proyecto alternativo social y político que cubre las necesidades y que es más factible que una democracia, que la libertad y que es ese orden político basado en los códigos islámicos”, asegura Serroukh.
Es la vulnerabilidad que presenta Venezuela, la que es utilizada por Irán para avanzar sobre ella y hacer que surja un régimen basado en las leyes islámicas: “Estos países vulnerables donde jamás ha habido una trayectoria histórica de crimen organizado, del cual se nutre del islamismo y el yihadismo, también son puntos de especial interés para la expansión y la internacionalización del movimiento islámico”.
Avances por todos los frentes
Hannan Serroukh advierte que es un error pensar que el islamismo actúa solamente sobre las capas sociales más bajas, pues desde 1928 los Hermanos Musulmanes tienen como estrategia la captación de académicos y grandes intelectuales que les sirvan en su objetivo de conformar una identidad islámica.
“Captan talentos en las universidades, no es por casualidad que hayan surgido movimientos de yihadistas internacionales, como ‘el hiyab es mi libertad’, etcétera”, detalla Serroukh.
Igualmente, alerta que, para la dirigencia política, admitir el fracaso de la multiculturalidad como discurso al que se han aferrado, es inadmisible. Para ellos no está en agenda desestimar el caudal de votos que esta bandera les proporciona.
Entretanto, el islamismo, aliado a líderes de izquierdas, ha llegado a extremos de llevar a cabo mítines en mezquitas.
La coordinadora del GEES subraya la amenaza que significa denunciar esta situación para quienes, como ella, han puesto en sobre aviso a la sociedad occidental de la amenaza latente que supone el islamismo, “la división, la fragmentación de la sociedad”.
En este sentido, Serroukh sostiene que la Agenda 2030, la cual es la agenda del multiculturalismo, acusa a quienes denuncian la verdad sobre la expansión del islamismo. Por ello, recurren a “boicotear, censurar, los discursos que están fuera del ‘políticamente correcto’. No solamente me ha pasado a mí, sino a grandes referentes sociales que estamos en la lucha contra el islamismo”.
De hecho, refiere que a Estados Unidos han tenido que huir muchos activistas de origen musulmán, que son grandes referentes intelectuales, pero en la actualidad están confrontando problemas para participar en foros y en debates, porque se les considera que alientan un discurso de la islamofobia.
«Este discurso de la islamofobia es creado por los mismos islamistas para frenar, para boicotear cualquier posibilidad de debate y de poner en evidencia lo que nos está sucediendo, esta división de sociedad y que está creciendo. El islamismo se está comiendo a la democracia occidental”, agrega.
La normalización del islamismo
Por otro lado, Hannan Serroukh destaca el hecho de que se está incurriendo en el error de normalizar conductas que atentan contra la cultura de occidente.
Puso como ejemplo que en el Parlamento de Cataluña una de sus diputadas asista a las sesiones con hiyab, lo cual aparte de inédito, es escandaloso y preocupante, porque está siendo un referente para unos jóvenes que, aunque han nacido en Europa, viven secuestrados por el islamismo.
Normalizar estas conductas, reitera, atenta contra los principios de igualdad y libertad, porque están siendo separados de la sociedad formal: “Rebelarse contra esto sin tener apoyos, sin tener elementos de referencia, es muy difícil, y están avanzando”.
Y concluye: “Esto no es una cuestión de derechas y de izquierdas, es una cuestión de responsabilidad social, es una cuestión de responsabilidad hacia los principios de igualdad y de libertad y de tener conciencia de que el islamismo siempre ha tenido como enemigo lo que es la democracia occidental y, evidentemente, el brazo armado que es el yihadismo, ataca y mata a los de confesión cristiana, eso es una realidad, eso está allí y cuesta abordarlo, cuesta ponerlo encima de la mesa porque es más fácil hacer la foto folclórica, la foto agradable, el buenismo, sin entrar en profundidad acerca de qué secuelas, qué consecuencias tiene esto”.