Fuente: Vision Times en español
Un spot de concientización llamado «Querida futura mamá» y promovido el Día de las Personas con Síndrome de Down sufrió una fuerte censura por parte de la televisión francesa, tras dos denuncias luego de su emisión.
El video -que fue difundido por otros países de Europa sin problema- fue realizado por la asociación italiana Coordown, con apoyo de la Fundación Jerôme Lejeune.
La iniciativa surgió luego de que una mujer embarazada recibiera la noticia de que su bebé tenía síndrome de Down y se enfrentara con varias preocupaciones y temores asociadas al diagnóstico.
En el video, se puede ver a distintos niños y jóvenes con Síndrome de Down en distintas situaciones y siempre con una sonrisa, tratando de tranquilizar a la mamá que recibió el diagnóstico.
Sin embargo, las televisoras francesas no quisieron difundir la campaña por considerar que podía generar «culpabilidad» en las mujeres que tomaron la decisión de abortar a su bebé cuando estuvieron en su misma situación.
Mira el conmovedor video con subtítulos al español:
La mayoría de los bebés con Síndrome de Down son abortados, incluso hasta el noveno mes de embarazo
Guillemette Despaigne, abogada de la Fundación Jerôme Lejeune en Francia, explicó que en Franciael 96% de los bebés diagnosticados con Síndrome de Down son abortados, según recogió Cadena 3.
“Este hecho alarmante es el resultado de una política de cribado prenatal de la trisomía 21, cada vez más eficaz, sistemática y generalizada a todas las mujeres embarazadas. Y los fetos con trisomía 21 pueden ser abortados hasta el noveno mes de embarazo. Este contexto eugenésico prenatal estigmatiza violentamente a las personas con síndrome de Down en Francia”, alertó.
Respecto a la situación en Europa, explicó que el Instituto es el primer centro europeo especializado en la atención médica de personas con discapacidad intelectual genética y agregó que las personas con esta condición genética tampoco están representadas en el mercado laboral, salvo casos excepcionales.
«En cuanto a la formación, también hay una verdadera falta de apoyo a la escolarización y educación de las personas con discapacidad mental, incluidas las personas con síndrome de Down”, agregó.
En referencia a la censura que recibió el video, dijo que se trataba de “una historia real que ha conmovido al mundo” e indicó que esta decisión del Consejo Superior de Audiovisuales (CSA) de Francia consideró que “el derecho de las mujeres a abortar por encima de la simple y alegre libertad de expresión de las personas con síndrome de Down”.
“Mencionar la felicidad de las personas con síndrome de Down equivale, para el Consejo Superior de Audiovisuales (CSA), hace sentir culpables a las mujeres que han decidido abortar a un bebé con síndrome de Down”, señaló.
En Francia hay aproximadamente 60.000 personas con síndrome de Down. Esto representa aproximadamente el 0,09% de la población francesa.
“Si queremos ser inclusivos, no hay que ocultar la felicidad de las personas con síndrome de Down. Al contrario, debería ser una fuerza motriz para todos nosotros”, reflexionó Guillemette.
Eugenesia
El movimiento de la eugenesia se inició en el siglo XIX y ha logrado camuflarse a lo largo del tiempo de diversas formas, casi siempre utilizando la ciencia y la tecnología con fines y métodos no éticos.
Planificación familiar, control de la población, transhumanismo, sustentabilidad, ingeniería genética, bioingeniería, biología molecular, bioética son los términos modernos que escuchamos a diario y que suenan muy impactantes para la gente, pero en realidad son eufemismos relacionados con la eugenesia.
Personas sin enfermedades, sin malformaciones, mejoradas, más inteligentes. En la superficie suena muy bien, pero en realidad muchos denuncian que se trata de un plan masivo de despoblación. En este sentido, distintos grupos de poder buscan solucionar lo que consideran el problema de la «superpoblación» y «mejorar la raza humana».
Sir Francis Galton acuñó el término eugenesia, influenciado por la teoría de su primo Charles Darwin en 1883. Según el español Álvaro Girón Sierra, historiador de la ciencia e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Barcelona, Galton creía que los «débiles e inadaptados» se reproducían de manera muy abundante y sobrepasaban en gran número a los «más aptos física y mentalmente».
Entonces Galton consideró que se hacía necesaria una forma de ‘selección artificial’ porque la selección natural había dejado de tener efecto. Así fue como empezó a promover diversas prácticas, incluyendo la esterilización de ‘débiles o enfermos incurables’.
Thomas Malthus, erudito británico de gran influencia en la familia real, hablaba del principio de la población, afirmando que el crecimiento de esta es geométrico, y que si no se controlaba, llevaría a un agotamiento de los recursos y conduciría a la disminución de los niveles de vida y a una gran miseria.
Todas las especulaciones de estos pensadores y científicos, tuvieron -y aún tienen- una gran influencia. Apuntaban a que en el mundo había y hay superpoblación y que esta debe ser reducida en pos del «bienestar de la humanidad». Esto incluía una diferenciación entre los seres humanos entre fuertes y débiles. ¿Pero quiénes son ellos para decidir quién debe sobrevivir y quién no?
Esta idea macabra de controlar la herencia o el curso de la naturaleza, se extendió rápidamente en Inglaterra, EE.UU. y en otros países del mundo, a la vez que se fue infiltrando en las esferas de intelectuales, círculos de poder y en las universidades, hasta difundirse en medios de comunicación, además de publicarse libros y películas promoviendo la eugenesia.
Agenda 2030
Muchos librepensadores también relacionan la eugenesia con la Agenda 2030 de la ONU. ¿Puede haber alguna relación? Veamos.
El 25 de septiembre de 2015, líderes de todo el mundo se reunieron en Nueva York para participar en la Cumbre de las Naciones Unidas (ONU) donde avalaron la Agenda para el Desarrollo Sostenible.
Un total de 193 estados miembros de la ONU se comprometieron a adoptar el documento llamado: “Transformar Nuestro Mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, que integra 17 objetivos que son presentados con romanticismo, pero que en realidad muchos analistas denuncian que se trata de una imposición ideológica que obliga a vivir de una cierta manera y que -para lograr esto- primero hay que subvertir los valores milenarios de occidente, por ejemplo la religión, la familia, el pensamiento libre, etc.
El nuevo «estilo de vida» que proponen -indirectamente- implica tener una familia pequeña o no tener hijos, ser veganos o vegetarianos, asumir como un “derecho de salud reproductiva” al aborto, el adoctrinamiento en la ideología de género y pro LGBT, impulsar el supremacismo feminista, no usar auto (o compartirlo) sino bicicletas, no usar combustibles, aumento de salarios mínimos (aparejados con más impuestos), y promocionar el ambientalismo, por ejemplo fomentando el uso de ‘energías verdes’ en detrimento de las otras energías que consideran más contaminantes para el medio ambiente.
El siglo XXI con su avance en biotecnología y transhumanismo, sumado al avance de tendencias modernas y el progresivo deslizamiento de la moral, ha dejado la puerta abierta a la eutanasia, al aborto legal, la esterilización de menores, la mutilación de órganos sexuales en operaciones de cambios de sexos y muchos otros tipos de explotación ligados a la eugenesia. Y -créase o no- se puede ver que hay una «agenda» que desde arriba baja los lineamientos.