Por José Ignacio Hermosa – BLes.com

Dada la gran dependencia de la población china de las directivas del régimen que la gobierna para el desarrollo de sus actividades diarias, cada movimiento político inesperado puede llamar poderosamente la atención.  

La situación es aún más delicada a medida que se acerca la celebración del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), que dictará las políticas del país durante los próximos cinco años, al menos. 

Y en vista de que se vence el segundo periodo del mandato del líder, Xi Jinping, la incertidumbre aumenta porque es posible que ocurran hechos inesperados ante su posible postulación para un tercer período, algo que no es aceptable para sus opositores. 

En este contexto, medios oficiales confirmaron que Xi firmó la orden de ascenso al rango de general para el teniente general, Wang Qiang, el 8 de septiembre. De inmediato le fue conferido el cargo de comandante del Ejército Popular de Liberación, al mando de la Zona de Guerra del Norte. 

Hasta este punto podría verse como una acción militar rutinaria, pero las extrañas circunstancias que rodearon ese ascenso dieron lugar a que los analistas sugirieran que tras ellas podría haberse presentado un violento intento de golpe de estado.

¿Se frustró un intento de golpe de Estado?

Bien podría haberse frustrado un intento de golpe de Estado, tomando como referencia varios videos filtrados en los que se aprecian grandes explosiones, y en ausencia de explicaciones oficiales sobre ellas. Una recopilación fue presentada por la periodista Jennifer Zeng, quien relató lo siguiente:

“Alrededor de las 2:00 de la madrugada del 8 de septiembre, se escucharon disparos, explosiones y aviones de combate en el aeropuerto de Yuhong, un aeropuerto militar en la ciudad de Shenyang, provincia de Liaoning en China. El aeropuerto de Yuhong pertenece a las fuerzas aéreas del PCCh de la Zona de Guerra del Norte”, escribió Zeng. 

Más aún, los internautas escribieron sus aportes, entre ellos uno que comparte una conjetura publicada por el medio Sound of Hope:

“Adivina: después de que Wang Qiang asumió el cargo de comandante en jefe, el comandante original y sus subordinados se rebelaron, por lo que el comandante Wang Qiang se desplegó para acabar con todos los insurgentes. La batalla comenzó en medio de la noche del día 9, concentrándose al oeste del distrito de Tiexi”.

Y agrega: “Hay muchas tropas, y luego, después de la batalla, todas las personas capturadas fueron escoltadas en camiones cargados de tropas por un gran número de fuerzas policiales a la sede de la ciudad para interrogarlas. Quizás este proceso saldrá a la superficie gradualmente”.

En apoyo de estas hipótesis, el internauta @Ke2Knwx82xYzZp, adjunta un video de camiones militares atravesando la ciudad de Shenyang, y lo explica así: 

“El 9 de septiembre, más de una decena de vehículos que contenían los cuerpos de las fallidas tropas de Li Qiaoming, comandante de la Zona de Guerra del Norte, pasaron por los suburbios de Shenyang”.

Y agrega: “Cada vagón puede llevar una docena de cadáveres, y una docena de vagones puede llevar una o doscientas personas. El golpe militar fue frustrado después del intenso bombardeo en la madrugada del 7 y 8 de septiembre en la Ciudad Prohibida. El PCCh intentó borrar la noticia a nivel mundial, pero fue captado por #劳直播 y anunciado al mundo”.

La versión de este tuit es reforzada por el canal de YouTube, Lawrence actúa en Twitter (Haipai News Show), quien destaca los hechos en la presentación de su programa de más de una hora, diciendo:  

“El Comandante de la Zona de Guerra del Norte, Li Qiaoming, se amotinó, llevó a sus tropas a ocupar el aeropuerto de Shenyang Yuhong: Xi Jinping envió aviones para bombardear durante dos días consecutivos el 7 y 8 de septiembre, el 8 para pacificar a los rebeldes, Xi Jinping promovió apresuradamente a Wang Qiang como el nuevo [comandante]”.

Otro aspecto que añade leña al fuego de las especulaciones, es la situación del excomandante de la Zona de Guerra del Norte, Li Qiaoming, sustituido por el recién ascendido general Wang Qiang.

