Por Tomás Lugo – elamerican.com
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, respondió con soberbia el lunes a una pregunta del corresponsal de Fox News, Peter Doocy, sobre la entrada indiscriminada de migrantes ilegales a través de la frontera sur, a quienes no se les exige prueba de vacunación contra el COVID-19, contrario al requisito para quienes entran al país de forma legal.
“Alguien que no está vacunado viene en un avión, ustedes dicen que eso no está bien. Alguien entra caminando a Texas o Arizona sin vacunarse, se les permite quedarse. ¿Por qué?”, preguntó Doocy.
En un tono burlesco y soltando una sonrisa irónica, Jean-Pierre respondió: “Pero no es así como funciona. No es como si entraran caminando… no es así”.
Sin embargo, para nadie es un secreto que, tal como Doocy apunta en su contrarrespuesta, miles de migrantes ilegales entran a diario a través de la frontera sur sin ningún tipo de cuidado sanitario y sin tener que mostrar prueba alguna de vacunación.
Los migrantes ilegales y los mandatos de vacunación
De hecho, de acuerdo con el servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), este año se han reportado 2,242,413 encuentros con migrantes ilegales en las zonas fronterizas. Entre ellos, las patrullas fronterizas han capturado a 66 terroristas en lo que va del 2022.
Según datos de la Federación para la Reforma de la Inmigración Americana (FAIR), alrededor de 4.9 millones de inmigrantes ilegales han entrado al país bajo la piadosa mirada del Gobierno federal desde que Biden está al mando de la Casa Blanca. Esto incluyendo a unos 900,000 fugitivos que lograron escapar de las autoridades y distribuirse por el país.
El presidente de FAIR, Dan Stein, hace un sorprendente análisis de la magnitud de la crisis migratoria.
“Aproximadamente, el equivalente de toda la población de Irlanda ingresó ilegalmente a los Estados Unidos en los 18 meses que el presidente Biden estuvo en el cargo, y muchos fueron liberados en las comunidades americanas”, dijo Stein en el reporte. “En ese tiempo, la Administración Biden ha culpado de un aumento sin precedentes de la inmigración ilegal a todo tipo de factores externos, excepto a su propio sabotaje de las leyes de inmigración de nuestra nación”.
Stein destaca que, hasta que esta administración “demuestre su voluntad” de hacer cumplir las leyes de control migratorio, el flujo de extranjeros ilegales y la incursión de narcóticos letales que cruzan la frontera continuarán sin freno.
La situación en la frontera es tan evidente que incluso CNN, un medio cuyo sesgo de izquierda y pliegue al Partido Demócrata le ha costado credibilidad, audiencia y ganancias, reconoció que la entrada de inmigrantes ilegales bajo la administración Biden no tiene precedentes y está fuera de control.
Incluso afirman que el aumento de migración ilegal, que supone una subida del 11,000 % desde 2007, se ha convertido en un problema para el Gobierno federal.
Cabe destacar que, de acuerdo con lineamientos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), a todos los migrantes ilegales detenidos en sus centros de reclusión se les alienta a vacunarse, mas “no puede forzarlos”.
Por el contrario, los CDC continúan exigiendo a “pasajeros que no son ciudadanos americanos” y a “inmigrantes que llegan de un país extranjero a los Estados Unidos por vía aérea” mostrar prueba de vacunación como requisito para permitir su entrada al país.
Un ejemplo claro es el caso del tenista Novak Djokovic, a quien se le prohibió la entrada a Estados Unidos para participar en el U.S. Open debido a que no se ha vacunado contra el COVID-19.
De tal manera que la respuesta de Jean-Pierre demuestra uno de dos posibles escenarios: o la secretaria de Prensa ignora la magnitud del problema en la frontera sur, así como los protocolos y exigencias de vacunación para inmigrantes ilegales, o miente descaradamente por órdenes de la administración a la que representa.