Traducido de GreatGameIndia.com por TierraPura.org
He aquí un acontecimiento profundamente perturbador que viene de California, el estado norteamericano glorificado que te dio tus plataformas de medios sociales favoritas.
Una empresa llamada Bite Labs nos ofrece un salame delicioso hecho enteramente con carne de personajes famosos. Has leído bien. No es una parodia.
Se ofrece como “salame artesanal” carne hecha con muestras de tejidos de famosos vivos y coleando. La empresa dice en su página web que puedes elegir la carne de un famoso que quieras probar, y si esa personalidad famosa está dispuesta a donar sus células madre para este fin, la empresa procederá a ello y te entregará los salames hechos con sus células madre.
La empresa no indica el precio de su producto ni nombra a los famosos que ya se han apuntado a donar células madre para el embutido experimental.
Pero sí menciona en la página de inicio de su sitio web a la estrella del rap Kanye West, al actor James Franco, al icono de Los Juegos del Hambre Jennifer Lawrence y a la popular presentadora Ellen DeGeneres como cuatro famosos a los que los usuarios pueden etiquetar en Twitter, preguntándoles: “¿Quieres ser mi salame?”.
Aunque no hay ningún respaldo de la marca por parte de estas cuatro celebridades, cabe suponer que la empresa podría haber llegado a algún tipo de acuerdo para poder utilizar sus nombres e imágenes para promocionar el controvertido producto.
Los dictadores globalistas de la alimentación que incitan a la gente de todo el mundo a la necesidad moral de cambiar la carne real por la “basada en plantas” o la carne falsa ya ha despertado el miedo generalizado. Los especuladores de la industria alimentaria están contrarrestando la narrativa crítica a través de una técnica de marketing de eficacia probada. Por ejemplo, las empresas que fabrican carne vegetal o falsa. Contratan a rostros populares del deporte y el espectáculo como embajadores de la marca para promocionar una carne falsa que sólo puede hacerse en fábricas.
Pero lo que ofrece la empresa californiana Bite Labs ha llevado el capitalismo alimentario a un nuevo nivel, pasando de ser algo alarmante a algo perverso.
La empresa explica el proceso de elaboración del salame “artesanal” de famosos. “Mezclamos carnes de famosos y de animales, cultivadas internamente mediante un proceso de cultivo propio, en mezclas de embutidos curados. Partiendo de células de mioblastos biopsiadas, cultivamos nuestras saludables y ricas carnes en los propios biorreactores de Bite Labs”, dice en su página web.
Este es el proceso científico de cómo la empresa alimentaria afirma que fabrica el salame. En primer lugar, cuando un famoso se apunta, se recogen células miosatélite o células madre de su cuerpo mediante una biopsia.
Las células se colocan en un “medio de crecimiento”, un entorno artificial similar a la sangre, donde se multiplican rápidamente y se convierten en músculos. Se añade una base de azúcar para generar la textura y estructura de los músculos reales, y la sustancia en crecimiento empieza a desarrollar venas de aspecto natural por las que el medio de crecimiento empieza a fluir como la sangre.
A continuación, el material en expansión se introduce en los biorreactores de la empresa, que estimulan los “músculos” recién crecidos para hacerlos más fuertes.
Cuando parecen completamente crecidos, los trozos de músculo son picados o amasados por una máquina, y luego se mezclan con otros tipos de carne, especias, grasas y aceites para darles sabor.
Ahora viene la última etapa. La carne se introduce en tripas y se condimenta. Se seca, se envejece y se trata en un entorno de baja temperatura, y finalmente se envasa para su distribución como ” salame artesanal de famosos”.
Tan atroz como la perversa ciencia que hay detrás del salame de famosos es la forma descarada en que la empresa comercializa su producto.
“Nunca has experimentado a los famosos de esta manera”, dice un titular a gritos en su página oficial. Otro dice: “Ayuda a los famosos a subir a bordo”. Quizá la más escandalosa de sus líneas de marketing sea ésta: “Las granjas son sucias y los animales propensos a las infecciones; Bite Labs es un espacio limpio donde podemos cultivar productos más seguros y saludables.”
Desde la primera Revolución Industrial, los imperios corporativos han abusado repetidamente de la ciencia y la tecnología para convertir los procesos simples, autóctonos y naturales de la vida en industrias “fabriles” que hacen ganar dinero.
Sacar provecho del canibalismo de las boutiques es una nueva pluma en su gorra.