Por Pablo Rodríguez – BLes.com

Han pasado dos años desde que la periodista chino-australiano Cheng Lei fuera detenida en China, acusada por las autoridades de divulgar secretos de estado y encerrada tras un juicio a puertas cerradas.

Cheng, de 46 años, era presentadora de televisión para la cadena estatal china CGTN antes de ser detenida.

Recientemente, se reveló que la periodista comparte una celda de 9 metros cuadrados con una sola cama utilizada por turnos para dormir y un sólo baño con otras cuatro presas.

El 13 de agosto de 2020, la periodista fue detenida por autoridades chinas en Beijing, y en febrero del 2021 arrestada formalmente bajo los cargos de “divulgar secretos de estado al extranjero”.

El 31 de marzo de 2022, el caso de Cheng fue juzgado en secreto en el Segundo Tribunal Intermedio de Beijing tras 19 meses de detención. Las autoridades se negaron a permitir el acceso al embajador australiano, Graham Fletcher, al juicio. 

“Esto es profundamente preocupante, insatisfactorio y muy lamentable”, dijo Fletcher al medio Bloomberg.

Y añadió, “no podemos confiar en la validez de un proceso que se desarrolla en secreto. No obstante, seguiremos defendiendo firmemente los derechos e intereses de la señora Cheng Lei”.

De acuerdo a Bloomberg y The Guardian, “la policía vestida de civil, acordonó los alrededores del Tribunal Popular Intermedio número 2 de Beijing, verificó las credenciales de los periodistas y les pidió que se alejaran”.

A su vez The Daily Telegraph (DT) publicó un documental exclusivo titulado: “Desaparecida, La historia de Cheng Lei”, el 24 de agosto de 2022, que cuenta en detalle su vida en prisión, lo que inmediatamente llamó la atención internacional. 

DT reveló cómo son los días de la periodista: “… A menudo la acompañan a una sala de conferencias donde tiene videollamadas mensuales de 30 minutos con funcionarios diplomáticos y consulares australianos con los ojos vendados y esposas.”

Por su parte, el Daily Mail informó que, la periodista está recluida en una de las infames “cárceles negras” de Beijing, sin poder tener contacto con familiares y cercanos y en condiciones extremadamente precarias. De acuerdo a Human Rights Watch estas cárceles clandestinas son conocidas por sus abusos físicos, psicológicos y sexuales.

Así mismo, el esposo de la periodista, el australiano Nick Coyle, ex director ejecutivo de la Cámara de Comercio China-Australia criticó al embajador chino en Australia, Xiao Qian por afirmar que los derechos de la periodista prisionera están “bien protegidos”. 

De acuerdo con Sky News, cuando se le preguntó al embajador chino en Australia si su país tomaría medidas para liberar a Cheng, Xia respondió “que si bien el Covid-19 dificultó que los detenidos australianos se pusieran en contacto con familiares y funcionarios diplomáticos, ahora se ha vuelto de fácil acceso debido a la relajación de los bloqueos en Beijing”.

Sin embargo, el esposo de Cheng aseguró que ella no ha tenido contacto con su familia, incluido sus dos hijos pequeños de 11 y 13 años, desde que fue detenida por oficiales chinos.

A su vez, el gobierno australiano emitió un comunicado expresando su preocupación por el bienestar y las condiciones de detención de la Sra. Cheng.

“Desde que la Sra. Cheng fue detenida en agosto de 2020, el gobierno australiano ha pedido constantemente que se cumplan los estándares básicos de justicia, equidad procesal y trato humano, de acuerdo con las normas internacionales”

La represión para silenciar periodistas, una práctica común en China.

Otro caso que llamó la atención de la comunidad internacional fue el de la periodista china Fan Ruoy. El 11 de diciembre de 2020, la periodista corresponsal de Bloomberg en Beijing fue detenida por el régimen chino sospechosa de “participar en actividades delictivas que ponían en peligro la seguridad nacional”.

Sin embargo, Bloomberg dijo que “cuando los ciudadanos chinos trabajan en medios de comunicación extranjeros, solo pueden servir como asistentes de noticias. No está permitido hacer reportajes independientes. Bloomberg ha estado buscando a Fan.”

El Servicio Europeo de Acción Exterior exigió a China que liberara a Fan Ruoy en 2020 y le permitiera acceder a su abogado.

Sin embargo, un portavoz del régimen chino dijo que el incidente era un asunto interno de China, por lo que otros países y organizaciones no tienen derecho a interferir.

El régimen chino vigila con IA a periodistas

El Partido Comunista Chino (PCCh) ha invertido grandes cantidades de su presupuesto para convertir la Inteligencia Artificial (IA) en un soporte importante de su sistema de seguridad. 

La provincia de Henan, una de las más grandes en China, ha puesto en marcha un sistema de vigilancia con miras a ser usado para rastrear a periodistas y estudiantes internacionales por ser “personas sospechosas”.

De acuerdo con Reuters, “3.000 cámaras de reconocimiento facial, que se conectan a varias bases de datos nacionales y regionales, fueron puestas en funcionamiento en Henan en 2021”.

Esta tecnología incluye escáneres de teléfonos, bases de datos de rostros, huellas dactilares, entre otras cosas, y es capaz de compilar archivos individuales sobre las personas de interés.

Una vez combinadas estas herramientas cibernéticas y en pleno funcionamiento, la policía china las utiliza para captar la identidad de las personas que caminan por la calle, a través de videocámaras digitales y así evaluar si su comportamiento se ajusta o no a las normas determinadas por el régimen como aceptables socialmente. Pueden saber todo, con quién se reúnen e identificar si son miembros o no del Partido Comunista Chino.

El aparato de propaganda del PCCh siempre ha cuidado su imagen internacional, aunque su esfuerzo no ha sido suficiente y han salido a la luz, las graves violaciones de Derechos Humanos en el gigante asiático. 

En este contexto, Reporteros Sin Fronteras ha publicado un informe demoledor denominado “El gran salto hacia atrás del periodismo en China” que revela la campaña de represión sin precedentes que el régimen chino ha llevado a cabo contra el periodismo y el derecho a la información en todo el mundo en los últimos años.

Como dice un viejo refrán, ”no se puede tapar el sol con un dedo”, asimismo los crímenes del régimen comunista chino ya no pueden ocultarse más.

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