Por Nicolas Promanzio- La Derecha Diario.

Según un informe presentado por la ONG Safeguard Defenders, la policía del Partido Comunista Chino coordina 110 comisarías ilegales internacionales en 54 países de todo el mundo, desde las cuales ejercen presión a los ciudadanos exiliados o disidentes. Dentro de este informe, se afirma que una de estas comisarías “clandestinas” está situada en Buenos Aires, Argentina.

La justificación oficial de China es que su trabajo es el de atender a residentes o turistas chinos en la tramitación de papeles o permisos, pero son una entidad separada de la Embajada y el Consulado y sus actividades en estos países son completamente ilegales.

Estas operaciones evitan la cooperación policial y judicial bilateral oficial y violan el estado de derecho internacional, y pueden violar la integridad territorial de terceros países involucrados en el establecimiento de un mecanismo policial paralelo utilizando métodos ilegales” indica el informe.

“comisarías clandestinas” están en todas las principales capitales del mundo, en todos los continentes. Las más importantes se ubican en Nueva YorkLondresDublinVienaParísRomaFrankfurtMadrid Barcelona; pero también hay en Rio de JaneiroSao PauloBuenos AiresTokio y decenas de países más.

Las mencionadas comisarías son las que están documentadas públicamente, pero el informe aclara que puede haber muchas más de la que no se tienen registro. Por ejemplo, se especula que en México D.F. y en Moscú también operan de esta manera, pero no aparecen en la documentación oficial.

En el informe titulado “110 OVERSEAS: Chinese Transnational Policing Gone Wild”, se explica que la iniciativa comenzó en 2018 y está basada en una operación clandestina que llevó a cabo la policía china de la provincia de Fujian, para llevar a la justicia a un grupo de empresarios que habían escapado del país luego de ser acusados de cometer evasión de impuestos.

Algunas de las más importantes “comisarías ilegales” del Partido Comunista.

Cómo operan estas comisarías ilegales

En el informe se explica que estas comisarías ilegales albergan agentes de la MSS, la agencia de inteligencia de China, quienes se encargan de rastrear a disidentes del Partido Comunista y presionarlos para regresar a su país. Muchas veces contra su propia voluntad.

Según fuentes del propio régimen chino, entre abril de 2021 y julio del 2022, unos 230.000 “fugitivos” habrían sido “persuadidos” para volver a su país. Ahora sabemos que esta persuasión fue a punta de pistola, con comisarías locales.

Según los testimonios de varios denunciantes recogidos por el informe, muchas de estas personas son simplemente sospechados de haber cometido un crimen (que puede ir desde fraude financiero hasta disidencia al relato comunista) y no tienen ningún tipo de procesamiento judicial cuando son forzados a volver a su país.

Cabe aclarar que para estar acorde a las leyes internacionales, China debería pedir por las vías legales al país donde están las personas para que sean deportadas. Pero como en la gran mayoría de los casos no están imputados de ningún crimen, las deportaciones rara vez serían aprobadas. Por eso han recurrido a crear una red de policías internacionales dedicados a secuestrar personas en todo el mundo.

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