Por Gabriela Moreno – Panampost.com

El afán de la izquierda independentista catalana por multiplicar su visión progre sobre la sexualidad está fuera de control. Ahora organiza yincanas sexuales para escolares, con el apoyo del ayuntamiento de la ciudad costera Vilassar de Mar de Barcelona. En dicho territorio manda la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

En dos horas, los participantes con edades entre los 12 y 30 años son sometidos al desafío de colocar un preservativo con la boca en un plátano, untarlo con miel y lamerlo, imitar las posturas sexuales, al igual que modelar penes y vulvas con plastilina, publicó el diario ABC.

«Las chicas se tenían que poner en la pared con el c… en pompa y detrás se tenía que poner un chico, con un globo en medio que tenían que reventar con esta postura», relató una madre sobre las rutinas que se implementaron el pasado 22 de julio en una jornada que prometía ”recreación y diversión”.

La comunidad de padres protesta que las yincanas sexuales formen parte de los programas del ayuntamiento donde ERC está a cargo. Anuncian acciones legales.

Sin embargo, el ayuntamiento las desestima alegando en un comunicado que los adolescentes de 11, 12 y 13 años miran contenido pornográfico y se construyen una imagen de la sexualidad e «romper esa dinámica mostrándose abiertos a hablar de estos temas».

Con antecedentes

Esta iniciativa del independentismo catalán suma más polémica al movimiento que, además del fraccionamiento de sus toldas y el desgaste de su discurso combativo contra el Estado, también arrastra acusaciones de abusos sexuales.

El portavoz de Junts per Catalunya en el Parlamento de Cataluña, Eduard Pujol, abandonó su curul hace dos años tras una presunta “conducta que podría ser considerada acoso sexual”.

Al caso de Pujo lo antecedió la dimisión escandalosa del consejero de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat, Alfred Bosch (ERC), tras un informe revelar que había “conocido, tolerado e intentado encubrir a su jefe de Gabinete, Carles Garcias, cuando fue señalado como autor de varios capítulos de acoso sexual a trabajadoras de la consejería”.

Ninguno escapa

La Candidatura de Unidad Popular (CUP) que forma parte del aparato independendentista catalán también reporta escándalos sexuales. El partido ultraizquierdista acumula dos dimisiones de cargos públicos. La primera la protagonizó el exdiputado y exdirigente de la organización, Quim Arrufat , quien abandonó el partido en 2019 a raíz de dos denuncias internas por abusos sexuales, que incluyen agresión. La segunda la enfrentó  Eudald Calvo , exalcalde de Argentona (Barcelona), tras admitir que abusó sexualmente de una amiga y reconocer «actitudes machistas y sexistas» .

Sin embargo, la CUP no llevó el caso ante la justicia y como organización dejó en manos de las mujeres afectadas las acciones a emprender en ese campo alegando que su “práctica feminista no va en detrimento de la legitimidad de cualquier acción que la mujer quiera sacar adelante simultanea o alternativamente a la vía del protocolo de la CUP”. De esa forma lo planteó en un comunicado divulgado por El Confidencial.

ERC optó por medidas similares. Archivó el expediente interno sin sanciones, en una resolución de la comisión de garantías del partido que se tomó por unanimidad. En el documento sólo se registró que Bosch cesó a Garcías dos meses antes de las denuncias trascender a los medios de comunicación. Alfred Bosch aceptó un curso sobre igualdad de género y no discriminación, con el apoyo del partido y el acompañamiento de «entidades feministas legitimadas». Nada más.

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