Por Gabriela Moreno – Panampost.com

¿Para usted el Gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura y el presidente de Venezuela se llama Juan Guaidó? Fue la pregunta que dejó sin respuesta el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su primer encuentro con los medios en Colombia, donde expondría los planes de su gira internacional por América Latina.

El mandatario socialista esquivó la interrogante incómoda con retóricas asegurando que España apuesta a la «reinstitucionalización democrática de Venezuela, el diálogo y la celebración de elecciones» como «salida al conflicto». Sánchez intentó argumentar que «la comunidad internacional ha trabajado en ello y ahí es donde va a estar el Gobierno de España».

La diplomacia discursiva de Sánchez no convenció. «Al menos, indique, ¿quién es para usted hoy el presidente de Venezuela?», le increpó el equipo de la W Radio. «Es un debate en la comunidad internacional porque existe dualidad institucional que tiene que ser resuelta», fue su respuesta.

Apoyo a la alianza entre Petro y Maduro

Sánchez evita polemizar en un viaje que pretende posicionar su desgastada figura tras los conflictos internos que enfrenta el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por las derrotas electorales en Andalucía, Sevilla, Jaén o Huelva.

El mensaje al exterior es de robustez política y disposición para fortalecer alianzas sin escatimar. Poco antes de reunirse con el presidente Gustavo Petro expresó su apoyo al retorno de las relaciones con el régimen de Maduro.

«Celebro el restablecimiento de relaciones entre Venezuela y Colombia, creo que es bueno y positivo porque, efectivamente, son países fronterizos que tienen una obligación mayor de tener las mejores relaciones en beneficio de sus conciudadanos». Además, indicó que España considera que «es bueno lo que ha hecho el presidente Petro con Venezuela».

Incluso, propuso a su administración como intermediaria en los diálogos que Petro y la narcoguerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) comenzarán en Cuba con la promesa de un desarme. Así lo ratificó durante el encuentro oficial que se celebró en la Casa de Nariño.

Afirmó que España se ofrece en caso de que pueda albergar algún tipo de conversación que mejore las posibilidades de superar los conflictos y alcanzar la paz definitiva.

«Nos ofrecemos al Gobierno de Colombia para ayudarle en lo que pueda servir para alcanzar esa paz. Si en España se pueden albergar esas conversaciones de paz, España se ofrece».

El grave error de protocolo y la cuestionada reacción de Sánchez

Petro agradeció el gesto de su homólogo español, pero explicó que no depende exclusivamente de su Gobierno dónde se van a llevar a cabo las negociaciones de paz con el ELN y que el grupo guerrillero también debe decidir si se quedan en Cuba o se hacen en otros países.

«Si el Reino de España es garante y si así lo deciden las partes, a mí me encantaría», aseguró Petro, recalcando la denominación oficial del país de su invitado como «Reino de España», ante el grave error cometido por el personal de protocolo que presentó a Pedro Sánchez como «presidente de la república del Gobierno de España», lo que trasciende lo anecdótico, pues en el ámbito de la política española constituye una afrenta a la monarquía, similar a la que hace con frecuencia el partido de extrema izquierda Podemos.

El más reciente episodio ocurrió luego de la posesión de Gustavo Petro, cuando el cofundador de la formación morada, Pablo Iglesias, cuestionó en una columna de opinión el gesto del rey Felipe VI en Bogotá al no levantarse cuando pasaba la espada del Libertador Simón Bolívar, como sí lo hizo el resto de los presentes. “Hoy tiene más sentido que nunca construir un horizonte republicano para los pueblos y naciones del Estado español”, escribió Iglesias aprovechando la oportunidad para potenciar su rechazo a la monarquía.

Pero el presidente del Gobierno parece no estar muy distante de la posición de Podemos. La reacción de Pedro Sánchez desencadenó de inmediato una lluvia de críticas en España. «No merecemos un presidente que cuando le presentan como presidente de la República de España, se ríe», reprochó el senador de Partido Popular (PP) por Gran Canaria, Sergio Ramos Acosta.

Lejos de la realidad

Para Pedro Sánchez, el acuerdo de paz en Colombia firmado en 2016 representó «un hito en la política internacional en términos positivos, de esperanza, de superación de conflictos, de reencuentro de memoria, de reparación y de justicia».

Sin embargo, a seis años del acuerdo suscrito por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el Gobierno de Juan Manuel Santos la realidad es otra. Por un lado están los exguerrilleros que se apegaron al acuerdo y tras dejar las armas lograron curules en el Congreso sin haber reparado a las víctimas y por el otro los que volvieron a la clandestinidad y como «disidencias» siguen delinquiendo y cometiendo masacres, secuestros y reclutamientos.

Fuentes de inteligencia sostienen que las milicias urbanas nunca se desmovilizaron y permanecen con sus estructuras intactas en las ciudades con cerca de 3000 hombres pese al compromiso que asumieron en La Habana. Se estima que las FARC se dividieron en cuatro grupos. Uno es el brazo político que hace vida en el Congreso y los otros tres permanecen en la retaguardia como brazo armado. La disidencia y la paz son dos mentiras.

El presidente del Gobierno español continuará su gira por Latinoamérica que lo llevará también a Ecuador y Honduras, donde será recibido por sus homólogos Guillermo Lasso y Xiomara Castro, respectivamente.

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