Fuente: Minghui.org

A principios de julio de 2021, la información personal de hasta mil millones de ciudadanos chinos, filtrada de la base de datos de la policía de Shanghái, fue puesta a la venta por un hacker chino.

En una muestra de 750.000 registros, proporcionada por el hacker para atraer a los compradores, un archivo llamado “Índice de datos de casos” contenía registros de ciudadanos que llamaban a la policía para denunciar presuntos delitos. Entre ellos, un total de 140 casos registrados en Shanghái, entre 2003 y 2019, estaban relacionados con Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista desde 1999. Al menos dos de los casos coinciden con la información recogida por Minghui.org. Se trata de la Sra. Zhou Xianwen y la Sra. Bai Gendi, que murieron a consecuencia de la persecución.

Sra. Zhou Xianwen

Según los datos policiales filtrados, “en julio de 2007, la sospechosa, Zhou Xianwen, fue detenida y una gran cantidad de material promocional de Falun Gong fue decomisado. Se ha confirmado a través de la investigación que la sospechosa había enviado material promocional de Falun Gong desde la oficina de correos de Xiangyin desde 2007. Ha confesado el delito mencionado”. El lugar en el que la Sra. Zhou fue detenida, se registró como la Oficina de Correos de Xiangyin, en el distrito de Yangpu.

La información coincide con un informe de Minghui.org de septiembre de 2007, en el que consta que la Sra. Zhou fue detenida en la noche del 31 de julio de 2007, por ocho agentes del Departamento de Policía del Distrito de Yangpu, después de que alguien la denunció a la policía. Estuvo encerrada durante un mes y el 30 de agosto fue trasladada al Centro de Lavado de Cerebro de Qingpu.

También fue confirmado por Minghui.org que la Sra. Zhou fue arrestada de nuevo el 24 de junio de 2019, por usar cuatro billetes de 5 yuanes que tenían información sobre Falun Gong escrita en ellos, para comprar comida en un supermercado. Fue seguida por agentes de la Oficina de Seguridad Local del Nuevo Distrito de Pudong y retenida en el Centro de Detención de Zhangjiang tras su detención.

Tras dos meses de detención, la Sra. Zhou desarrolló una afección cardíaca y fácilmente se quedaba con dificultad respiratoria. Antes de ponerla en libertad bajo fianza, la policía le administró sueros intravenosos en contra de su voluntad, sin revelar el contenido del frasco.

Al volver a casa, la Sra. Zhou sentía molestias es todas partes, tanto si estaba de pie como acostada. Le costaba respirar y tenía la sensación de que podía dejar de hacerlo en cualquier momento. Se quedaba sin aliento al menor esfuerzo, como abrir la puerta, contestar al teléfono o ir al baño. También sentía que su mente estaba en blanco, y ella se ponía incoherente y no le salían las palabras. A veces no podía conciliar el sueño en toda la noche. Perdía el apetito y no quería moverse. Solo entonces se dio cuenta de que la policía debió haberle suministrado drogas tóxicas.

Más tarde, le aparecieron ampollas en ambos pies, que supuraban cuando se rompían. Entonces empezó a tener un dolor insoportable en las pantorrillas. También le aparecieron ampollas en las pantorrillas que supuraban sangre y pus. Tanto si se sentaba, como si estaba de pie o tumbada, el dolor era constante. Con el tiempo, sus pies se hincharon, se infectaron y se oscurecieron. Falleció el 8 de agosto de 2021. Tenía 73 años.

Otro nombre de una practicante que apareció en la base de datos de la policía, fue el de la señora Bai Gendi. El informe policial decía: “A las 18:00 horas del 10 de septiembre de 2012, el ciudadano Xie Zhengkai acudió a una comisaría de policía e informó que había recibido un mensaje de texto sobre Falun Gong que fue enviado por el número de teléfono 15921522491.”

Por este mensaje de texto, la Sra. Bai fue detenida horas después mientras caminaba por la calle. El 3 de mayo de 2013, fue condenada a seis y medio años. A los tres años de su condena, fue puesta en libertad condicional por motivos médicos: estaba al borde de la muerte por la tortura y la administración involuntaria de medicamentos en la prisión. Murió un año después, el 15 de junio de 2017. Antes de morir, repetía: “Quieren que me muera para que no pueda seguir salvando a la gente”.

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