Por Oriana Rivas – Panampost.com
El expresidente republicano, Donald Trump, está dispuesto a hacerle frente al Partido Comunista de China (PCCh) dirigido por el actual presidente Xi Jinping. En un video publicado este miércoles, aseguró que prohibirá la compra de terrenos agrícolas así como de empresas de tecnología, salud o energía por parte de ciudadanos del gigante asiático, ya que como ha dicho en varias ocasiones «la seguridad económica es seguridad nacional» de Estados Unidos.
«China está comprando nuestra tecnología. Está comprando suministros de alimentos, nuestras tierras de cultivo, minerales y recursos naturales. Está comprando nuestros puertos y terminales de envío», aseveró en el video que compartió su equipo de prensa con el New York Post.
De igual manera, el expresidente tampoco dejó de mencionar al actual mandatario, Joe Biden, considerando el hecho de que los sospechosos negocios de su hijo Hunter con empresas chinas son blanco de críticas, ya que no solo estaría beneficiándose económicamente, sino que la posición de Biden en términos de política exterior ha sido todo menos fuerte. Trump aseveró que «con la ayuda de traficantes de influencias corruptos como la familia criminal Biden, China incluso está tratando de comprar los pilares de la industria energética de EE. UU.».
«EEUU propiedad de China»
Con este video, Trump deja aún más claras sus metas en caso de llegar de nuevo a la Casa Blanca: proteger la infraestructura crítica estadounidense para no depender de otro país, menos aún del comunismo chino. La política de la Administración Biden durante dos años ha dejado ver que está muy lejos de ser como la del expresidente republicano. No fija una posición firme frente a los totalitarismos del mundo y, por el contrario, solo otorga concesiones y participa en reuniones estériles.
Por eso el ya proclamado candidato se enfoca en «hacer a América grande otra vez» (Make America Great Again, en inglés), tal como dice su eslogan de campaña. “China no permite que las empresas estadounidenses se hagan cargo de su infraestructura crítica y Estados Unidos no debe permitir que China se haga cargo de nuestra infraestructura crítica. Para proteger a nuestro país, debemos promulgar nuevas restricciones agresivas sobre la propiedad china de cualquier infraestructura vital en los Estados Unidos», remarcó. Sus palabras llenan el vacío que está dejando la actual Administración demócrata.
Su ruta de acción pasa por detener todas las futuras compras chinas en estas industrias esenciales. Además, «comenzar el proceso de obligar a los chinos a vender cualquier posesión actual que ponga en riesgo nuestra seguridad nacional”, continúa el expresidente. Advierte que si esto no ocurre «EE. UU. será propiedad de China».
«Cuando sea presidente, me aseguraré de que el futuro de Estados Unidos permanezca firmemente en manos estadounidenses, tal como lo hice cuando era presidente antes. Volverá a suceder y nuestro país será más fuerte que nunca».