Por Michael Mustapich – BLes.com
El 11 de octubre, el jefe del Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico, Jeremy Fleming, realizó fuertes declaraciones contra el régimen chino durante un discurso en el Royal United Institute en Londres.
Fleming acusó a China de intentar “reescribir las reglas de seguridad internacional” utilizando tanto su influencia económica como tecnológica para tomar medidas drásticas en su territorio y ampliar su control en el extranjero, y que la postura agresiva de Beijing impulsada por el miedo plantea “una enorme amenaza para todos nosotros”
Según su punto de vista, no es la guerra entre Rusia y Ucrania, sino el poder en aumento de Pekín, que hay que considerar como una cuestión de seguridad nacional que definirá el futuro. Fleming dijo
“En lo que respecta a la tecnología, las acciones políticamente motivadas del Estado chino son un problema cada vez más urgente que debemos reconocer y abordar. Esto se debe a que está cambiando la definición de seguridad nacional en un concepto mucho más amplio. La tecnología se ha convertido no solo en un área de oportunidades, de competencia y de colaboración, sino en un campo de batalla por el control, los valores y la influencia”.
También remarcó el carácter agresivo del régimen y la búsqueda de control de sus ciudadanos.
“Esto significa que ven oportunidades para controlar al pueblo chino en lugar de buscar formas de apoyar y liberar el potencial de sus ciudadanos. Ven a las naciones como posibles adversarios o posibles estados clientes, para ser amenazados, sobornados o coaccionados”, continuó diciendo Fleming.
En el discurso, señaló que China estaría tratando de dividir la infraestructura de internet para obtener un mayor control. Con la implementación de las monedas digitales manejadas desde el banco central ejercería un mayor control hacia sus usuarios, espiando sus transacciones, y al mismo tiempo les permitiría escapar de posibles sanciones, como las implementadas contra Rusia en la guerra con Ucrania.
China está ampliando su sistema de satélites de localización y navegación Beidou, la versión china del GPS americano. Fleming advierte que este sistema podría contener una “poderosa capacidad antisatélite” y la capacidad de negar el acceso al espacio en caso de conflicto con otras naciones.
El robo de tecnología por parte de China ha sido ampliamente denunciado por países como EEUU y Gran Bretaña, no son pocos los casos descubiertos y los espías encarcelados. El mismo régimen chino se enorgullece, a puertas cerradas, del éxito de estas actividades de espionaje industrial. Como en el caso del robo de información a la empresa Boeing del avión C-17, que derivó en la versión china de su primer avión de transporte, el Xian Y-20.
Fleming hizo hincapié en la protección de la propiedad intelectual y aconsejó que los países en desarrollo no “hipotequen su futuro” comprando tecnología china.
La dependencia del mercado tecnológico a los semiconductores, donde Taiwán juega un papel predominante al ser el principal productor de este material, pone en manifiesto la debilidad en este campo de las potencias occidentales, que en el caso de producirse un conflicto abierto entre China y Taiwán, se verán directamente afectadas.
“Los acontecimientos en el Estrecho de Taiwán, cualquier riesgo para esa cadena de suministro vital, tienen el potencial de afectar directamente a la resistencia del Reino Unido y al crecimiento futuro global”, señaló Fleming.
Alerta contra la infiltración tecnológica china
No es la primera vez que el espionaje británico advierte de los peligros de la infiltración china.
El Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico (GCHQ), a la que pertenece Fleming, forma parte de la red de agencias de inteligencia británico, junto con el M15 y el M16.
En 2021, Richard Moore, ex espía y jefe de la M16, en una entrevista con la BBC declaró:
“La forma en que China realiza su trabajo en el desarrollo de IA (Inteligencia Artificial), en particular, se está vinculando para recopilar datos de todo el mundo’
“También está tratando de usar la influencia de sus políticas económicas para enganchar a la gente”
“Hablo de trampas de datos y trampas de deuda”
“Si permite que otro país obtenga acceso a datos críticos sobre su país, con el tiempo eso erosionará su soberanía”
“Ya no tienes el control de esos datos”
Tanto EEUU como Gran Bretaña ya hace tiempo que comenzaron a implementar medidas para contrarrestar la ofensiva tecnológica china.
En el 2020, siguiendo el camino marcado por la administración Trump, el gobierno británico anunció la prohibición total de los equipos para 5G del gigante tecnológico chino Huawei y la eliminación de los ya existentes para el 2027, aludiendo que el material provisto por esta compañía es de alto riesgo para la seguridad nacional.
En el conflicto con Taiwán, China mostró más abiertamente cómo utiliza las herramientas digitales para lograr sus fines.
El pasado agosto, mientras los medios informativos estaban enfocados en las maniobras militares que el ejército chino efectuaba alrededor de Taiwán como respuesta a la llegada de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a la isla, otro ataque se estaba produciendo al mismo tiempo.
Las redes sociales se vieron invadidas por historias falsas como la que afirmaba que China estaba evacuando a sus ciudadanos de Taiwán o qué misiles apuntaban al aeropuerto.
Los carteles digitales de las tiendas 7-Eleven fueron pirateados y mostraban mensajes como “Pelosi belicista, vete de Taiwán”. En los paneles de información de la estación de trenes se leía “vieja bruja”. Una página web del gobierno fue bloqueada por 20 minutos.
“Ya estamos en guerra”, dijo Kitsch Yen-Fan, director adjunto del Global China Hub. “Esto es algo constante”
“Las noticias falsas en las redes sociales son una forma de allanar el camino para su eventual operación”, dijo Kitsch. Quieren básicamente influir en la opinión pública, desmoralizar al público, [para] facilitar su eventual toma de posesión”
Wang Ting-Yu, miembro del parlamento taiwanés, declaró que los datos de la inteligencia taiwanesa muestran que la isla sufre aproximadamente 20 millones de ciberataques cada día. Según Wang, China es el origen de la inmensa mayoría de ellos.