Fuente: Vision Times en español
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, viajará a Estados Unidos para pasar el fin de año y no participará en la toma de posesión del mandatario electo Luiz Inácio Lula da Silva prevista para el 1 de enero de 2023.
Según informaron medios locales, el jefe de Estado dijo que planea salir de Brasil este viernes con destino Orlando sin la primera dama, Michelle Bolsonaro, solo acompañado de asesores.
En consecuencia, no habrá acto tradicional de pasar la faja del presidente anterior a la persona que asume la Presidencia.
En su última intervención como dirigente, se prevé que Bolsonaro agradezca a los 58 millones de votos que obtuvo en la segunda vuelta electoral y que anuncie que a partir de 2023 trabajará en la oposición del Gobierno de Lula.
El partido de Bolsonaro, el Partido Liberal, será el de mayor presencia tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, por lo que le puede presentar una gran resistencia al izquierdista Lula da Silva.
Resultados cuestionados
Según los recuentos oficiales, Bolsonaro, quien ha sido presidente desde 2019, perdió ante Lula por menos del 1 por ciento de los votos.
La derecha brasileña ha cuestionado los resultados con protestas, desobediencia civil y litigios, mientras que la izquierda rechaza rotundamente las acusaciones.
El Ministerio de Defensa emitió este 10 de noviembre un comunicado, según explica, para evitar «distorsiones». En este aclara que el informe emitido sobre las elecciones no excluyó la posibilidad de la de fraude o inconsistencia en las máquinas de votación electrónica y en el proceso electoral de 2022 y que por eso sugería una inspección antes de confirmar a Lula como presidente electo, pedido que no fue cumplido por el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil.
En este sentido, casi a diario decenas de miles de personas salen a las calles con la bandera verde y amarilla rogando elecciones transparentes y pidiendo una intervención militar para que no vuelva el comunismo. Algunos de los partidarios de Bolsonaro insisten en que no los desilusionará dejando de luchar, pero otros han empezando a abandonar los campamentos, mientras que algunos también han sido detenidos por orden de la Corte Suprema, de tendencia izquierdista.
El 20 de octubre, la justicia brasileña acordó un fallo que le otorgaba poderes imperiales a la Corte Suprema en espera de los resultados de las elecciones. El decreto ha llevado a una ola de censura y arresto de las voces disidentes que el juez Alexandre de Moraes ha emprendido en una demostración flagrante de extralimitación de poder.