Por Mamela Fiallo Flor – PanAm Post
Tras el secuestro de un obispo, el arresto de al menos tres sacerdotes y la deportación de hasta las hermanitas de la caridad, el mundo vio de lo que es capaz la dictadura de Daniel Ortega. Ahora que el candidato izquierdista Luiz Inácio Lula Da Silva pretende volver al poder, el espíritu anticristiano de su campaña se evidencia cada día más. Al igual que su complicidad con el sandinista.
“Nicaragua es una dictadura brutal, dirigida por un aliado de Lula y miembro del Foro de São Paulo, Daniel Ortega. El régimen comunista comenzó a perseguir a los cristianos, llegando incluso a arrestar obispos y expulsar monjas del país. Otro del grupo de la ‘democracia’, reprocha el empresario cristiano brasileño Leandro Ruschel al criticar a los partidarios de Lula.
«Haciendo aún más claro su alineamiento con el movimiento totalitario de extrema izquierda en América Latina, Petro ordenó a sus diplomáticos abstenerse de la sesión de la OEA prevista para condenar los crímenes de Daniel Ortega en Nicaragua», agregó.
«Ortega, otro aliado de Lula y el Foro de São Paulo, ha escalado su violencia contra los opositores. Se han producido detenciones, torturas e incluso la muerte de disidentes, incluidos periodistas, políticos e incluso sacerdotes», continuó.
Lula lleva décadas elogiando a Ortega
Según informa Brasil Sem Medo, la amistad de Lula con Ortega se remonta a la creación del Foro de São Paulo a principios de la década de 1990. Su partido hasta ahora no ha repudiado la persecución religiosa de Nicaragua. En cambio el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que también busca la reelección, lo hizo de inmediato.
El PT ha apoyado públicamente el régimen dictatorial de Ortega en Nicaragua. Durante su presidencia, Lula visitó Nicaragua en 2007. Allí dijo que sintió “una emoción diferente” cuando fue recibido por su amigo Daniel Ortega.
“Estuve aquí el 19 de julio de 1980, participando en el primer aniversario de la revolución sandinista. Aquí conocí a Fidel Castro[…] viví todo el trabajo que hizo el presidente Daniel Ortega en ese momento para consolidar a Nicaragua como un país soberano”, dijo Lula en ese momento.
Luiz Inácio Lula da Silva ha sido cómplice de Ortega en el plano económico también. Lo recibió en Brasil y desde Itamaraty, el palacio de asuntos exteriores, destacó la alianza de Nicaragua con empresas brasileñas en la construcción de la hidroeléctrica Tumarín, construcción que inició en 2010. Aparte de ello, le entregó 300 millones de dólares del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para dicho proyecto.
Durante su gestión, Lula da Silva financió al socialismo regional con el dinero de los brasileños. En 2016, la transferencia de fondos a la hidroeléctrica fue suspendida por sospechas de corrupción. El daño se estimó en 100 millones de dólares. Por medio de Odebrecht, también financió obras en Cuba.
La libertad religiosa está en peligro si Lula vuelve al poder, advierte pastor
La indignación en Brasil no se limita a la complicidad con Ortega. Ya un pastor, que además es diputado federal, Marco Feliciano, advirtió a los evangélicos sobre el peligro de que Lula da Silva vuelva al poder.
En entrevista con Rádio CBN, Feliciano dijo que la izquierda tiene muchas formas de cerrar iglesias y como pastor ha advertido a los evangélicos sobre el peligro para la iglesia si Lula es reelegido en las próximas elecciones.
“Hablamos del riesgo de persecución. Una persecución que puede culminar con el cierre de iglesias. En el culto, no soy político, soy pastor y tengo que advertir a mi rebaño que hay un lobo a nuestro alrededor. Un lobo que quiere dragar nuestras ovejas. Hay muchas maneras de cerrar una iglesia. No necesariamente venga con rifles y ciérrelo. El gobierno puede (cerrar) a través de la creación de leyes, impuestos… Eso lo vimos en el gobierno del PT y la izquierda es maestra en la creación de situaciones”, dijo el diputado.
El socialismo ha perseguido a los fieles históricamente
La izquierda brasileña se ha mostrado muy insistente en el cierre de iglesias, sobre todo en el marco de la pandemia. El Supremo Tribunal Federal, cuyos jueces son mayormente designados por el PT, lo respaldaron. Mientras que Bolsonaro luchó activamente contra ello.
«No hay cristianismo sin vida comunitaria, sin la casa de Dios, sin el día del Señor. Por eso, los verdaderos cristianos no están dispuestos jamás a matar por su fe, pero están siempre dispuestos a morir para garantizar la libertad de religión», exclamó el portavoz del gobierno ante el tribunal.
Además, la historia demuestra lo dicho por el pastor. Todo régimen socialista ha perseguido abiertamente la fe. Y el PT nunca ocultó sus vínculos con dictadores conocidos por la persecución religiosa.
De hecho, en entrevista con el diario El País, en noviembre del año pasado, el PT defendió al dictador Daniel Ortega, quien acababa de ser elegido para su quinto mandato presidencial en Nicaragua tras arrestar a todos sus opositores.
Preguntado por el entrevistador sobre los crímenes de Ortega, Lula da Silva desvió la conversación y dijo que no podía juzgar las razones por las que su amigo había ordenado arrestar a sus opositores.