Traducido de Index on Censorship por TierraPura.org
El 1 de diciembre la organización sin fines de lucro Index on Censorship publicó un nuevo informe donde pone al descubierto el alarmante alcance de la actividad de censura artística del Partido Comunista Chino (PCCh) en Europa.
El informe – ¿A quién servir? Cómo censura el PCCh el arte en Europa– se basa en entrevistas exhaustivas a más de 40 destacados artistas, comisarios, académicos y expertos de toda Europa, y en los resultados de más de 35 solicitudes de libertad de información. El informe ofrece una imagen preocupante de la campaña coordinada del PCCh para socavar las libertades artísticas.
Entre las principales conclusiones figuran:
- Técnicas despiadadas del PCCh para limitar la difusión del arte crítico, como la presión diplomática, las amenazas directas a personas y la propagación del arte proestatal.
- Una campaña concertada para imponer la autocensura a los artistas que trabajan en Europa, que incluye vigilancia, interrogatorios, pintadas y agresiones físicas.
- Amenazas a familiares en China, Hong Kong y Taiwán.
- La extensión del poder blando del PCCh de las artes visuales a las bellas artes, la escultura, el arte gráfico, el cine, la moda y el teatro.
- Una turbia red de amplios vínculos financieros y no financieros entre empresas y organismos estatales chinos e instituciones artísticas europeas, cuya magnitud es casi imposible de determinar.
Jemimah Steinfeld, redactora jefe de Index, declaró:
“Desde el secuestro de un librero de Hong Kong en Tailandia hace nueve años, sabemos desde hace tiempo que el Estado policial del PCCh se extiende más allá de sus propias fronteras. Pero lo que este informe muestra con asombroso detalle es hasta dónde llega y lo habituales que son sus tácticas agresivas”.
“La magnitud del alcance del PCCh en el mundo de las artes es tan sorprendente como coordinada suele ser su naturaleza. No se trata de una actividad marginal, sino de un arma nueva y creciente en el arsenal de China para mejorar su imagen en el extranjero, controlar la forma en que la gente la ve y habla de ella, y atacar sin piedad a quienes crean o comisarian arte que ellos consideran peligroso”.
“Las galerías de arte y los museos europeos son el blanco implacable del PCCh mediante diversas herramientas. Desde la presión diplomática dirigida a las instituciones artísticas europeas para que cancelen o modifiquen por la fuerza las exposiciones, hasta la defensa de una contranarrativa a través de obras artísticas que amplifican la propaganda estatal, se está librando una batalla en instituciones de toda Europa”.
El informe muestra cómo el PCCh ataca a los artistas disidentes con censura abierta para impedir que se hagan públicas obras de arte críticas, y autocensura para disuadir a artistas e instituciones de asumir el riesgo de criticar tanto al partido como al país. El miedo a las represalias contra ellos mismos y sus familias empuja a muchos artistas, incluso a los que viven en Europa, a evitar temas delicados.
Aunque a gran escala y coordinados, el informe muestra que los esfuerzos del PCCh solo tienen un éxito parcial. Mientras que la autocensura está muy extendida, los intentos de presionar a los gobiernos europeos para que censuren a los artistas han fracasado en gran medida, incluso ante los golpes financieros que han recibido las galerías privadas o los museos.
Nik Williams, encargado de políticas y campañas de Index on Censorship, añadió:
“China es uno de los mercados de arte contemporáneo más grandes y de más rápida expansión del mundo, por lo que cada vez hay más conexiones entre instituciones artísticas europeas y empresas chinas vinculadas al Estado o personas simpatizantes del PCCh”.
“Las dificultades a las que nos enfrentamos para rastrear y localizar estas conexiones, turbias en su naturaleza y opacas en sus acuerdos, son preocupantes en sí mismas. Seguimos temiendo que estas relaciones puedan influir en el modo en que las instituciones se relacionan con artistas disidentes o temas delicados”.