Por Maibort Petit – Faroargentino.com
Bladimir Flores, es comisario general del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CIPC), la policía científica venezolana, que en el momento de los hechos se desempeñaba como Inspector General de la institución. A él acudieron los primos, conocedores tal vez del lado oscuro del experimentado policía, quien no dudo en proceder a recomendar a sus sobrinos con el narcotraficante hondureño a través de una llamada telefónica.
Fue esta llamada la que desencadenó toda la investigación, pues al recibirla, “El Sentado” procedió a informar a la DEA de la comunicación recibida del oficial venezolano para anunciar el viaje con miras a establecer negocios de narcotráfico.
Desde ese momento, el agente especial de la DEA, Sandalio González, contactó a varios de sus funcionarios y procedió a instrumentar la operación encubierta que, finalmente, condujo a la captura, procesamiento judicial y condena de Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, los narcosobrinos.
Experimentados narcotraficantes
Al momento de su arresto en Haití, a los Flores les fueron decomisados sus teléfonos celulares, los cuales fueron sometidos a experticias forenses. Del interior de los aparatos brotaron datos e información que permitió, tanto a los investigadores como a los fiscales del caso, establecer que estaban en presencia de dos experimentados criminales.
Esta información, chats, las grabaciones en audio y video obtenidas de los encuentros con los Flores por los testigos cooperantes, así como otros documentos y datos que fueron apareciendo, describían las relaciones de estos sujetos con el crimen. De la propia voz de los Flores recogida en confesión y en las grabaciones, se supo de su haber criminal, salieron a la luz sus vinculaciones con narcotraficantes, jueces corruptos, traficantes de armas y asesinos, al igual que su maña y perversidad. Nada que ver con la imagen que sus abogados quisieron vender al jurado durante el juicio, cuando quisieron hacerlos ver como unos inocentes, inexpertos y “tontos muchachos” que habían sido víctimas de una trampa.
Así lo comprobaron los fiscales y así lo consideraron los miembros del jurado. El caso se había blindado, las evidencias eran sólidas y no quedaban dudas de ninguna naturaleza, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas eran culpables y merecedores de la pena de 18 años de prisión que posteriormente les estipuló el juez Crotty. Tampoco la Corte de Apelaciones del 2do. Circuito, ni en la mismísima Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos pudieron revertir la decisión.
La libertad de los narcosobrinos sólo fue posible por gracias a una medida del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien haciendo uso de las prerrogativas que le otorga la Constitución los indultó y canjeó, a estos dos narcotraficantes, por siete estadounidenses presos en Venezuela, de los cuales, cinco de ellos estaban vinculados a hechos de corrupción en EE. UU. Una medida que anuncia el acercamiento y negociaciones del gobierno de Joe Biden con la cruenta dictadura de Nicolás Maduro.
[1] Departamento de Justicia. Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York. “Manhattan U.S. Attorney Announces The Arrest Of Two Venezuelan Nationals For Conspiring To Import”. https://www.justice.gov/usao-sdny/pr/manhattan-us-attorney-announces-arrest-two-venezuelan-nationals-conspiring-import.