Fuente: Derecha Diario
Las autoridades del bastión demócrata no saben qué hacer luego de que 50 inmigrantes arribaran a la isla provenientes de Florida. Las autoridades declararon emergencia y llamaron a la Guardia Nacional.
La isla Martha’s Vineyard, donde tienen sus mansiones los principales políticos demócratas, declaró este jueves la emergencia humanitaria luego de que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, enviara dos aviones cargados de inmigrantes que habían cruzado ilegalmente la frontera y que Biden no le permitió deportar.
De acuerdo a Fox News, DeSantis envió dos aviones con un total de 50 inmigrantes a bordo de ambas aeronaves. La gran mayoría de ellos provenía de un grupo de venezolanos que habían ingresado ilegalmente en caravana por la frontera con México a la altura de Texas, pero habían sido reubicados a Florida como parte de una medida de la Casa Blanca para distribuir “equitativamente” todos los inmigrantes ilegales.
Sin embargo, los estados republicanos de Florida, Texas y Arizona son adredemente los más afectados por la política migratoria de fronteras abiertas ejecutada por el gobierno Biden, que permite a los inmigrantes ilegales establecerse en el país y solicitar asistencia económica, mientras le impide a los gobernadores deportarlos.
En Estados Unidos, la política migratoria es una responsabilidad del Estado federal, lo que implica que los gobernadores no pueden deportar a nadie sin el consentimiento de la Policía Federal Fronteriza.
Por ello, a modo de protesta, ya son varios los gobernadores republicanos de los estados más afectados por esta política que deciden enviar a estos inmigrantes en colectivos y aviones a las ciudades más progresistas que están dominadas por el Partido Demócrata, para que los reciban y se responsabilicen de sus gastos.
Texas fue el primero en hacerse con esta idea y ya ha enviado más de 5.000 inmigrantes ilegales a la Ciudad de Nueva York, a Chicago y a Washington D.C., donde recientemente dejó dos colectivos cargados de inmigrantes frente al Naval Observatory, residencia oficial de la vicepresidente Kamala Harris, quien Biden designó como la “encargada de la política migratoria de Estados Unidos”.
El objetivo de estos vuelos es exponer la hipocresía de los políticos demócratas, quienes aprueban políticas que protegen a los extranjeros ilegales de la detención y la deportación, mientras que al mismo tiempo hacen recaer la carga de la inmigración ilegal en los estados republicanos que no quieren flujo migratorio.
Así, DeSantis tuvo la brillante idea de enviar a los últimos inmigrantes ilegales que llegaron a Florida al corazón del Partido Demócrata, ubicado en una isla en el estado de Massachusetts, donde residen los Obama, y los Kennedy, mientras que los Clinton y los Biden van a vacacionar.
Recientemente, el ex presidente Barack Obama celebró su cumpleaños número 60 en su millonaria mansión en Martha’s Vinyard, durante las restricciones sanitarias que había impuesto Joe Biden.
A pesar de sus discursos progresistas, los residentes del bastión demócrata enloquecieron ante la llegada de los inmigrantes e inmediatamente solicitaron asistencia estatal y federal mientras las autoridades locales alojaban a los inmigrantes en refugios transitorios.
Los funcionarios municipales dijeron a los medios que durante la noche de ayer recibieron mensajes de vecinos furiosos por el arribo de estos inmigrantes, mostrándose preocupados de que “iban a llenar las calles con vagabundos” y que “la paz de la isla iba a ser perturbada“.
“En algún momento, tendrán que trasladarse a otro lugar. No tenemos servicios para atender a 50 inmigrantes… no tenemos casa para 50 personas más”, dijo la coordinadora de refugio de inmigrantes, Lisa Belcastro.
Esto es totalmente falso, ya que, como bien argumenta la izquierda demócrata, la isla cuenta con extensos campos y vastas mansiones que están vacías durante gran parte del año. La propiedad de políticos y empresarios demócratas podría usarse para alojarlos.
Los residentes de la isla no fueron los únicos que enloquecieron ante esta acción tomada por el gobernador DeSantis. El senador demócrata Bob Menendez calificó el acto como “tráfico ilegal de personas“, y comparó el envío de los aviones con la segregación racial ocurrida en los años 60.
Según los datos que maneja la Organización por la Reforma de la Inmigración Smericana (FAIR), la situación en la frontera es caótica debido a la reversión por parte de Biden de las políticas migratorias implementadas durante el mandato de Trump, que habían asegurado la frontera.
Entre ellas, Biden canceló la construcción del muro, impuso un nuevo reglamento a la Policía Fronteriza, y suspendió las deportaciones de niños. Esto llevó a que cualquier persona que ingresara al país con un niño, aunque no tenga relación familiar con él, automáticamente ambos son alojados en refugios y empiezan a cobrar asistencia estatal.
Un total de más de 5 millones de personas han cruzado ilegalmente la frontera en los primeros 18 meses de gobierno de Biden, y en julio solamente la patrulla fronteriza ha aprehendido un total de 150.000 inmigrantes. Además, ese mismo mes se incautaron en la frontera sur unos 1.000 kilogramos de fentanilo, el equivalente a 469 millones de dosis letales, y 5800 kg de metanfetamina.