Por Daniela Carrasco – gaceta.es

Una de las promesas de campaña de Gabriel Boric para ser electo como presidente de Chile fue que instalaría lineamientos feministas y de género en su Gobierno. Y poco a poco ha cumplido. Irina Karamanos, pareja de Boric, anunció este martes 4 de octubre que el cargo de “primera dama” ha llegado a su fin. Por su parte, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, sostuvo que desde el Gobierno impulsarán el aborto libre. Así, el Ejecutivo frenteamplista demuestra que prefiere instalar una agenda ideológica que no logra solucionar temáticas pendientes para las mujeres como tampoco atender reales urgencias de los chilenos.

Hace poco más de un mes Chile rechazó contundentemente la propuesta de nueva Constitución que, entre otras cosas, consagraba lineamientos feministas y de género. Por ejemplo, se establecía el aborto libre sin restricciones y la Educación Sexual Integral. Dado que dicha propuesta no prosperó, los personajes del actual gobierno buscan continuar con su agenda desde el Ejecutivo.

Irina Karamanos, “polola” (novia sin compromiso en jerga chilena) de Gabriel Boric, sostuvo en el periodo de campaña presidencial a un programa de televisión que no le acomodaba la figura de “Primera Dama” por lo que quería “reformularlo”. Es más, dijo que no es “ni primera ni dama”.  No obstante, en marzo pasado asumió de igual manera dicho cargo, lo que le generó críticas desde el mundo feminista.

Luego, en el transcurso del año ocurrió una polémica con Karamanos ya que se dio a conocer que el cargo de “primera dama” se cambió de nominación por “Gabinete de Irina Karamanos”, apareciendo así en un organigrama estatal. Igualmente, se verificó que un dominio web aparecía con dicha nominación desde el 11 de marzo. Con todo, desde el Gobierno justificaron ese cambio como un error administrativo —más, entre numerosos otros ejemplos—.

Finalmente, el martes 4 de octubre, Karamanos en rueda de prensa anunció que se pondrá término a la figura de Primera Dama que históricamente se ha encargado de coordinar fundaciones con fines filantrópicos. Ahora, estas seis organizaciones estarán organizadas en una lógica de ministerios sectoriales, es decir, según la temática se organizarán con los ministerios que más tengan afinidad —entre el de Educación, de Cultura o el de la Mujer—, los cuales designarán a los presidentes de los directorios de aquellas fundaciones.

Esto es problemático, pues, a pesar de que el presidente Boric sostuvo que en su Gobierno se acabarían los “pitutos” —jerga que hace referencia en poner a alguien en un puesto de trabajo, sin tener méritos ni credenciales, solo por mantener una relación cercana con el empleador—, ya han ocurrido una gran cantidad de escándalos en los que sus amigos han cobrado favores políticos —comentada es la situación de embajadores designados sin carrera diplomática—. Por tanto, que cada fundación sea dirigida por personas nombradas por los ministerios ya mencionados, abre la puerta para seguir pagando favores políticos.

Imposición del aborto sin limitaciones

Por otro lado, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, sostuvo el domingo pasado que desde el Gobierno están trabajando en impulsar el aborto libre sin causales, a través de un proyecto de ley.  Esto se justificaría porque tienen “un compromiso como gobierno” en el “avance de los derechos sexuales y reproductivos”.

Es más, señaló que no solo buscan avanzar en aquellos supuestos “derechos”, sino que no quieren retroceder en la materia, refiriéndose ante la iniciativa de parlamentarios de oposición que busca que se derogue el aborto en tres causales, respetando así la vida del que está por nacer.

En suma, estos casi siete meses de Gobierno frenteamplista han demostrado que, hasta el momento, no han impulsado iniciativas ni medidas que apunten a solucionar las reales necesidades de los chilenos.

Pues, en primer lugar, si hablamos particularmente de los lineamientos feministas y de la ideología de género de los que se sustenta el Gobierno, estos no ayudan a solucionar temáticas pendientes para las mujeres, como disminuir la violencia que puede sufrir una mujer. Por ejemplo, porque se impulsan medidas sesgadas ideológicamente que no comprenden por qué dichas situaciones ocurren realmente.

En segundo lugar, los chilenos han visto afectada su calidad de vida, con el aumento de la delincuencia, el narcotráfico y la violencia asociada a ellos; la depreciación del peso chileno y la inflación, por consiguiente, el aumento del costo de vida; la insurrección en La Araucanía y la articulación de alumnos secundarios por grupos insurreccionales; como también la crisis migratoria.

Dado lo anterior, derogar el cargo de Primera Dama —abriendo espacios para negociar favores políticos— o legislar por el aborto libre —que desconoce la dignidad de la persona humana— no apuntan a solucionar estas urgencias.

Esto se suma a que el próximo martes 11 de octubre comenzará la votación en particular sobre la Reforma Tributaria que busca recaudar el 4,1% del PIB, desalentando la inversión, el ahorro y, en consecuencia, el crecimiento económico.

En definitiva, el Gobierno de Gabriel Boric ha sufrido de una agravada miopía a la hora de conducir el país. Develando que sus ideas —sustentadas en las constantes contradicciones, conflictividades y agonismos— no apuntan a buenos horizontes.

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