Fuente: Vision Times en español
Un intenso incendio en un almacén de un mercado mayorista de productos agrícolas, ubicado a 7 kilómetros de París, produjo una enorme columna de humo que incluso llegó a tapar el sol.
Según Associated Press, más de 12.000 personas trabajan en el mercado de productos frescos que se anuncia a sí mismo como el más grande de su tipo en el mundo.
Se trata del Mercado Internacional de Rungis, el cual contiene almacenes llenos de frutas y verduras, mariscos, carnes, productos lácteos y flores de toda Francia y de todo el mundo. El total de la instalación comprende uno 7.000 metros cuadrados, similar al tamaño de una cancha de fútbol.
Imágenes y videos del incendio en las redes sociales muestran la enorme columna de humo que se produjo.
En uno de esos videos, la torre de humo incluso tapa el sol para quienes están detrás de ella.
Según AP, los servicios de emergencia han advertido a las personas en el área que se mantuvieran alejadas del fuego, el cual han mantenido bajo control
El capitán Marc Le Moine, portavoz del servicio de bomberos de París, dijo que nadie resultó herido.
Hasta el momento, se desconoce la causa del voraz incendio.
Otros incendios en plantas de alimentos
En los últimos meses, se ha registrado una cantidad alarmante de incendios, explosiones y destrucción general de plantas de alimentos en todo el mundo, principalmente en Estados Unidos.
Hasta el momento, al menos 18 plantas de procesamiento de alimentos en los Estados Unidos han sido dañadas o destruidas por incendios en los últimos 7 meses.
Todos estos siniestros han sido catalogados oficialmente como accidentales o no concluyentes.
A su vez, una extraña serie de incendios y accidentes aéreos en los últimos meses ha destruido las instalaciones de grandes empresas de procesamiento de alimentos en cuatro estados diferentes, agravando una crisis de inflación y de la cadena de suministro que se está convirtiendo rápidamente en crónica.
A pesar de que no parecen ser incidentes aislados, la prensa local e internacional los toma como una mera casualidad y no encuentra un nexo entre un siniestro y otro.
En un momento en que la cadena alimentaria del mundo ya se encuentra bajo una grave presión, primero por las restricciones pandémicas y luego por la guerra entre Rusia y Ucrania, estos desastres no podrían haber ocurrido en un peor momento.