Por Juan Felipe Vélez – El American
El dinero chino continua fluyendo a Sillicon Valley a pesar de las crecientes tensiones económicas y geopolíticas entre el gigante asiático y Estados Unidos en los últimos años.
Hasta $880 millones de inversiones chinas han aterrizado en Sillicon Valley en lo que va del 2022 según un reciente reporte de la Fundación para la Defensa y la Democracia (FDD). El reporte busca estimar cuanto dinero ha fluido desde China hasta las firmas de capital de riesgo americanas.
Según los investigadores de la FDD, Emily de La Bruyère y Nathan Picarsic, desde el 2010 hasta $4,000 millones de dinero chino han llegado a los fondos de capital de riesgo americanos, y otros $3,500 millones han llegado a través de capital privado.
El reporte titulado The Weaponization of Capital muestra que, contrario a la creencia de que China se está distanciando económicamente de Estados Unidos, los capitales procedentes del gigante asiático continúan fluyendo a numerosas start-ups americanas.
Así es como el dinero chino se filtra en la economía americana
El capital de riesgo es fundamental para el desarrollo de la economía americana pues permite llevar dinero a emprendedores que se encuentran incursionando en soluciones tecnológicas a diversos problemas, tecnología de punta sobre la cual China tiene intereses.
Un estudio reciente estudio de la Facultad de Negocios de Harvard, que analizó la inversión de capital foráneo en start-ups americanas desde 1974 hasta 2015, concluyó que aunque la inversión extranjera en estos modelos de negocio traía beneficios para la economía, también traía consigo riesgos filtraciones de conocimiento que mantiene la ventaja competitiva de Estados Unidos al mundo exterior.
Los autores del estudio de Harvard recomiendan que “puede ser óptimo para el Gobierno de los Estados Unidos aumentar sus costos para disuadir las inversiones”.
El estudio de la FDD reconoce que aunque hay herramientas burocráticas para prevenir filtraciones de conocimiento, el aparato de Seguridad Nacional de Estados Unidos “no es apto para evaluar y responder al riesgo estratégico de la militarización del capital por parte de Beijing, en parte como resultado de la influencia que el capital otorga”.
Varias organizaciones chinas financiadas directamente por el Estado han invertido en start-ups americanas.
La Corporación de Inversión China (CIC) es el mayor fondo soberano del mundo, maneja hasta $1 billón en activos. En virtud de su escala y mandato estatal, CIC lidera la incursión de China en el mercado mundial de capital privado. Las inversiones y los socios de CIC a nivel internacional permiten que el Estado chino se conecte para controlar vías críticas de influencia.
Desde su creación en el 2007, CIC ha hecho hasta 117 inversiones en capital americano, incluido asociaciones limitadas con grandes firmas de inversión como Blackstone, Goldman Sachs y Carlyle.
Los fondos soberanos de China, un canal para evadir las sanciones de Estados Unidos
Según la FDD, Beijing puede utilizar la posición de sus fondos soberanos como inversionistas en capitales americanos para obtener información privilegiada.
Tras la visita de la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, recrudeció aun más las tensas relaciones entre las dos potencias.
Tanto en el Gobierno de Donald Trump como en el del actual presidente Joe Biden, Estados Unidos ha buscado reducir la dependencia económica de Estados Unidos de la importaciones chinas.
La Ley del Chip que busca llevar financiamiento a los fabricantes de semiconductores de Estados Unidos es un claro intento del Gobierno por reducir la dependencia en un sector clave de los fabricantes chinos, quienes controlan hasta el 16 % de la manufactura global de microchips.
Entre las reglas establecidas por la Ley del Chip se le imponen importantes restricciones a los fabricantes de semiconductores americanos para evitar que tecnología de última generación americana llegue a manos del Gobierno chino.
La influencia del capital chino sobre distintas compañías americanas podría minar los esfuerzos del Gobierno Federal por controlar la filtración de información y tecnología valiosa que podría ser utilizada por Beijing en campos opuestos a los intereses de Estados Unidos.
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