Por Jaquelina Heredia – BLes.com

Recientemente, el régimen chino anunció con bombos y platillos su nuevo y polémico experimento con primates en el espacio. Esta vez va por la reproducción, (por ahora) de animales. Así lo anunció el científico Zhang Lu, investigador de la Academia de Ciencias de China en Beijing, cuando dijo que el experimento se llevará a cabo en Wentian, el módulo más grande de la estación espacial Tiangong de China.

Después de estudiar criaturas más pequeñas, “se llevarán a cabo algunos estudios con ratones y macacos para ver cómo crecen o incluso se reproducen en el espacio“, dijo Zhang en un discurso en la academia el pasado lunes.

Según el científico chino, la finalidad de este experimento es tener una comprensión más completa sobre la “adaptación de un organismo a la microgravedad y otros entornos espaciales”.

Sin embargo, el experimento no parece tan simple de realizar, ya que en el espacio la materia sufre ciertas alteraciones. Kehkooi Kee, profesor de la escuela de medicina de la Universidad de Tsinghua dijo, que los experimentos realizados hasta ahora en el espacio aumentaron exponencialmente el tamaño de los animales utilizados.

Por ejemplo, en el caso de humanos en el espacio, los astronautas no solo aumentaron de altura, sino que los huesos de las piernas, columna vertebral y caderas experimentaron una disminución significativa de carga al no tener que caminar, lo que les provocó un debilitamiento muscular. También la estadía en el espacio les afectó el tamaño del corazón, creó problemas de equilibrio con el líquido del oído y causó desorientación.

Es muy probable que todos estos efectos adversos físicos también lo experimenten los animales y a la hora de aparearse sea una complicación.

Además, la conducta de los monos también puede verse afectada por el encierro prolongado en espacios pequeños. El viaje en el cohete puede asustar a los primates y generar reacciones negativas e incontrolables.

Aún no se sabe cómo los científicos chinos lograrán el objetivo de la reproducción de los primates, teniendo en cuenta todas las complicaciones mencionadas. Lo que sí es claro es que el experimento es solo una parte en el programa espacial que tiene el régimen chino, que al parecer apunta a la reproducción humana en el espacio en un futuro no muy lejano. 

El fin justifica los medios, el principio rector del régimen chino

Los avances de la ciencia, siempre han significado para un país prestigio, influencia y liderazgo a nivel mundial. Es por eso que el régimen chino se ha esforzado estos años en convertirse en una superpotencia científica y tecnológica, dejando de lado los principios éticos que limitan las investigaciones y le recuerda a los hombres de ciencia que no son Dios.

En este sentido, a fines de marzo de este año el régimen chino publicó las directrices que abogan por “un sistema de ética científica y tecnológica con características chinas”. Estos lineamientos para el campo científico establecen que la “ética” en la investigación debe reflejar la identidad nacional, un concepto tan amplio como relativo cuando se trata de lo que el PCCh entiende por nacionalismo.

Basados en este marco de amoralidad, los científicos chinos han experimentado con humanos y animales por igual. Por ejemplo, crearon superbebés alterando su ADN y haciéndolos resistentes al VIH.

Por supuesto, cuando se trata de animales menos aún existe consideración alguna a la hora de experimentar. Tanto es así que en marzo de este año científicos de la Facultad de Inteligencia Artificial de la Universidad de Nankai en Tianjin, anunciaron el nacimiento de 7 cerdos clonados

En su afán por alcanzar la vanguardia mundial en biotecnología, el régimen chino ignoró la crueldad del experimento y creó, en el 2021, ratas macho preñadas. El procedimiento implicó trasplantar un útero y unir los flujos sanguíneos de macho y hembra.

Así, estas pautas éticas establecidas por Beijing no restringen estos procedimientos y, por el contrario, impulsan el desarrollo científico sin límites. Experimentan en animales para luego aplicarlos a humanos, ese ha sido el paso que viene marcando desde hace tiempo el régimen chino, y su gente ha hecho de conejillo de indias.

La recolección de ADN en el Tíbet y Xinjiang, el reconocimiento facial, y otras tecnologías usadas solo obedecen a un esfuerzo del gobierno comunista chino para un mayor control social usando como herramienta la ciencia.

El régimen comunista chino sabe que si quiere avanzar en su dominio total, primero debe tener todo el conocimiento científico que lo convierta en una superpotencia. Lo que el PCCh se olvida, o prefiere ignorar, es que la verdadera ciencia que lleva a la iluminación y sabiduría es el conocimiento de Dios.

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