Fuente: La Derecha Diario
A 15 días de las elecciones generales, el presidente Jair Bolsonaro, candidato a la reelección por el Partido Liberal (PL), hizo campaña este sábado en el estado de Pernambuco, particularmente en la ciudad de Garanhuns, tierra natal del expresidente Lula da Silva (PT).
A pesar de ser un bastión de la extrema izquierda, el mandatario derechista convocó a cientos de miles de simpatizantes, y dio un contundente discurso aclamado por el público. Durante la vista, el presidente adaptó la frase “Dios, patria, familia y libertad”, que se ha convertido en su eslógan de campaña, a “Garanhuns, Dios, patria, familia y honestidad”, en referencia a la brutal corrupción de los gobiernos petístas que empobrecieron su ciudad y su estado.
“Garanhuns, Pátria, familia y honestidad. Ahora es la honestidad. Muchas gracias mi Dios por la segunda vida y por la misión que me diste de liderar esta gran nación”, dijo Bolsonaro, antes de sumarse a la Marcha por Jesús, en la misma ciudad.
“El Estado es laico, pero este Presidente de la República cree en Dios, defiende a la familia brasileña, y defiende la vida desde su concepción”, pronunció durante la Marcha. Y agregó: “Este es un presidente que no quiere soltar drogas y tampoco quiere ideología de género para nuestros hijos y nietos”.
A pesar de ser un día de plena campaña para el municipio, el líder del PT en Garanhuns y primo de Lula, Eraldo Ferreira, le pidió a sus militantes que no salieran a las calles ese día “para evitar conflictos”, pero la realidad es que no quería repetir las imágenes que ya se han hecho costumbre este ciclo electoral de marchas multitudinarias de Bolsonaro y pequeños mitines de Lula.
Más temprano, Bolsonaro también participó en otra “motociata“, que partió de Santa Cruz do Capibaribe, pasó por Toritama y llegó a Caruaru, donde también habló, y celebró la fuerte caída de los precios de la gasolina que permite estas caravanas de motocicletas.
Recordó que Brasil es uno de los pocos países del mundo con deflación, a diferencia la histórica crisis inflacionaria que viven el resto de las economías.