Fuente: El Imparcial
INGLATERRA.- Un estudio realizado en Inglaterra a mujeres embarazadas muestra cómo los fetos responden a los sabores en tiempo real.
De acuerdo con el estudio hecho a 99 mujeres embarazadas, los fetos dentro del útero sonreían luego de que sus madres comieran zanahorias, pero fruncían el ceño si se trataba de col rizada.
Los investigadores dieron a las mujeres que participaron cápsulas con versiones en polvo de ambos alimentos. Ante esto, 35 consumieron el equivalente a una zanahoria mediana, 34 consumieron el equivalente a 100 gramos de col rizada picada, mientras que las 30 restantes no consumieron ninguna.
Zanahoria parecía causar risa en los fetos
Veinte minutos después, las ecografías mostraron que la mayoría de los fetos expuestos al sabor de la col rizada parecían hacer una mueca, mientras que la mayoría de los que estuvieron expuestos a la zanahoria parecían reírse. Respecto al grupo restante, este no tuvo las mismas respuestas.
Somos los primeros que pudimos mostrar en una ecografía las expresiones faciales en relación con los alimentos que la madre acaba de consumir”, dijo Nadja Reissland, coautora del estudio y directora de Fetal and Neonatal Research, laboratorio de la Universidad de Durham.
Investigaciones anteriores han demostrado que el líquido amniótico que rodea al feto puede tener diferentes olores o sabores según la dieta de la mujer embarazada.
Respuestas de los bebés a los alimentos fuera del útero
Un estudio de 2001 también encontró que los bebés que estuvieron expuestos al sabor de las zanahorias a través del líquido amniótico o la leche materna mostraron menos expresiones faciales negativas en reacción al cereal con sabor a zanahoria que los bebés que no habían tenido esas exposiciones previas. Pero el estudio examinó las respuestas de los bebés solo fuera del útero.
Los fetos en la nueva investigación tenían entre 32 y 36 semanas de gestación (un embarazo promedio dura 40 semanas desde el último período menstrual).
Las imágenes de los ultrasonidos sugieren reacciones similares a las de los niños o adultos que prueban algo amargo, dijo Reissland, pero no se sabe si los fetos realmente experimentan emociones o aversiones de manera similar.
Las muecas en los ultrasonidos “podrían ser solo los movimientos musculares que reaccionan a un sabor amargo”, dijo Reissland.
Fetos sí hacen expresiones faciales
Pese a esto, Reissland agregó que sin embargo se sabe que los fetos hacen expresiones faciales.
“Si lo miras desde las 24 a las 36 semanas de gestación, sus expresiones se vuelven cada vez más complejas”, dijo Reissland.
Por su parte, el Dr. Daniel Robinson, profesor asociado de neonatología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, y que no participó en la nueva investigación, advirtió de manera similar que las personas no deben interpretar las imágenes de ultrasonido como si mostraran felicidad o desagrado de los fetos.
No obstante, anotó que “existe la noción de que los recién nacidos y los bebés tendrán una preferencia por los sabores más dulces, y hay ideas evolutivas detrás de eso”.
¿Por qué se eligió polvo de vegetales y no jugo o vegetales crudos?
Al diseñar el nuevo estudio, Reissland y su equipo eligieron col rizada y zanahorias en polvo en lugar de jugos o vegetales crudos por varias razones. Por un lado, el polvo facilitó garantizar que cada participante consumiera la misma cantidad de calorías. También se les pidió a las mujeres que no consumieran nada que contuviera zanahorias o col rizada el día de la exploración, de acuedo con NBC News.
Reissland dijo que las cápsulas también se usaron porque algunas mujeres embarazadas no podían soportar el sabor de la col rizada, y los investigadores estaban preocupados de que sus reacciones negativas pudieran influir en las respuestas de los fetos.
“Tenía a varias personas en el laboratorio y traté de darles un jugo de col rizada para beber, y deberían haber visto las expresiones”, dijo Reissland.
En tercer lugar, las cápsulas ayudaron a evitar que el sabor se diluyera demasiado mientras se procesaba en el cuerpo.
“El sabor amargo llega al intestino delgado y luego a la sangre de la madre y luego a la placenta y al líquido amniótico. Este proceso parece tomar alrededor de 20 minutos, y lo que luego obtienes es una reacción específica de los fetos a ese sabor”, dijo Reissland.
Hábitos alimenticios de madres embarazadas podrían afectar hábitos del bebé al nacer
Reissland cree que su estudio podría mejorar nuestra comprensión de cómo la exposición a los sabores en el útero afecta los hábitos alimenticios más adelante en la vida. Si un feto prueba repetidamente la col rizada en el útero, por ejemplo, es más probable que ese bebé tolere, o incluso disfrute, el sabor una vez que comience a comer alimentos sólidos.
Robinson dijo que los científicos ya han encontrado que la exposición a diferentes tipos de alimentos en los primeros meses de vida “puede ayudar con la disposición o aceptación de los alimentos más adelante en la infancia”.
“La dieta durante el embarazo es realmente importante e influye en la salud no solo del feto en desarrollo, sino también en el futuro de ese niño”, dijo.
Las madres que tienen dietas saludables durante el embarazo también pueden encontrar que sus bebés son menos quisquillosos con la comida, dijo Reissland.
“Si podemos hacer que [a los niños] les gusten las verduras y quizás no les gusten tanto los dulces, podría ayudar con respecto a su aumento de peso y su equilibrio de peso”, dijo.