Traducido de DailyMail.co.uk por TierraPura.org

  • El sistema de IA ha sido creado por científicos para el Partido Comunista de China.
  • Su objetivo es aumentar la devoción de los miembros del partido y “consolidar su confianza”.
  • La tecnología fue descrita en un artículo que fue subido y luego eliminado.

Al parecer, el régimen ha creado un sistema de inteligencia artificial que puede evaluar la lealtad de los miembros del Partido Comunista Chino. 

Según Didi Tang, periodista del Times en Beijing, el sistema ha sido desarrollado por investigadores del Centro Nacional de Ciencia Integral de Hefei.

Puede analizar las expresiones faciales y las ondas cerebrales de los miembros del Partido Comunista para determinar lo receptivos que son a la “educación del pensamiento”. 

Tang dice que la tecnología se detalló en un artículo que se subió a Internet el 1 de julio y se borró poco después.

El artículo decía: ‘Por un lado, puede juzgar cómo los miembros del partido han aceptado el pensamiento y la educación política. 

Por otro lado, proporcionará datos reales para el pensamiento y la educación política, de modo que pueda mejorarse y enriquecerse”.

La tecnología de IA reforzará “la confianza y la determinación” de los miembros del Partido Comunista “para estar agradecidos al partido, escuchar al partido y seguir al partido”.

Al parecer, el Centro Nacional de Ciencia Integral de Hefei ha animado a 43 miembros del Partido Comunista, que también forman parte del equipo de investigación, a probar la tecnología.

Un vídeo publicado con el artículo, que también ha sido borrado, mostraba a un investigador entrando en un quiosco, sentado frente a una pantalla y mirando artículos que promueven la política y los logros del partido.

Pueden ver las expresiones del investigador, posiblemente a través de cámaras de vigilancia”, afirma Tang. 

No está claro cómo se desplegará todo el sistema para controlar a los millones de miembros del Partido Comunista Chino en el país. 

Pero parece que la lectura de las ondas cerebrales de las personas no es nueva en China: ya en 2018, el South China Morning Post informó de que la tecnología de escaneo cerebral se estaba utilizando en trabajadores de fábricas en Hangzhou. 

Se trataba de utilizar cascos de lectura cerebral para leer las emociones de un trabajador, y algoritmos de inteligencia artificial para detectar picos emocionales como la depresión, la ansiedad o la rabia.

El Partido Comunista Chino en el poder, dirigido por el presidente Xi Jinping, cree que el “pensamiento y la educación política” son esenciales para la lealtad al partido. 

El partido ya tiene una ” aplicación de adoctrinamiento ” para sus miembros llamada “Xuexi Qiangguo” o “Estudiar para hacer fuerte a China”. 

La aplicación obliga a sus 96,77 millones de miembros a ganar puntos leyendo artículos, viendo vídeos y respondiendo a cuestionarios sobre héroes comunistas.

La aplicación registra el tiempo que los usuarios dedican a consultar citas inspiradoras del Presidente Jinping y a ver vídeos cortos de sus discursos y viajes.

Los miembros pueden canjear sus puntuaciones por regalos como pasteles y tabletas, según informó anteriormente AFP. 

Mientras tanto, el régimen chino ha sido objeto de un creciente escrutinio por la vigilancia de alta tecnología, desde las cámaras de seguridad con reconocimiento facial hasta las aplicaciones utilizadas por la policía para extraer información personal de los teléfonos inteligentes en los puestos de control.

El Partido Comunista Chino es famoso por rastrear a sus ciudadanos utilizando la última tecnología, en particular un sistema de clasificación social similar al de Black Mirror para restaurar “la moralidad” y hacer una lista negra de ciudadanos “poco fiables”. 

El año pasado, se reveló que el régimen comunista también ha desarrollado un fiscal de IA que puede acusar a las personas de delitos con una precisión superior al 97%.

Este sistema, que fue “entrenado” utilizando 17.000 casos reales entre 2015 y 2020, es capaz de identificar y presentar cargos por los ocho delitos más comunes en Shanghái.

Se trata de “provocar problemas” -término utilizado para reprimir la disidencia en China-, fraude con tarjetas de crédito, delitos de juego, conducción peligrosa, robo, fraude, lesiones intencionadas y obstrucción de los deberes oficiales.

ESTAR EN LA LISTA NEGRA DEL SISTEMA DE CRÉDITO SOCIAL DE CHINA ES “PEOR QUE LA CÁRCEL”.

Un hombre que ha sido penalizado por el sistema de crédito social de China dijo que es peor que ir a la cárcel. 

El hombre, identificado como David Kong, dijo al South China Morning Post en 2019 que se le prohibió tomar el tren de alta velocidad porque las autoridades lo declararon oficialmente “moroso”.

Este grupo de 3,6 millones de “personas desacreditadas”, que obtuvieron malas calificaciones sobre todo por negarse a pagar sus deudas, están inhabilitadas para gastar en “lujos” como alquilar un piso, viajar en avión o en tren rápido en China. 

Es incluso peor que estar en la cárcel, porque al menos hay un límite a la pena de prisión”, declaró Kong al South China Morning Post. 

Estar en la lista significa que mientras no puedas saldar todas tus deudas, tu nombre siempre estará ahí”. 

Kong fue declarado “individuo desacreditado” en 2015 tras el fracaso de su negocio de publicación de libros. Dijo que había pedido un préstamo de 1,6 millones de yuanes (180.000 libras) y que no podía devolverlo. 

El sistema de crédito social califica a los ciudadanos en función de su comportamiento diario, que puede abarcar desde su crédito bancario hasta sus actividades en las redes sociales. 

Con el lema “una vez desacreditado, restringido en todas partes”, promete castigar a los ciudadanos “poco fiables” de todas las maneras posibles. 

Los pasajeros de tren podrían enfrentarse a la prohibición de viajar si ponen en peligro la seguridad ferroviaria, fuman en los trenes de alta velocidad, venden en los trayectos, producen billetes falsos, esquivan los billetes y ocupan asientos no asignados, según el Diario del Pueblo.

A los pasajeros de avión se les podría prohibir viajar en el futuro por comportamientos como difundir rumores sobre atentados terroristas, irrumpir en las pistas de aterrizaje, agredir a la tripulación y causar trastornos en los vuelos.    

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