Por Rocío Orizaola – HISPANIDAD
Decíamos en Hispanidad, que el Congreso había tumbado las enmiendas a la totalidad de PP y Vox a la Ley Trans promovida por el Ministerio de Igualdad, que continuaba su trámite parlamentario, y que ahora se presentarían las enmiendas parciales de otros partidos. En el centro del debate: la autodeterminación y los niños.
Pues bien, en Compromís parece que no hay debate, y si lo hay, fuera: ¡Viva la libertad de Baldoví! Así, el partido va a exigir a todos sus candidatos municipales y autonómicos que firmen un documento en el que quede claro que respaldarán la Ley Trans, como otros ‘valores’ del partido, a saber: valencianismo, progresismo, ecologismo y feminismo.
“En nuestra coalición tenemos claro desde hace muchos años que el apoyo a los derechos LGTBI es incuestionable. La Ley Trans está en nuestro programa electoral desde 2015 y la impulsamos en el Botànic. Por eso Compromís tiene muy claro que los derechos trans son derechos humanos”.
Pero cuidado, porque ‘el libertador’ Baldoví no ha conseguido con este acto que otros le imiten, y las Feministes de Cataluya alertan del incremento de menores que quieren cambiar de género, cómo se atreven…
“Como feministas sabemos que no existe la infancia trans, que es una construcción a la que se induce desde las escuelas o la cultura digital”, afirma la presidenta de Feministes de Catalunya, Silvia Carrasco, que denunció que varias comunidades autónomas españolas “obligan a introducir ideas anticientíficas sobre el cambio de sexo” en las aulas.
Feministes de Catalunya presentó un informe en el que daba la voz de alarma: el Servei Trànsit del Institut Català de la Salut, especializado en la atención a las personas con disforia de género por edad y sexo, ha pasado de atender principalmente a hombres adultos a niñas adolescentes entre 2012 y 2020. Así, los menores de 25 años se convertían en un tercio de las personas atendidas, y actualmente el 40% de los atendidos tienen 18 años o son menores de edad.
Para Carrasco esto es un “recimiento desproporcionado e incomprensible” e insiste en la necesidad de crear una comisión de investigación. Según el informe este aumento puede deberse a la gran depresión que sufren los menores a causa de las redes sociales y la cultura digital, sumado a la incitación por parte de las políticas educativas de los gobiernos autonómicos, así, la entidad habla de hasta 15 protocolos donde se “obliga” a las escuelas a “introducir ideas anticientíficas sobre el cambio de sexo que se completa con una inducción a dudar sobre la propia identidad sexual y de género en la infancia desde el sistema escolar”. Además, creen que las escuelas “abren la puerta a organizaciones transactivistas que vienen a propagar estas ideas, lo que ha pasado antes en otros países”.
Carrasco recalca que en el informe hay constancia de que en el Servicio Trànsit catalán hay peticiones de cambio de sexo hasta de menores con dos años y que no se sabe si se deriva desde pediatría, servicios sociales o desde las escuelas. Y denuncian que desde estas unidades Trànsit se trata exlusivamente “de manera endocrinologica”, lo que supone la administración a adolescentes de hormonas que bloquean la pubertad lo que conlleva un riesgo “físico y psicológico” para los jóvenes.
Consideran que “hemos pasado a la imposición de la idea de que existe infancia trans o personas trans” cuando se trata de una “ideología que no es cierta”, animado desde los protocolos educativos y sanitarios que siguen un modelo en el que una persona puede cambiarse de sexo tras autoexplorarse sin ningún diagnóstico. Y alertan sobre que la Ley Trans “consolidará” estas normas autonómicas y será el “golpe de gracia” al cambio de modelo con “cada vez más niñas adolescentes” queriendo un cambio de sexo: “Hay muchas adolescentes que por contagio social dentro de un aula deciden sentirse varones de un día para el otro”.