Para empezar, de Li Qiaoming, “se desconoce su paradero actual”, de acuerdo con el medio Radio Free Asia. Además, “está lejos de alcanzar la edad de jubilación de 65 años”, por lo que es aún más extraño que lo hayan despedido sin seguir el proceso normal de destitución, y a casi un mes de la celebración del próximo XX Congreso del PCCh.

No obstante, para el analista y comentarista, profesor Zhang Tianliang, es poco probable que esos hechos hayan sido generados por un intento de golpe de Estado, incluso considera la posibilidad de que los videos no sean verdaderos. Por eso comenta

“Así que si no hemos visto ninguna noticia al respecto hasta ahora, básicamente podemos estar seguros de que el motín en la zona de guerra del norte es una noticia falsa”.

Y añade: “Aunque mucha gente puede estar esperando que algo así ocurra de verdad, al menos hasta ahora, no nos parece que haya sucedido realmente, y es probable que se trate de algún tipo de campaña online, o quizás incluso de algún vídeo falso”.

Sin embargo, para Tianling son mucho más importantes las modificaciones que se están tratando de introducir a la Constitución del PCCh, con respecto al gobierno de Xi. 

¿Xi Jinping sigue los pasos de Putin?

A propósito de las posibles modificaciones a la Constitución, Tianling, también considera la posibilidad de que Xi proponga un nuevo cargo dentro del politburó, el de Presidente del PCCh.

Por lo cual expone: “Entonces, Xi Jinping podría haber añadido el cargo de presidente del partido modificando la constitución del mismo. Luego se convertiría en presidente del partido, para poder cumplir otros 10 años”.

Es de recordar que Xi, al parecer, tiene la intención de alargar su mandato por cinco años más, al menos. Esta opción ha causado mucha polémica, porque la norma solo permite 2 períodos consecutivos de cinco años, que para Xi ya se están cumpliendo. 

A pesar de ello, de ser aprobado el nuevo cargo, Xi mantendría las riendas del partido no solo durante otros cinco años, sino, hasta por diez años más, de ser aprobada esa propuesta. 

En el mismo sentido, Tianling enfatiza en la similitud que encuentra entre este procedimiento que posiblemente siga Xi, con el seguido por el presidente de Rusia, Vladímir Putin. 

Putin gobernó personalmente su país durante 10 años, y luego continuó por otros 10 años como primer ministro bajo el presidente Dmitry Medvedev, su aliado. En ese momento, constitucionalmente se le prohibió ejercer un tercer mandato consecutivo como presidente de Rusia.

Posteriormente, Putin influyó para que se modificara la Constitución, de manera que su mandato actual durará hasta el 2036. 

La ira popular crece

Simultáneamente con la incertidumbre política que viven los chinos, tienen que lidiar con regulaciones del PCCh que no solo resultan extrañas en otros países, sino que les causan muchos sufrimientos, tal como ocurre con los encierros y restricciones generados por la política de “Covid cero”.

Tras meses de encierros arbitrarios que los someten a torturantes racionamientos de alimentos e innumerables pruebas, para determinar si están contaminados por el virus, la ira de los ciudadanos aumenta paulatinamente.  

Al respecto, la autora, Helen Gao, encuentra una posible explicación al descontento generalizado de los chinos, tal como lo describe en su artículo de Foreign Policy:  

“Las inusuales erupciones de ira pública no son solo el resultado de que el partido no haya cumplido su parte del trato; es también el hecho de que gran parte de las recientes dificultades son el producto de las erráticas e imprudentes políticas del partido”.

Además de carecer los derechos políticos que les permitan a los chinos participar de la toma de decisiones importantes para determinar su destino, las normas erráticas del PCCh contribuyen al caos. 

“El público chino ya no sabe cuáles son las reglas. Las políticas imprudentes han hecho desaparecer las normas establecidas”, sostiene Gao, agregando: “Pero la crudeza de los instrumentos de la política y sus enormes daños colaterales han desconcertado profundamente al público”.

Asimismo, percibe un deterioro en el régimen chino: “Un partido conocido desde la década de 1980 por su pragmatismo y su compromiso con la estabilidad social se ha convertido en un agente del caos y, en casos extremos, en una amenaza directa para el sustento de las personas”.

Así, no es de extrañar el malestar de la población en China, lo que justificaría su anhelo de que durante el XX Congreso Nacional se presenten cambios sustanciales en la forma de gobierno, de manera que pueda recuperar la estabilidad y la grandeza cultural que la caracterizaron durante milenios. 

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