Traducido de Humansbefree por TierraPura.org
La última tecnología/política muy controvertida que el Foro Económico Mundial (FEM) se ha propuesto normalizar es la idea de implantar chips de seguimiento en los seres humanos.
No hace mucho tiempo, quienes especulaban con un futuro en el que esto ocurriera eran tachados de teóricos de la conspiración, pero ahora el medio de comunicación más ruidoso de las élites mundiales predice que los implantes de chips acabarán convirtiéndose en una simple mercancía.
Y el FEM defiende que la implantación de chips en los niños podría ser vista por los padres como una medida “sólida y racional”. Todo esto aparece en un artículo del blog de la organización dedicado al futuro de la realidad aumentada (RA), y a lo que se denomina “una sociedad aumentada”.
Al igual que en muchas otras tomas del FEM sobre el futuro de diversos tipos de tecnología, se hace hincapié en la inserción de la “derecha”, es decir, su propia “visión” en la dirección en la que éstas deberían desarrollarse, con la inevitable mención de las partes interesadas indefinidas de la sociedad que tendrán la clave de la cuestión ética de todo ello.
El FEM habla de la supuesta utilidad de la RA en campos como la sanidad, la educación y los entornos profesionales, con la idea de proporcionar directrices sobre cómo regular “éticamente” este enorme poder potencial y, por lo tanto, a fin de cuentas, controlarlo.
El FEM califica la RA y otras tecnologías similares de transformadoras, pero necesitan “el apoyo, la visión y la audacia adecuados”.
Una vez más, no está nada claro por qué se dice “audacia”, a no ser que se trate de un eufemismo para vender algunas “visiones” bastante extravagantes que expresa el FEM, como la sustitución de los fármacos por implantes cerebrales que manipulen el cuerpo con impulsos eléctricos, y el emparejamiento de todo tipo de chips colocados en los seres humanos mediante cirugía, con sensores que uno podría encontrar en una silla.
Y así, con el ser humano y la silla “perfectamente integrados”, la calidad de vida en general se dispara, promete el grupo con sede en Davos.
“Por mucho que los implantes de chip puedan parecer aterradores, forman parte de una evolución natural que en su día sufrieron los wearables. Los audífonos o las gafas ya no están estigmatizados”, dice el blog. “Son accesorios e incluso se consideran un artículo de moda. Del mismo modo, los implantes evolucionarán hasta convertirse en un artículo de moda”.
Pero los críticos de estas tendencias afirman que su oposición no tiene nada que ver con los “estigmas”, sino con graves preocupaciones sobre los derechos civiles, la privacidad y el propio concepto de autonomía humana.