Fuente: Vision Times en español
Cuba, uno de los pocos países abiertamente comunistas del mundo, enfrenta una grave crisis luego de que una serie de incendios masivos destruyeran depósitos de petróleo cruciales para abastecer su planta de energía más grande.
El siniestro ha herido hasta ahora a más de 125 personas, con al menos una muerte confirmada. Otras 14 están desaparecidas.
El incendio fue causado por una explosión en Matanzas atribuida a la caída de un rayo en uno de los ocho tanques de almacenamiento de petróleo el 5 de agosto, según el Ministerio de Energía y Minas del gobierno comunista.
El primer petrolero contenía aproximadamente 163.500 barriles de petróleo, todos los cuales fueron incinerados, informó Havana Times.
Matanzas alberga a 140.000 habitantes y se encuentra aproximadamente a 90 kilómetros al este de La Habana.
El incendio fue lo suficientemente feroz como para extenderse a un segundo tanque de petróleo el 6 de agosto, que se derrumbó a la mañana siguiente, lo que provocó “una intensa explosión y una columna de humo de varios cientos de metros de altura”, según el artículo basado en información reportada por la televisión estatal.
Para agravar la situación, un tercer tanque se incendió el 8 de agosto. Los tanques adicionales contenían casi 315.000 barriles de crudo cada uno, afirma información del gobierno.
Según un informe del 7 de agosto de Bloomberg, el Sindicato de Trabajadores Eléctricos de Cuba fue citado con una advertencia: “La isla no podría satisfacer la demanda y solicitó a las instituciones públicas que implementen medidas de ahorro de energía”.
Para los cubanos, los incendios son excepcionalmente significativos porque los tanques abastecen a la central eléctrica Antonio Guiteras, la más grande del país, generando 280 megavatios de electricidad.
Cuba, como muchos otros países, depende casi por completo de la quema de combustibles fósiles para generar electricidad. El medio afirma que el país consume 8 millones de barriles de petróleo al año, de los cuales más de 4,4 millones se dedican solo a la generación de electricidad.
Las pérdidas son significativas a la luz no solo de un petrodólar estadounidense en alza y de los precios del crudo que aún rondan los $100 por barril, sino también de una tasa de inflación del 23 por ciento.
Y la situación está lejos de haber amainado. Un informe del 8 de agosto de Bloomberg indicó que la planta de energía de Guiteras se vio obligada a desconectarse por completo porque el incendio está interrumpiendo el suministro de agua necesario para enfriar el equipo de la instalación.
Citando las cuentas de las redes sociales de la Unión, Bloomberg citó al grupo diciendo: “Con el nuevo corte de energía, el país puede cubrir poco más de la mitad de la demanda máxima de energía de 3000 MW de la isla… En total, unos 1223 MW de generación están desconectados”.
El 8 de agosto, pocos días antes de que ocurriera la calamidad, Havana Times informó que desde junio, Cuba, al igual que otros países en desarrollo, se ha visto sacudida por protestas arraigadas en una crisis energética a medida que los ciudadanos enfrentan dificultades para satisfacer sus necesidades diarias.
El artículo informó que en junio, los estudiantes protestaron con el lema “¡Enciende la luz, pinga! (maldita sea)” y ollas y sartenes resonaron en respuesta a los apagones continuos diarios.
El líder cubano Miguel Díaz-Canel fue citado por el Times quejándose de las protestas estudiantiles en una diatriba a la Asamblea Nacional: “Hay algunas personas que, para expresar su malestar e incomprensión, golpean ollas y sartenes, gritan expresiones contra los líderes, algunos aprovechan la ocasión para decir alguna consigna contra la revolución…”
“Los que así actúan… están haciendo lo que quiere la contrarrevolución y lo que quieren los que nos tienen bloqueados”, afirmó.
La respuesta del gobierno a la crisis energética, afirma el Times, es cancelar las actividades recreativas de verano y desplegar pedidos de trabajo desde el hogar.
El enfoque es similar al modelado en un juego de guerra reciente realizado por el Gobierno de Irlanda sobre cómo gestionar la sociedad si se sufre escasez de petróleo y gasolina en el otoño y el invierno de 2022 y 2023.
Una de esas respuestas modeladas fue emitir pedidos de trabajo desde el hogar de manera similar a las medidas pseudopandémicas de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), reducir el límite de velocidad y restringir las ventas de gasolina a los socorristas y trabajadores esenciales.
Tales políticas ya están en vivo en el mundo. En Sri Lanka, cuya economía se ha derrumbado totalmente después de que el gobierno se quedó sin reservas extranjeras utilizadas para comprar petróleo y productos derivados del petróleo, las compras de gasolina se han racionado a los trabajadores esenciales y los ciudadanos deben utilizar un sistema de identificación digital con código QR estilo crédito social. si desean comprar.
Debido a que la situación es tan grave, el gobierno cubano ha aceptado la “orientación técnica” ofrecida por la Administración Biden, según un informe del 8 de agosto del Miami Herald.
El viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, agradeció en Twitter a “personas y organizaciones de EE.UU.”, incluido el gobierno, por “asesoramiento técnico, propuesta que ya está en manos de especialistas para su debida coordinación”.
Incluso Díaz-Canel tuiteó: “Agradecemos también la oferta de asesoría técnica de EE.UU.”
No obstante, la respuesta del presidente Biden a la crisis no ha sido recibida con calidez por los medios de comunicación estadounidenses del establishment.
El 8 de agosto, Mary Murray, directora sénior de NBC para América Latina y el Caribe, tuiteó: “¿Jugar a la política o jugar con fuego? Parece que la ayuda de @POTUS para combatir el furioso incendio petrolero en #Cuba se ha limitado a llamadas telefónicas. Un funcionario cubano le dice a @NBCNews que #Washington no ha hecho ninguna oferta de ayuda material para combatir las llamas que arrasan desde el viernes…”