Por Oriana Rivas – Panampost.com
Una voz fuerte en lo político y en la defensa de los cimientos culturales de la sociedad brasileña se une a la fórmula de Roberto Jefferson de cara a las elecciones presidenciales del próximo 2 de octubre. Se trata del padre Kelmon Luis Souza, líder religioso, importante activista social del país y, además, compañero político del presidente Jair Bolsonaro. A lo que apunta su postulación como vicepresidente es a la creación de un escudo —desde el punto de vista de la moral y de los principios— contra la izquierda representada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
De manera que al momento del debate público presidencial, mientras Jefferson esté recordando a su contrincante socialista el enorme lavado de dinero y corrupción gestada desde las filas del Partido de los Trabajadores (PT); el Padre Kelmon se enfocará en la defensa de los valores ante un bando político que ha demostrado su rechazo por la familia como núcleo de la sociedad, la cristiandad y las libertades individuales.
En este sentido, la recientemente anunciada candidatura a la presidencia de Roberto Jefferson despertó un gran revuelo político. Tal como indicaron desde las filas del Partido Laborista Brasileño (Partido Trabalhista Brasileiro, PTB), el fin es acompañar al presidente Bolsonaro y apostar por la unión de los sectores que enfrentan a la izquierda en la eventual segunda vuelta. Ahora, se suma el padre ortodoxo, actual presidente del Movimiento Cristiano Conservador Latinoamericano (MECCLA) y de los principales voceros contra el avance del socialismo en Brasil.
Arrebatar a Lula el noreste de Brasil
Nacido en el año 1976 en Salvador Bahía, la capital del estado de Bahía en el noreste de Brasil, el verbo del Padre Kelmon Luis Souza resuena por varias razones. Una de ellas es su amistad con el actual presidente y con Roberto Jefferson. De hecho, fue con el también presidente nacional del PTB con quien conversó en 2020 sobre la necesidad de la creación del Movimiento Cristiano Conservador, del cual hoy el padre es coordinador.
Otro motivo es que su lugar de origen, sumado a su postulación, desafían directamente a Lula da Silva por ser la región de Brasil donde el expresidente y el PT acumulan más votantes, convirtiéndose en una especie de «cinturón político». Tanto así que en las últimas cinco elecciones, Lula da Silva, Dilma Rousseff y Fernando Haddad fueron los candidatos que recibieron más votos. En consecuencia, la dupla de Kelmon junto a Jefferson podría inclinar la balanza para que cambie la tendencia.
A este contexto lo precede una carrera religiosa que inició a sus 20 años con su ingreso al seminario Mater Ecclesiae de los Legionarios de Cristo en São Paulo. Para 2003, decidió seguir su camino como ortodoxo. En 2009 inició su vida misionera al servicio de los pobres, presos y jóvenes universitarios. Luego fue ordenado diácono en 2014.
En 2018 trascendió cómo ayudó a jóvenes venezolanos que huían de la crisis provocada por el chavismo. Cuando el padre visitó el estado de Roraima, puerta de entrada de los migrantes, decidió «retomar un proyecto de asistencia universitaria que tenía en São Paulo, con el objetivo de rescatarlos», citó el portal Política Livre. Desde entonces, su servicio a la comunidad continúa.
Cuestionar la moral de los socialistas
Al estar presente en actividades políticas, con discursos y en redes sociales, el Padre Kelmon se convierte además en vocero de la privativa de libertad que pesa sobre Roberto Jefferson, ordenada por el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes.
La orden carece de fundamento jurídico al no haber pruebas, pero sí sobradas acusaciones y señalamientos. En las leyes brasileñas está establecido que la privativa de libertad preventiva no puede pasar de 90 días sin un juicio. Entonces, Jefferson se convierte en un preso político, tal como afirman integrantes del PTB. No hay un debido proceso, tampoco hay condena y, por lo tanto, está habilitado para postularse.
Pero si el STF reacciona, y por alguna razón no permite que Roberto Jefferson sea el candidato por el conservadurismo, entonces será el padre Kelmon quien liderará el debate presidencial. Ahí el socialismo tendrá que verse la cara con alguien que representa la cristiandad y, a través de los valores, cuestionará sin reparos a Lula da Silva.