Por Gabriela Moreno – Panampost.com
Brasil se ha convertido bajo el gobierno del presidente Jair Bolsonaro en una excepción envidiable para el resto de la región, siendo el único país que ha logrado vencer la inflación en los dos últimos meses consecutivos, también fue el primero en volver a los niveles de crecimiento económico previos a la pandemia, y además destaca por su política de reducción en el precio de los combustibles. A pocos meses de haber bajado el monto que los brasileños pagan por litro de gasolina, este martes entró en vigencia una importante rebaja en el precio del gas. Con estas dos recientes medidas, el mandatario que aspira a la reelección en los comicios de octubre deja en evidencia los contrastes con su homólogo colombiano, Gustavo Petro, que en apenas un mes de gestión ya anunció su intención de aplicar un desmedido aumento al precio de la gasolina que comenzará en octubre.
Desde este 13 de septiembre, el valor por kilo (kg) del gas en Brasil para cocinar pasa de 4,23 reales a 4,03, representando una rebaja de 4,7 %, la segunda de forma consecutiva tras haberse aplicado en abril de este año una disminución de 0,25 reales al valor del kg. El presidente Bolsonaro agregó que «el impuesto federal al gas para cocinar es cero».
Este nuevo beneficio se suma a la reducción del precio medio de venta de la gasolina de Petrobras a las distribuidoras que entró en vigencia el 20 de julio, lo cual permitió llevar el litro de 4,06 reales a 3,86. La reducción de 0,20 reales por litro catapulta a Bolsonaro como un estratega en materia económica que ha logrado bajar los precios de los combustibles, ya que esta disminución de 5,18 % le ha permitido a Brasil posicionarse como uno de los países con las gasolinas más baratas en el mundo, luego de conseguir disminuciones en los precios del diésel, queroseno de aviación y la gasolina de aviación.
“Los reajustes reflejan las variaciones en el mercado internacional, de acuerdo con la Política de Precios de Paridad de Importación (PPI) adoptada por Petrobras desde 2016”, indicó la compañía en una comunicado. De esa manera, Bolsonaro alcanzó hitos económicos en tiempos de pandemia y crisis, enfocándose en contener los impuestos federales sobre la gasolina y el etanol hasta finales de este año.
Más leña al fuego en Colombia
Con Gustavo Petro en el poder desde el pasado 7 de agosto, Colombia avanza en dirección opuesta. Según el mandatario izquierdista, el país necesita enfrentar un aumento en el precio de la gasolina porque existe un «déficit de estabilización de precios de los combustibles por falta de pago del gobierno anterior de 10 billones (de pesos) por trimestre».
Mediante un mensaje en su cuenta de Twitter sostiene que el monto asciende a «casi 40 billones anuales», incluso destaca que «casi la mitad del déficit del presupuesto nacional se produce al no subir el precio de la gasolina».
El exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, lo desmiente. Afirma que durante las sesiones previas al traspaso de mando le entregó personalmente el Marco Fiscal de Mediano Plazo donde están los detalles sobre el pago de 14,2 billones de pesos ordenado por el entonces presidente Iván Duque correspondientes al déficit, así como 28,5 billones presupuestados y otras fuentes de pago.
Aumento de 100 % e impulso a la inflación
Gustavo Petro insiste con el aumento. Cree que «es la hora de un debate nacional al respecto». Le propone al Congreso «desligar el cobro de impuestos a la gasolina de la indexación del precio de la gasolina para mitigar el impacto sobre el consumidor», advirtiéndole a los colombianos que retomará «la senda de crecimiento de precios, y que el objeto no será más que disminuir el déficit irresponsablemente acumulado».
Su ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, anunció este martes que el aumento al precio de la gasolina comenzará a aplicarse en octubre de manera gradual. Por el momento no adelantó de cuánto será el alza.
El senador del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, propone que el galón de gasolina oscile entre 16000 y 18000 pesos colombianos (equivalentes a unos 4 dólares), montos que supondrían un alza de casi 100 %, considerando que en la actualidad el galón se cotiza en 9500 pesos colombiano. Dice que de esa manera se adaptarían al «mercado internacional». ¿A cuál mercado internacional se referirá cuando Brasil va a la baja en sus precios?
La firma Raddar calcula que por cada 10 % que suba la gasolina, la inflación en el país subiría 0,5 puntos adicionales. Un incremento de 60 % en la gasolina llevaría la inflación a 14 % anual.